Desde distintos rincones del país miles de personas se movilizaron esperanzadas para asistir este domingo a la asunción del flamante presidente argentino, el ultraderechista Javier Milei, dispuestos a aceptar el fuerte ajuste que les propuso para salir de la crisis económica.
"Me dio una esperanza, me dio ganas de seguir en el país. No tener la expectativa de querer irme. Me dio ganas de vivir. Tener la esperanza y saber que el país va evolucionar, que se pueda ver una luz", dijo a la AFP Lautaro Santillán, un estudiante de ingeniería informática de 20 años que durante horas esperó su salida a la explanada del Congreso para oír su discurso.
En la plaza, destacaban las banderas blanco y celeste de Argentina, colocadas incluso en los carritos de los bebés, y también las aurinegras del anarco-capitalismo. En la concentración hubo desde adultos mayores en silla de ruedas hasta familias enteras con niños pequeños. Hombres con la máscara de Milei y una motosierra en la mano, símbolo de los recortes que hará en el gasto público, se pasearon entre la multitud.
Con una camiseta que llevaba estampada la frase de Milei "No hay plata", Nicolás Hernán, un trabajador metalúrgico de 27 años, sabe que tendrá que hacer sacrificios. "Hay que ajustar, tienen que entender todos que está complicado y es un cambio para bien", declaró vehemente. "El ajuste lo tiene que pagar la política", dijo, repitiendo una consigna del gobernante.
Marisa Guazú, profesora de matemática de 60 años, viajó desde la provincia de Tucumán hasta Buenos Aires, una distancia de más de 1.200 kms, para estar en la celebración. "Lo acompaño desde el inicio. Al principio lo voté porque pensé que no iba a ganar", bromeó, y luego admitió: "Esta es una crisis muy profunda, le tenemos que dar tiempo".
Los anticasta
Han venido cada uno por su cuenta, sin organizaciones políticas o sindicales que los agrupen, a ver a Milei, un líder antisistema que en menos de tres años de carrera política consiguió la presidencia.
Entusiastas entonan sus lemas "la casta tiene miedo", o "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", en referencia a los políticos tradicionales. Esporádicamente, alguno gritaba "viva la libertad, carajo" y a coro le respondían "¡viva!".
Adriana López, una enfermera de 60 años que trabaja en un hospital público espera que el nuevo mandatario "controle más el Estado" y reclama que "hay gente que no trabaja y vive de los planes (de asistencia social) mientras que nosotros con tanto esfuerzo trabajamos".
Ante ellos, Milei ha prometido "una nueva era". "Damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país", dijo en su discurso. "Enterramos décadas de fracaso para empezar una era de paz y prosperidad, de crecimiento y desarrollo, de libertad y progreso", aseguró el presidente que se define como libertario.
Sus seguidores saben que habrá que ajustarse mucho el cinturón, pero se muestran dispuestos.
Las medidas de austeridad "nos van a repercutir un poco a todos. Pero hay que poner el pecho. Estamos acá y se necesita coraje", afirmó Ana Avellaneda, una abogada de 50 años.
Franco Sabattini, comerciante de 29 años de Mendoza, coincidió con ella. "La economía necesita tiempo para estabilizarse y no se pueden esperar milagros de un día para el otro cuando llevamos 16 años en que nos vienen destrozando", declaró.
Argentina inicia la 'era Milei'
Con un duro horizonte económico, más allá del ya de por sí complicado presente, Argentina comenzó este domingo la 'era Milei', el mandato presidencial del economista libertario que pateó el tablero de la política del país suramericano hasta convertirse en el "primer presidente liberal libertario" de la historia.
Con esa frase que usó en la noche electoral del 19 de noviembre, cuando derrotó al candidato oficialista y hoy exministro de Economía, Sergio Massa, y que repitió este domingo desde el balcón de la Casa Rosada ya convertido en mandatario, el líder de La Libertad Avanza (ultraderecha), Javier Milei, juró como presidente de Argentina por el período 2023-2027.
