El exministro cubano de Economía y Planificación Alejandro Gil, cesado hace apenas unas semanas, es investigado por un supuesto delito de corrupción, informaron este jueves medios oficiales de la isla.
Según un inusual comunicado del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se han descubierto "graves errores" en la conducta de Gil, quien a su vez ha reconocido "graves imputaciones" y renunciado a sus cargos como miembro del comité central del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) y como diputado.
"Como parte de la invariable ética de la revolución cubana durante estos 65 años, la dirección de nuestro partido y del Gobierno nunca ha permitido ni permitirá jamás la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad", asegura la nota, leída en la televisión estatal y reproducida literalmente en distintos medios oficiales.
Díaz-Canel agregó que la decisión de investigar a Gil se tomó de común acuerdo entre la cúpula del PCC, la Fiscalía General y el Consejo de Estado, con el objetivo de lograr el "esclarecimiento total de esas conductas".
El presidente recalcó la "tolerancia cero" de su Ejecutivo contra la corrupción, una frase que distintos cargos del Gobierno cubano han repetido en las últimas semanas con la puesta en marcha de una campaña de declaraciones e informaciones en medios oficiales con los delitos económicos.
En las últimas semanas se han difundido varias operaciones policiales y judiciales contra redes de corrupción en la que estaban involucrados, entre otros, trabajadores estatales, pero de nivel bajo y medio.
Gil, que accedió al cargo en 2018 de la mano de Díaz-Canel y se desempeñó en ese puesto hasta el pasado 2 de febrero, es el mayor alto cargo del Gobierno cubano y del PCC investigado por corrupción en más de una década.
Los últimos casos sonados, de 2011 y 2012, corresponden a las penas de cárcel dictadas contra cuatro exviceministros. Todos ellos fueron investigados dentro de una campaña anticorrupción iniciada durante los primeros años de la presidencia de Raúl Castro.
El mandato de Gil al frente de Economía y Planificación estuvo cargado de polémica por una serie de medidas que resultaron fallidas para atajar la crisis que enfrenta Cuba desde hace más de tres años y para subsanar sus graves distorsiones económicas.