El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, invistió este domingo a Francia Márquez como vicepresidenta para los próximos cuatro años y de esa forma juró como la primera afrocolombiana en el segundo cargo más importante del Estado colombiano.
"Juro a Dios y al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia y también juro ante mis ancestros y ancestras", dijo Márquez, en su juramento, en el que añadió su ya característica frase: "Hasta que la dignidad se haga costumbre".
Márquez, una abogada y activista afro que sucederá en el cargo a Marta Lucía Ramírez, hizo su juramento apenas unos minutos después de que Petro hiciese lo mismo como primer presidente de izquierdas de Colombia, culminando una senda de la que otros predecesores con sus mismas ideas fueron expulsados, después de que sufrieran persecuciones, amenazas e incluso asesinatos.
La llegada de Márquez a la Vicepresidencia supone también un hito por proceder de Suárez, en el departamento del Cauca (suroeste), una zona duramente golpeada por el conflicto armado y por ser ella misma una víctima, que tuvo que desplazarse de su comunidad con sus hijos por amenazas.
Márquez también sufrió en 2019 un atentado cuando estaba con líderes indígenas preparando un diálogo con el Gobierno y hombres armados lanzaron un artefacto explosivo.
Es por ello también la llegada al poder de una víctima en un país donde la guerra ha dejado más de ocho millones de víctimas y donde la izquierda y el activismo han estado estigmatizados y perseguidos durante décadas.