El sorprendente resultado de las primarias de este domingo en Argentina, perfilando unos comicios generales en octubre de final abierto, echa aún más leña al fuego de la enorme incertidumbre en torno a la maltrecha economía del país suramericano, cuyo derrotero después de que asuma el próximo Gobierno es una incógnita.
El saldo de estas primarias muestra una foto de un electorado partido en tres: el economista libertario Javier Milei lideró la elección, con un 30,1 % de los votos, llevándose la polarización que hasta ahora existía entre el frente opositor de centroderecha Juntos por el Cambio -que acaparó este domingo 28,3 % de los votos- y la coalición gobernante Unión por la Patria (peronista) -que obtuvo un 27,2 %-.
Se trata de un resultado no previsto por las encuestas e inesperado para los mercados, que este lunes darán las primeras señales de cómo han digerido la noticia.
"Es clarísimo que más de la mitad de los argentinos ha votado por un cambio drástico de rumbo. Sea que gane Milei o Bullrich en las elecciones de octubre, va a haber un apoyo muy grande de la gente para que se tomen las medidas necesarias para que ese cambio se haga. Y esa debería ser una muy buena noticia para los mercados", dijo a EFE el economista Aldo Abram, director ejecutivo en la Fundación Libertad y Progreso.
Enormes dudas
Con todo, el resultado electoral deja varias dudas con vistas a octubre: ¿Podrá Milei, de ideas disruptivas que van mucho más allá del neoliberalismo, sumar más apoyos o el de este domingo es su techo? ¿Puede haber un traspaso de votos de la dirigente de centroderecha Patricia Bullrich, ganadora en la interna de Juntos por el Cambio, a Milei, o viceversa?
Y más interrogantes: ¿Quienes votaron este domingo al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en la interna de Juntos por el Cambio, darán su apoyo a Bullrich o al oficialista Sergio Massa? ¿A quién irán los votos del peronismo no kirchnerista y de la izquierda tradicional? ¿Habrá una segunda vuelta electoral en noviembre y entre quiénes?
La incertidumbre es más que política, ya que los tres candidatos tienen propuestas muy diferentes sobre el rumbo que debe tomar una economía con profundos desequilibrios fiscales y monetarios, una inflación que ronda el 120 % interanual, pobreza en aumento y una multimillonaria deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Y, más allá de quién venza en las presidenciales y llegue a la Casa Rosada el 10 de diciembre, existen enormes dudas sobre cómo y a qué ritmo el nuevo jefe de Estado pondrá en marcha las medidas económicas que se proponga ejecutar.
’Shock' o gradualismo
Bullrich lo tiene claro: una economía en estado casi terminal necesita cirugía mayor y sin demoras. Propone ir a una economía "bimonetaria", eliminando de manera "inmediata" las restricciones para la compra de dólares y que han dado pie a que coexistan una veintena de tipos de cambio en Argentina.
Para ello, promete aplicar una "ingeniería jurídica" que evite que "explote" la economía por la súbita unificación cambiaria, algo que podría desencadenar una violenta devaluación de la moneda argentina y un salto inflacionario catastrófico.
Bullrich pretende, además, buscar nuevos créditos internacionales, impulsar reformas laborales e impositivas y una ley de protección a las inversiones, medidas que, a su juicio, permitirán un rápido crecimiento en un país cuyo PIB se contraerá este año 3 %, según las últimas proyecciones privadas.
Milei va más allá: unificación cambiaria, sí, pero mediante el cierre del Banco Central y una dolarización de la economía que podría llevar entre 9 y 24 meses hasta la circulación cotidiana del dólar en la calle.
Un "cambio de 180 grados", como lo define Milei, quien propone además achicar el Estado, eliminar subsidios y bajar impuestos y gastos en obra pública.
Por el contrario, Massa sostiene que no se puede levantar el "cepo" cambiario súbitamente. En ese caso, la pobreza se dispararía al 60 %, advierte. Para poner fin a las restricciones, dice, Argentina debe lograr primero un "flujo normal" de comercio y divisas.
Apuesta a un mejor perfil exportador desde 2024 que permita recomponer las reservas monetarias y lograr el equilibrio fiscal, pero sin relegar el rol del Estado como ordenador del desarrollo y garante de la inclusión social.
