La crisis diplomática entre España y Argentina por las críticas de Javier Milei al presidente del gobierno español y su esposa se ahondó este martes con la retirada definitiva de la embajadora española en Buenos Aires, un "disparate" a juicio del mandatario argentino.

"Les anuncio que retiramos a nuestra embajadora en Buenos Aires", que ya había sido llamada a consultas el domingo, y que "se quedará definitivamente en Madrid", comunicó el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, en una rueda de prensa ."Argentina continuará sin embajadora", subrayó Albares, quien dijo que las acusaciones de Milei en Madrid contra la esposa del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, a la que llamó "corrupta", representan un caso "único en la historia de las relaciones internacionales".

"No existen precedentes de un jefe de Estado que acuda a la capital de otro país, para insultar a sus instituciones y para hacer una injerencia flagrante en los asuntos internos", apuntó.

Poco después, Milei respondió calificando el anuncio de "un dispar propio de un socialista arrogante".

"Esto mancha la imagen internacional de España y (evidencia) lo arrogantes que son, como creenrse que son el Estado y que nadie puede decirles nada", sostuvo Milei, quien descartó que su país vaya a retirar a su vez a su embajador en Madrid. .

Milei ya había subido el tono al volver a Argentina de su visita a España, en la que no se entrevistó ni con Pedro Sánchez ni con el rey, cuando en una entrevista con el canal TN tildó a Sánchez de "cobarde" y descartó presentar excusas. .

"No le voy a pedir disculpas bajo ningún punto de vista", dijo Milei. "El agredido fui yo", sostuvo, asegurando que funcionarios del gobierno español lo llamaron "xenófobo, racista, ultraderechista (…) negacionista de la ciencia, misógino".

– "Defensor de la dignidad" –

El choque diplomático estalló el domingo, cuando Milei se refirió a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, sin identificarla por su nombre, como una "mujer corrupta", durante un encuentro en Madrid de dirigentes de extrema derecha organizados por el partido español Vox.

A finales de abril, un juez español abrió una investigación preliminar contra ella por sospechas de tráfico de influencias y corrupción. Sin embargo, la Fiscalía pidió poco después el archivo de la causa.

Pocas horas después de que hablara Milei, el mismo domingo, Madrid convocó a consultas a su embajadora y le pidió una rectificación al mandatario argentino, una solicitud que reiteró Pedro Sánchez el lunes, al afirmar que "entre los gobiernos, los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable".

"Nosotros no tenemos ningún deseo ni ningún interés en ninguna escalada (…) pero es obligación del gobierno defender la dignidad y la soberanía de las instituciones españolas", subrayó Albares.

Milei, de todas maneras descartó el lunes una ruptura de las relaciones. "Eso no se va a romper nunca", aseveró.

– Preocupación empresarial –

El gobierno argentino, en cambio, estimó que era Sánchez quien debía disculparse.

"Yo creo que debería haber varias disculpas del Gobierno español por las cosas que han dicho del presidente Milei", declaró a la prensa el ministro del Interior, Guillermo Francos.

Francos aludía al menos a un par de episodios recientes. Con Milei ya en Madrid, el viernes, el número tres del Gobierno de Sánchez, Yolanda Díaz, lo acusó de sembrar el "odio", y antes el ministro de Transportes, Oscar Puente, sugirió que tomaba drogas al dar sus discursos.

Ante esto último, la presidencia argentina reaccionó con un comunicado duro en el que acusó a Sánchez de implementar "políticas socialistas que solo traen pobreza y muerte".

El anuncio del gobierno español de la retirada de la embajadora fue criticado por la oposición de derecha, que acusa a Sánchez de victimizarse y sobreactuar con multas electoralistas, a poco más de dos semanas de los comicios europeos.

"Los intereses electorales de Sánchez no son más importantes que los de España en Argentina. Es otra sobreactuación", escribió en la red social X Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador Partido Popular, la principal formación de oposición. (Diego URDANETA)