El filosofo vasco Fernando Savater criticó al diario El País de España en el que escribía desde sus inicios y su nueva directora, Pepa Bueno, no tuvo contemplaciones y simplemente lo despedió este lunes.

El filósofo y escritor, columnista de El País desde sus inicios, dijo en su libro Carne gobernada, en ciruculación desde mañana martes, pero con párrafos ya adelantados, que el grupo económico Prisa -dueño entre otros de El País- se ha convertido en el «portavoz del peor Gobierno de la democracia».

El lector podrá encontrar en ese libro la evolución política a lo largo de los años del veterano filósofo, desde su actividad antifranquista durante la dictadura y denuncia del terrorismo de ETA hasta sus actuales postulados contrarios a la deriva liberal del gobierno de Pedro Sánchez.

Adicionalmente, le dedica al que llama «otrora prestigioso» periódico ácidos párrafos para sostener que destila una «evidente decadencia» desde la llegada de Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa.

«Los primeros años mi periódico conservó su línea socialdemócrata habitual (…) Pero hubo un vuelco en el Partido Socialista y finalmente ocurrió lo peor que le ha pasado en toda su larga y polémica historia: se encontró sometido al liderazgo caudillista de Pedro Sánchez», escribe Savater en su nuevo libro.

Analiza los efectos «perniciosos» de la llegada de una nueva cúpula directiva cuya primera medida fue despedir a su anterior director, Antonio Caño.

«De ser un diario progresista, de centro izquierda, con las virtudes y defectos propios del caso, pasó a convertirse en un portavoz gubernamental y del peor Gobierno que ha tenido la democracia española desde la muerte del dictador», sentencia quien en su día llegó a dirigir durante décadas, junto con Javier Pradera, la revista del grupo Prisa ‘Claves de la razón práctica’.

A juicio de Savater, la entrega de El País a los brazos de Sánchez convirtió al diario en «un risible epítome de la prensa al servicio de la política» que logró desgastar la marca que un día llegó a ser motivo de «orgullo» para millones de españoles que proclamaban «yo solo leo El País».

«Hoy ya casi nadie comparte esa plácida creencia progre porque con esa dieta exclusiva cojearás informativamente de un pie y probablemente de los dos», remata el escritor.

Savater reprocha a su ya antiguo periódico no contar en su plantilla con ninguna de las mujeres columnistas que más en boga están en estos momentos y, por el contrario, lamenta que El País «tenga el lote menos lucido»: «Tanto las de casa como las importadas, salvo las honrosas y escasas excepciones de rigor, son tan sectarias y aburridas como los varones con quienes se codean».

A pesar de la línea disidente que mantuvo estos años con sus colegas de página y la línea editorial del periódico, Savater confiesa «sin vanagloria» que «nunca he disfrutado tanto con mis columnas como en estos últimos tiempos, sabiendo a cuántos molestan».