Un grupo de inmigrantes que trabajaron en las labores de limpieza tras el atentado de las Torres Gemelas reclamó este sábado en Nueva York que por lo menos se legalice su estatus migratorio, al haber pasado ya 21 años desde el atentado.
Esa regularización migratoria sería la mínima compensación por los problemas de salud que afrontan por aquel duro trabajo y que en algunos casos ha costado la vida de otros compañeros.
"Su salud se sigue agravando, y esta es una triste realidad con la que viven", comentó a Efe Rosa Bramble Caballero, trabajadora social clínica, especialista en traumas migratorios, que ayuda a un grupo de estos inmigrantes tanto profesionalmente como a través del grupo Nuestros Héroes, que ella fundó y dirige y que convocó hoy a una rueda de prensa.
Recordó que tras el atentado terrorista de 2001, estos inmigrantes, en su mayoría latinos, "nunca dudaron" en realizar el duro trabajo de la limpieza de edificios comerciales y de vivienda, aunque no sabían que aquellas labores que realizaban envueltos en cenizas y polvo los exponía a la contaminación con sustancias químicas.
"Nunca les pidieron documentos" en aquellos momentos para hacer su trabajo, argumentó Bramble Caballero, venezolana, y agregó que muchos se enfermaron y regresaron a sus países, donde murieron, y otros se quedaron en EE.UU.
En las tareas de limpieza del lugar del atentado, estos inmigrantes trabajaron sin la protección adecuada o sin ninguna en absoluto y comían en el mismo lugar donde limpiaban, recordó la directora ejecutiva de Nuestros Héroes, que opera bajo Alianza Venezolana para el Apoyo de la Comunidad, que ayuda a los trabajadores, tanto en la lucha para alcanzar su reclamo como con fondos a través de donaciones.
Los inmigrantes han aguardado por años a que se someta un proyecto de ley en el Congreso que les brinde protección y les coloque en el camino hacia la ciudadanía. En 2017 el entonces congresista Joe Crowley presentó una propuesta en beneficio de socorristas y trabajadores de limpieza pero nunca fue discutida en el Congreso, señaló la activista.
Tras perder Crowley las elecciones frente a Alexandria Ocasio Cortez, la nueva congresista prometió volver a presentar el proyecto y tras varias reuniones con sus representantes, aún no lo ha hecho, señaló Bramble Caballero, que estima que unos 2.000 latinos trabajaron en las labores de limpieza.
Mientras tanto, inmigrantes como el peruano Franklin Anchahua, uno de los que extrajo escombros en los edificios, enfrenta problemas pulmonares que han reducido su capacidad para respirar, así como estomacales, unos problemas que los médicos han certificado como claramente vinculados con el trabajo en la llamada zona cero.
"Seguimos en la lucha, todos los años la misma burla", afirmó a Efe y agregó que "yo tenía buena salud cuando llegué de mi país" a Nueva York un año antes de los atentados.
Recordó que entre 2004 y 2005 comenzó sentirse enfermo con problemas del estómago y al igual que otros inmigrantes, tuvo temor de acudir a un hospital por su estatus migratorio, por lo que su madre le enviaba hierbas que usaban en su país.
Finalmente, en 2011 acudió a un hospital, donde recibe desde entonces asistencia médica bajo el programa creado para los afectados del 11-S, pero su salud no le permite trabajar.
Anchahua dice que sobrevive con los fondos de compensación a víctimas del 11-s que recibió hace cuatro años "pero ya se están acabando".