La Sociedad Haitiana de Pediatría informó que algunas hospitales habilitarán a partir de mañana sábado las emergencias y solo para situaciones extremas e instó a que los centros hospitalarios mantengan la huelga iniciada hace más de una semana en algunos de ellos como denuncia a la inseguridad y la ola de violencia que vive del país, lo que incluye el secuestro de médicos.

El sistema médico y asistencial haitiano, ya extremadamente frágil antes de este paro laboral con la consiguiente repercusión adicional en la red sanitaria de República Dominicana, se está paralizando aún más como resultado de la creciente oleada de violencia protagonizada por pandillas que se han tomado el país.

El Hospital Bernard Mevs, por ejemplo, dijo en un comunicado que acataba el exhorto de la Sociedad Haitiana de Pediatría por lo que habilitará el sábado una sala de emergencia. “Estamos cansados ​​de ser acosados ​​por secuestradores, mientras jugamos nuestra vida para salvar la de los demás. No a la inseguridad”, remarcó.

Hace un tiempo, el director del Hospital Bernard Mevs, Dr. Jerry Bitar, ya fue víctima de una banda de secuestradores.

La Sociedad Haitiana de Pediatría declaró que observa con tristeza el clima de inseguridad que se vive en el país y que en especial condena enérgicamente el secuestro de su joven colega pediatra Bennety Augustin, quien está secuestrada desde hace 12 días. También denunció que el secuestro de los doctores Wilbert Cadet y Jacques Pierre Pierre.

Dra. Benetty Augustin.

La Dra. Benetty Augustin es una pediatra de 44 años de edad especializada en el cuidado de niños con epilepsia. Se dirigía a la clínica de epilepsia a su cargo en el Hospital St. Damien en Tabarre alrededor de las 6:30 am del jueves 5 de mayo cuando fue secuestrada en el barrio Laboule 12 en Petionville. Sus secuestradores están exigiendo un monto de rescate no revelado, pero que es mucho más de lo que la familia puede pagar.

El Hospital St. Damien es un centro pediátrico de 240 camas, y el Hospital St. Luke, que administra un centro de tratamiento de la COVID de 120 camas, además de 80 camas más para otros casos, mantienen cerradas sus puertas desde el 9 de mayo en exigencia de la liberación de Augustin.

“Todos los servicios están cerrados; ni siquiera estamos tomando emergencias”, dijo un portavoz de la Fundación St. Luke para Haití que opera ambos hospitales. El primero trata a alrededor de 80 mil pacientes al año, incluidos entre 60 y 80 niños que visitan su clínica ambulatoria todos los días. El segundo trata a unos 12,000 pacientes al año, incluidos aquellos con COVID-19 y que cuenta con uno de los pocos escáneres CT del país.

El portavoz dijo que si bien comprende las críticas de las víctimas de la paralización y de quienes expresan que la salud y la educación deben quedar al margen de cualquier huelga, pidió "comprender las frustraciones de la comunidad médica cuando uno de los suyos es víctima de secuestro".

Las pocas instalaciones hospitalarias que permanecen abiertas han reportado que la misma violencia está cortando el acceso de pacientes a los servicios y que en otros casos miembros de las bandas delictivas usan estos lugares de atenciones médicas como refugio de quienes lanzaban ataques armados contra sus rivales.

“Mantener las estructuras médicas en funcionamiento en estas condiciones es un desafío diario”, dijo al Miami Herald Serge Wilfrid Ikoto, representante médico en el hospital de Tabarre de la organización mundial Médicos Sin Fronteras donde dijo que, en vista de que su personal médico no puede ir a sus respectivas casas sin riesgos, están limitando las salidas y organizando turnos de mayor duración, y así "algunos de ellos llevan varios días seguidos sin volver a casa”.

Éxodo de médicos haitianos

El Dr. Richard Frechette, médico y sacerdote católico romano que fundó el orfanato Nos Petits Freres et Soeurs y el St. Luke Foundation para ayudar a mejorar la atención médica en Haití, es insistentemente requerido por medios de prensa de países con población migrante haitiana, entre ellos Chile en cuyos hospitales trabajan galenos y otro personal que atiende a los emigrantes de esa nación en su propio idioma (creole).

“Un hospital sin médicos es un almacén de patología. No tiene sentido acumular personas enfermas en un lugar llamado hospital si no hay un equipo médico para ayudarlos. Los hospitales están perdiendo personal que está huyendo del país y los que no huyen están aterrorizados y no saldrán a la calle. Un hospital no tiene forma de protestar excepto ser consistente. Si acepta a nuestros médicos, acepta nuestro hospital. No somos nada sin nuestro equipo médico”, repite el sacerdote y médico Frechette.