El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, se coordinaron para imponer "consecuencias masivas y costos económicos severos" a Rusia si procede con una invasión de Ucrania.
Blinken y Joly mantuvieron una conversación telefónica en la que coincidieron en señalar su preocupación por la amenaza que Rusia presenta para Ucrania y valoraron maneras para convencer al Gobierno de Vladímir Putin para que elija la diplomacia, indicó en un comunicado el Departamento de Estado.
Blinken también reiteró en su llamada con Joly el apoyo "sin fisuras" de EE.UU. a la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
La primera partida de ayuda militar adicional prometida por EE.UU. a Ucrania ante las tensiones en la frontera con Rusia llegó este sábado a Kiev, informó la Embajada estadounidense en el país eslavo.
"El primero de varios envíos por un total de 200 millones (de dólares) en asistencia de seguridad para las FF.AA. de Ucrania, autorizada por el presidente (Joe) Biden en diciembre, llegó al aeropuerto de Boríspol, Kiev", comunicó la legación diplomática a través de un mensaje en sus redes sociales.
En un intento de rebajar las tensiones en torno a Ucrania, Blinken y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, mantuvieron el viernes un encuentro en Ginebra (Suiza), sin que esa reunión apenas arrojara resultados concretos.
La Unión Europea dispuesta a sancionar a Rusia
La Unión Europea (UE) estará dispuesta a sancionar con rapidez a Rusia en caso de que vuelva a realizar un ataque contra Ucrania, como hizo ya en 2014 con “sustanciosas” medidas restrictivas económicas.
“Lo hicimos en 2014, no hay razón para que no pudiéramos hacer eso ahora”, indicó este viernes un alto funcionario comunitario sobre la posibilidad de poner en marcha nuevas sanciones por el comportamiento ruso.
La situación actual, con miles de tropas rusas preparadas junto a la frontera ucraniana, supone “el reto más grave para el orden de seguridad europeo desde principios de los años 90 (del siglo pasado), desde el final de la Guerra Fría”, recordó.
En 2014, cuando Rusia se anexionó ilegalmente la península ucraniana de Crimea y se preveía el despliegue del Ejército ruso en la ciudad de Mariúpol, la UE pudo aprobar sanciones económicas e industriales en tan solo 72 horas, al estar ya preparadas.
En concreto, incluían elementos como la prohibición de que Rusia y grandes empresas rusas pudieran tomar dinero prestado de los mercados financieros europeos.
“En pocos días, impusimos las sanciones más sustanciosas que hemos impuesto nunca a ningún país”, señalaron las fuentes, que explicaron que pudieron adoptarse en tres días porque “obviamente habían sido discutidas antes y estudiadas cuidadosamente”.
Según dijeron, las autoridades políticas “actúan más o menos rápido dependiendo del desafío”, y recordaron que si la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha referido previamente a que la UE estará dispuesta a imponer sanciones masivas si Rusia vuelve a agredir a Ucrania es porque las medidas “tienen que estar al nivel del desafío”.
“La implementación de las sanciones depende de qué sanciones acordemos. La mayoría se aplica el mismo día de la publicación (…) Pero estamos hablando de planes de contingencia”, señalaron, confiando en que no sea necesario llegar a un punto en que haya que recurrir a las medidas restrictivas.
Actualmente, la UE mantiene un paquete de sanciones económicas contra Rusia por la invasión de Ucrania que va renovando cada seis meses tras recibir en las cumbres de líderes comunitarios de junio y diciembre el visto bueno para ello.
Las fuentes consideraron que la reacción que acordará la Unión ahora “no sería menos” que la de 2014.
En cualquier caso, avanzaron que en el Consejo de ministros de Exteriores comunitarios, en su reunión prevista para el lunes en Bruselas, no está previsto que se discutan “sanciones específicas” contra Rusia.
A raíz del refuerzo militar que Moscú lleva a cabo junto a Ucrania desde el otoño, Estados Unidos, la OTAN y la UE han advertido a Rusia de que atacar a ese país vecino acarrearía graves consecuencias y un alto coste económico. EFE