El periodista tunecino Jalifa Guesmi fue detenido este domingo por las fuerzas de seguridad después de ser sentenciado en mayo a cinco años de prisión por negarse a revelar sus fuentes de una información sobre el desmantelamiento de una presunta célula yihadista en Kairouán (centro).

Guesmi fue condenado en noviembre a un año pero el juez antiterrorista del Tribunal de Apelación decidió aumentar la pena tras presentar un recurso.

El Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos (SNJT) alertó entonces de los intentos para "amordazar la libertad de prensa" así como "intimidación de periodistas" desde que el presidente de la República, Kais Said, se hiciera en julio de 2021 con todos los poderes del Estado para "preservar la paz social".

El detenido es corresponsal de la radio local Mosaïque FM, cuyo director, Noureddine Boutar, fue liberado en mayo tras tres meses de prisión provisional acusado de "complot contra la seguridad del Estado", caso por el que las autoridades han detenido a una treinta de figuras de la oposición, jueces y empresarios.

La defensa de este medio, uno de los medios más relevantes del país, señaló que el motivo de su arresto fue su línea ideológica y las críticas al poder.

En noviembre el director del diario digital Business News, Nizar Bahloul, y el periodista Raouf Ben Hédi fueron convocados por la brigada anticriminal después de publicar un artículo crítico con la entonces primera ministra, Nedjla Bouden, en el que analizaba la falta de progresos durante su primer año de mandato.

El mandatario aprobó en septiembre un nuevo decreto ley sobre crímenes cibernéticos que tipifica como delito producir o difundir noticias "falsas" y rumores, penados con hasta diez años de cárcel y una multa de 50.000 dinares (equivalente a 15.000 euros).

La pasada semana, los Ministerios de Interior, Justicia y Tecnologías de la Información se comprometieron a revelar de manera regular la identidad de "los propietarios, usuarios de páginas, cuentas y grupos de redes sociales que exploten estas plataformas para producir y promover noticias falsas, declaraciones, rumores o informaciones falaces".

Según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Túnez cayó 21 posiciones en la clasificación mundial de libertad de prensa, uno de los grandes logros de la revolución de 2011, hasta situarse en el puesto 94 de un total de 180 países.