La capital de Ucrania, Kiev, sigue resisitiendo a la invasión que Rusia inició el jueves 24 de febrero.

Este lunes, las autoridades levantaron el toque de queda impuesto hace unos días y muchos de los residentes que permanencían en bunkers dejaron sus refugios en busca de comida y de sus familiares.

Muchos también se acercaron a ver el estado en que quedaron sus viviendas tras los ataques rusos.

La Organización Mundial de la Salud, por otra parte, advirtió que los suministros de oxígeno para tratar a pacientes con covid y otras enfermedades, así como a los heridos de guerra, están llegando a niveles críticos.

Los camiones no han podido transportar los tanques desde las fábricas a los hospitales, incluso en Kiev, donde se teme se acaben en las próximas 24 horas.

Kiev resiste

La mayoría de las ofensivas a la capital ucraniana han sido por aire.

El alcalde capitalino, Vitali Klitschko, afirmó este domingo que no había tropas rusas en la ciudad y que los "saboteadores" habían sido "detectados y neutralizados".

"Demostramos que podemos proteger nuestro hogar de invitados no invitados", comfirmó en la madrugada del lunes el comandante de las Fuerzas Armadas, coronel general Alexander Syrsky, en un comunicado.

Sin embargo, las autoridades de Kiev advierten que la guerra está lejos de terminar, ya que los enfrentamientos callejeros continúan en casi todos los distritos de la ciudad.

Paisaje urbano diferente

Según la jefa de corresponsales internacionales de la BBC, Lyse Doucet, las alarmas aéreas estuvieron escuchándose hasta poco antes de la primera luz del día, con explosiones alrededor de la ciudad durante toda la noche.

"Parece que incluso en el día en que las conversaciones entre Rusia y Ucrania van a comenzar, Rusia no ha abandonado sus esfuerzos en avanzar más cerca del corazón de la Kiev", informa Doucet.

El fin de semana hubo explosiones repetidas, que parecían estar contenidas en su mayoría en las afueras del centro de Kiev.

Los que están en Kiev verán un paisaje urbano muy diferente al que están acostumbrados, advirtieron las autoridades adelantándose al levantamiento del toque de queda.

"Cuando salgan de la ciudad después de las 8 a.m., verán fortificaciones, erizos antitanque y otras fortificaciones que han aparecido en las calles", indicó el gobierno de la Ciudad de Kiev.

Mientras tanto, las imágenes de video publicadas durante la noche mostraron un incendio en un edificio residencial en Chernihiv, que estalló después de ser alcanzado por un misil ruso.

También se informaron explosiones en Járkiv, en el este del país, que fue escenario de un feroz conflicto el domingo después de que las fuerzas ucranianas recuperaran la segunda ciudad más grande del Ucrania de manos de las fuerzas rusas.

En las primeras horas del domingo se escucharon explosiones en un depósito de petróleo en Vasylkiv, en el sur de la capital, provocando temores de emisión de gases tóxicos y se advirtió a los residentes de que cerraran las ventanas y permanecieran en el interior.

Muchos civiles ucranianos han recibido armas de fuego para defenderse en caso necesario y se organizan en los barrios para fabricar cócteles molotov con los que recibir a las tropas rusas.

El ejército también afirmó que logró evitar un intento de aterrizar tropas rusas aerotransportadas en un aeropuerto en el sur de Kiev, informando incluso de que un gran avión que transportaba tropas había sido derribado. La BBC no pudo verificar esta información.

"Los invasores querían bloquear el centro de nuestro Estado… Quebramos su plan", agregó el presidente Volodymyr Zelensky.

"No sé cómo explicar lo que siento"

Kiev vivió en los últimos días momentos de extrema tensión donde se escucharon explosiones a medida que las fuerzas rusas se acercaban a la ciudad.

Un misil alcanzó un bloque de viviendas en la ciudad, dejando al menos cuatro apartamentos destruidos.

Yuri Shevchuk -que tiene 49 años y vive en la zona desde hace más de 20 años- examinaba los daños con aire de incomprensión. "No sé cómo explicar lo que siento", le dijo a la BBC. "Es la primera vez en mi vida que veo tal nivel de daño, en mi ciudad y en tiempos de paz".

Las autoridades informaron que dos personas murieron debido al impacto del misil. El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania dijo que seis personas también resultaron gravemente heridas.

De manera anterior, el alcalde había informado que 35 personas resultaron heridas en los combates nocturnos en la ciudad, entre las que se incluyen dos niños. Todavía no está claro si se refería solo a civiles.

"No hay tropas rusas en la ciudad", afirmó, y agregó que la gente debería permanecer en los refugios ya que se esperan más ataques aéreos.

El sábado, el presidente Zelensky advirtió a los ucranianos que "no pueden permitirse perder" Kiev.

El mandatario difundió un video desde las calles de la ciudad.

"Hay mucha información falsa en redes que dice que le pedí al Ejército que deponga las armas y que estamos evacuando", señaló.

"Estoy aquí. No depondremos las armas. Defenderemos nuestro Estado".

Una "guerra por necesidad" para Putin

Paul Adams, corresponsal de Asuntos Diplomáticos de la BBC

Funcionarios occidentales aseguran que el Ejército de Ucrania ha sido eficaz hasta ahora a la hora de frenar el avance ruso en la capital, Kiev.

Pero les preocupa que los rusos, impacientes por imponer una victoria rápida, puedan recurrir a medidas más drásticas.

"Mi temor es que si no cumplen con sus plazos y objetivos… usen la violencia indiscriminadamente", dijo uno de estos funcionarios.

"El problema es que [Vladimir Putin] se haya comprometido de la manera en que lo ha hecho. Para él, esto ya no es una guerra por elección propia, sino una guerra por necesidad".

Temor más allá de la capital

El miedo y las precauciones no son exclusivos de Kiev.

"Escribo estas líneas desde un refugio antibombas varios pisos bajo tierra junto a una multitud de personas, cuatro perros y un conejo como mascota", cuenta desde la ciudad ucraniana de Dnipro, la cuarta más grande del país, Sarah Rainsford, corresponsal de la BBC en Europa del Este.

"El personal del hotel pasó corriendo y golpeando las puertas poco después de la medianoche antes de llevarnos escaleras abajo a gran velocidad. Antes, habíamos visitado a Hanna Syva y a su familia en un bloque de apartamentos gigante al otro lado de la calle", detalla.

"Hanna es madre de dos niños y parece optimista, pero reconoce que está sonriendo para no preocupar a sus hijos", explica Rainsford.

"Ayer lloraron, están muy nerviosos, así que no puedo darme el lujo de tener miedo", le dice Hanna a la periodista.