Mientras los tres candidatos se zambullen en un duro debate, Argentina, sin reservas monetarias, vive la zozobra de una economía paralizada y sin oxígeno, tormentas cambiarias permanentes y grandes sectores sociales agobiados por el peso de la inflación.
El ultraderechista Javier Milei, la gran sorpresa en la Argentina
El panorama que muchos expertos vaticinaban para las elecciones primarias en Argentina, un escenario en el que los votos de la ciudadanía se dividían en tres tercios, contó con un protagonista inesperado: el ultraderechista Javier Milei fue el precandidato más votado de todo el arco político.
Con casi 7 millones de sufragios, el economista libertario, líder de la formación La Libertad Avanza, no sólo capitalizó el voto del descontento de la sociedad argentina, sino que se convirtió en el político más votado de entre los aspirantes a la Presidencia para el 22 de octubre.
No obstante, a medida que fue avanzando el escrutinio (un 95 %) más se fueron acortando las ventajas entre su formación, que ganó con un 30,17 %, y las otras dos más votadas: la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio (centroderecha), con un 28,25 %, y la oficialista Unión por la Patria (peronista), con un 27,15 %.
Las elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) celebradas este domingo en Argentina dejaron a la que fuera ministra de Seguridad en el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) Patricia Bullrich en la rampa de lanzamiento para intentar convertirse en la tercera presidenta del país, después de María Estela Martínez de Perón (1974-1976) y Cristina Fernández (2007-2015).
La candidata del 'si no es todo, no es nada' se impuso en la interna opositora al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, al que aventajó en más de 1,4 millones de sufragios.
Aunque la tercera fuerza más votada fue Unión por la Patria, el que será candidato a la Presidencia, el actual ministro de Economía, Sergio Massa, se situó por detrás de Milei en la lista de aspirantes, con casi 5 millones de sufragios, un millón más que Bullrich.
Si bien competía en la interna con el dirigente social Juan Grabois -quien obtuvo 1,3 millones de votos-, Massa fue un candidato 'de consenso' entre las distintas familias del peronismo: el sector alineado con el presidente argentino, Alberto Fernández, el ala que responde a la vicepresidenta del país, Cristina Fernández, y el propio Frente Renovador que lidera Massa.
Y, pese a las circunstancias socioeconómicas que atraviesa Argentina, con casi un 116 % de inflación interanual, cerca de la mitad de la población en situación de pobreza y una brecha cambiaria cercana al 110 %, el peronismo obtuvo un respaldo mayor del esperado, mientras que Juntos por el Cambio cayó muy por debajo del 35 % que muchos le aventuraban.
Además de Milei, Bullrich y Massa, obtuvieron el respaldo suficiente para presentarse a las presidenciales del 22 de octubre el peronista no kirchnerista Juan Schiaretti -con quien Rodríguez Larreta intentó hacer una alianza para integrar su candidatura, lo que le costó muchas críticas internas- y la candidata del Frente de Izquierda y de Trabajadores Myriam Bregman.
La participación en estas elecciones primarias fue del 69,62 %, casi siete puntos porcentuales menos que en las de 2019, cuando se llegó al 76,4 % del censo electoral.
Unos 35,4 millones de argentinos estaban convocados para definir con su voto las listas de candidatos que quedarían habilitados para competir en las generales, en las que se elegirán presidente y vicepresidente, se renovarán 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado, y se elegirán 43 representantes argentinos para el Parlamento del Mercosur (Parlasur, cuerpo legislativo del bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
En ese marco, el peronismo retuvo su gran bastión electoral, la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del padrón, donde obtuvo un 36,37 % de los sufragios para el actual gobernador, Axel Kicillof, único aspirante del oficialismo.
En cuanto a la ciudad de Buenos Aires, el candidato del Pro, Jorge Macri, primo del exmandatario Mauricio Macri, ganó la interna de Juntos por el Cambio al radical Martín Lousteau, quien contaba con el apoyo de Rodríguez Larreta.
Desde este lunes, Argentina comienza la carrera presidencial que culminará el 22 de octubre. Si ninguno de los candidatos alcanza la mayoría absoluta en esa primera vuelta, los dos más votados competirán el 19 de noviembre por el mandato que arrancará el 10 de diciembre y concluirá en 2027.