Cuba sufrirá extensos apagones durante todo este martes, que llegarán a afectar de forma simultánea a hasta el 49 % del país por falta de combustible y averías en las centrales termoeléctricas, informó la estatal Unión Eléctrica (UNE).

La isla sufre desde hace años una grave crisis energética, que se ha agravado en los últimos meses con tasas de déficit que han llegado a alcanzar el 53 % y hasta tres apagones nacionales. Actualmente, algunas regiones solo tienen suministro eléctrico durante cuatro horas al día.

La UNE, adscrita al Ministerio de Energía y Minas (Minem), calcula para la jornada una capacidad máxima de generación eléctrica puntual de 1.700 megavatios (MW) en el horario "pico", en la tarde-noche, para una demanda que prevé que alcance los 3.250 MW.

El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 1.530 MW y la afectación real -los circuitos que se desconectarán preventivamente para evitar un apagón desordenado- alcanzará los 1.600 MW en el momento de mayor consumo, algo inferior a los 1.708 MW registrados la víspera.

Refiere asimismo que nueve de las 20 unidades de producción (distribuidas en siete centrales termoeléctricas) se encuentran actualmente fuera de servicio por avería o mantenimiento. Además, por falta de diésel y fueloil, no están trabajando 49 centrales de generación distribuida.

La crisis energética cubana se debe principalmente a la carencia de combustible -debido a la falta de divisas del Estado para importarlo- y a las reiteradas averías en las obsoletas centrales termoeléctricas, con décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones.

Según diversos cálculos independientes, el Gobierno cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), de los que no dispone. Además, cualquier solución sería viable tan sólo a largo plazo.

Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. De acuerdo a esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019.

Además, los cortes eléctricos han atizado el descontento social, visible en la migración masiva de los últimos años y en las inusuales protestas que se han registrado desde 2021 en la isla.