El gobernador del Banco Central de Irán, Mohammad Reza Farzin, afirmó este lunes que su país ha recibido algo más de 5.573 millones de euros de fondos descongelados en dos bancos de Catar, lo que abre la puerta al intercambio de cinco presos estadounidenses por cinco iraníes.

“Hoy se ha depositado un total de 5.573.492.000 millones de euros en seis cuentas iraníes en dos bancos cataríes”, dijo Farzin en una rueda de prensa.

La liberación de los fondos -equivalentes a 6.000 millones de dólares- pertenecientes a Teherán y que estaban bloqueados en Corea del Sur son parte del acuerdo al que llegaron Teherán y Washington a principios de agosto para el intercambio de prisioneros.

Estados Unidos aprobó una exención para la liberación de los fondos procedentes de deudas contraídas por Corea del Sur por la compra de gas a Irán, y ha asegurado que Teherán no tendrá acceso "directo" a esa suma, que solo podrá ser utilizada para usos "estrictamente humanitarios”.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, confirmó esta mañana que los dos países procederían al intercambio de presos hoy, una vez finalizada la transferencia de los fondos.

“Cinco ciudadanos iraníes detenidos en EE.UU serán liberados y cinco ciudadanos estadounidenses regresarán a Estados Unidos”, dijo Kananí.

El diplomático indicó que dos de los ciudadanos iraníes regresarán al país persa, otros dos permanecerán en Estados Unidos y el quinto viajará a un tercer país.

De acuerdo con medios regionales, los presos estadounidenses Siamak Namazi, Emad Shargi, Morad Tahbaz y otras dos personas sin identificar serán trasladados a Catar a primera hora de la tarde.

Horas antes del anuncio de la liberación de los presos, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, partió este lunes a Nueva York para intervenir ante la Asamblea de la ONU, donde se espera que ofrezca una rueda de prensa, según medios del país persa.

Irán ha sido acusado de usar a presos con doble nacionalidad y extranjeros como medida de presión o para el intercambio de prisioneros con otros Estados, una práctica calificada de “diplomacia de los rehenes” por otros países y organizaciones de derechos humanos.