El gobierno de Nicaragua anunció este domingo que excarceló a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, el fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, a 15 sacerdotes y dos seminaristas, y los envió a Roma bajo un acuerdo con el Vaticano.
La presidencia de Nicaragua dijo que los religiosos viajaron luego de que logró con la Santa Sede acuerdos de "buena fe y buena voluntad" para mejorar el "entendimiento" con las autoridades de la Iglesia católica.
"Ellos han sido ya recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimiento de Acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover el entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la paz y el bien", añadió el gobierno en un comunicado. .
El gobierno agradeció "profundamente" al papa Francisco y al secretario del Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, junto con su equipo de trabajo "por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas".
Álvarez, de 57 años y que antes había preferido la cárcel al exilio, fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión. Estados Unidos y organismos internacionales de derechos humanos pidieron en reiteradas ocasiones su liberación.
Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora, de 53 años, y más de una decena de sacerdotes detenidos en diciembre.
"Nos tranquiliza ver la liberación de estos líderes religiosos. Todas las personas tienen derecho al culto en casa y en el extranjero", escribió en X el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols.
"Continuamos llamando a la liberación de todos los injustamente detenidos y al restablecimiento de las libertades fundamentales del pueblo nicaragüense", añadió el funcionario estadounidense.
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, y denunció un intento de golpe de Estado promovido por Washington. Esas protestas se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.
– Acogidos en Roma –
El obispo auxiliar de Managua, exiliado en Estados Unidos, Silvio Báez, dijo en un mensaje reproducido en redes sociales que los clérigos "han sido acogidos por la Santa Sede".
"Quiero invitarlos a todos a que le demos gracias al papa Francisco (…) por la eficacia de la diplomacia vaticana", dijo Báez, en un oficio religioso dominical.
El presbítero Uriel Vallejos, también exiliado en Estados Unidos, consideró que el gobierno "quiere dejar sin sacerdotes a Nicaragua".
"Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio", escribió en la red social X (antes Twitter) Vallejos.
En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano. Se desconocen las condiciones de la liberación de los religiosos.
En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía "con profunda preocupación" la detención de sacerdotes en Nicaragua.
– Tensa relación con Iglesia –
La exguerrillera sandinista y ahora opositora a Ortega, Dora María Téllez, llevó a cabo la liberación de los clérigos y medidas que las del gobierno en contra de la Iglesia continuarán.
"Seguirán por la desarticulación de la Iglesia. Todo el que les moleste será encarcelado y después desterrado", sostuvo Téllez, quien estuvo encarcelada y salió del país en febrero de 2023 en un grupo de 222 presos expulsados hacia Estados Unidos y despojados de su nacionalidad. .
La situación para la Iglesia se agravó durante las fiestas de la Navidad y Año Nuevo con la ola de detención de sacerdotes liberados este domingo junto a Álvarez.
Las relaciones diplomáticas entre Managua y el Vaticano han estado al borde de la ruptura luego de que en marzo del 2023 el papa tahara al gobierno de Ortega de "dictadura grosera".
Según una investigación de la abogada Martha Molina, exiliada en Estados Unidos, desde 2018 hubo 740 ataques contra la Iglesia y 176 sacerdotes y religiosas fueron expulsados, desterrados o se les prohibió ingresar al país.
Organizaciones vinculadas a la Iglesia han sido cerradas, entre ellas la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.