Con casi un 150 % de inflación interanual, un 40 % de pobreza en la población y un 10 % de indigencia, escasez de reservas de divisas, un 150 % de brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo (o 'blue'), sueldos depauperados y una deuda con el FMI cercana a los 46.000 millones de dólares, Argentina tiene un negro presente.
Pero, lejos de dulcificar la situación o de ofrecer "una mentira confortable", el nuevo mandatario -que, rompiendo la tradición, optó por no pronunciar un discurso ante la Asamblea Legislativa y sí en la calle frente a la ciudadanía- pronunció ante los argentinos "una verdad incómoda".
Milei apeló a la "peor" herencia recibida por "ningún Gobierno" hasta el momento para afirmar que aplicará un duro ajuste y que habrá "estanflación" por varios meses, pero prometió que este será el "último mal trago" antes de la "reconstrucción" del país suramericano.
"Hoy comienza una nueva era en Argentina", proclamó en el arranque de su discurso desde una tribuna frente al Congreso de la Nación, en la que estuvo flanqueado por los principales jefes de Estado y de Gobierno presentes en su toma de posesión, el rey Felipe VI; los presidentes de Ucrania, Volodímir Zelenski; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Paraguay, Santiago Peña, y Chile, Gabriel Boric, quienes ya habían asistido a la jura oficial.
El nuevo presidente argentino ratificó que aplicará un ajuste fiscal del 5 % del PIB que, prometió, caerá "casi totalmente" sobre el Estado y no sobre el sector privado, y confirmó que "limpiará" los pasivos del Banco Central y pondrá fin a la emisión monetaria, que a su juicio es la causa de la elevada inflación de Argentina.
Pero puntualizó que la política monetaria actúa con un rezago de entre 18 y 24 meses, por lo que anticipó que la inflación permanecerá alta, y citó pronósticos privados que prevén tasas mensuales de entre el 20 % y el 40 % de aquí a febrero próximo.
Y, en una visión optimista de lo que viene a partir de ahora, Milei dijo a los argentinos que la estanflación (elevada inflación con retroceso económico) "será el último mal trago" hacia "la reconstrucción de Argentina".
De 'primera dama' a secretaria de Presidencia
Con decenas de miles de simpatizantes en las calles, con una estética similar a la que pudo verse en diciembre pasado, cuando Argentina se proclamó campeona del Mundial de Qatar 2022, camisetas y banderas albicelestes y sin enseñas partidarias, Milei recibió un baño de masas, en el que su hermana y principal asesora, Karina Milei, fue su permanente acompañante.
Tomando el rol de 'primera dama' -en lugar de su novia, la actriz y humorista Fátima Flórez, con quien Milei no convive y tampoco parece que vaya a hacerlo en un corto plazo-, 'El Jefe', como la apoda su hermano, no se separó ni un instante de él e, incluso, le sostuvo el bastón cuando él ofreció el discurso.
Desde este domingo, además, se convirtió en secretaria general de la Presidencia, para lo que fue necesario derogar un decreto establecido en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri (2015-2019) para evitar el nepotismo.
En su primer paso por el sillón presidencial, Milei también firmó la reducción de los dieciocho ministerios actuales a sólo nueve, con la ratificación -anunciada el pasado viernes- de que Salud, que inicialmente estaría bajo la cartera de Capital Humano, mantendría su actual estatus.
Tras la jura de su gabinete, el presidente participó de una ceremonia interreligiosa en la Catedral Metropolitana, antes de cerrar el día con una gala especial en el Teatro Colón, templo lírico de Buenos Aires, en la que Milei escuchará "Balada para un Loco", el tango compuesto por el músico argentino Astor Piazzolla con letra del poeta uruguayo Horacio Ferrer.
Este domingo, y con un duro horizonte por delante, Argentina inició la 'era Milei'.
Con información de EFE y AFP