El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo un llamado urgente a los portadores de armas en Haití, sumido en una profunda crisis, a que protejan la vida y la integridad de los heridos y del personal médico.
La solicitud, suscrita también por la Cruz Roja de Haití y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, se realiza "ante nuevos rebrotes de violencia" en el país caribeño y el consiguiente aumento de heridos y fallecidos, de acuerdo con un comunicado.
Las personas heridas y enfermas "deben poder recibir atención médica con libertad, sin discriminación, en cualquier momento y en todas las circunstancias", agregó el comunicado.
Jamás, se apuntó, "debe obstaculizarse la labor que realizan el personal, los vehículos y las instalaciones de salud para prevenir y aliviar el sufrimiento humano, allí donde se encuentre" y tampoco "se les debe impedir proteger la vida y la salud y procurar que las personas reciban un trato digno y respetuoso".
En consonancia con el principio fundamental de humanidad, cuyo propósito es proteger la vida y la salud y procurar que todas las personas sean respetadas, deben protegerse en Haití las ambulancias, las instalaciones médicas, los equipos de primera respuesta, incluidos voluntarios y personal médico, así como el emblema de la Cruz Roja.
A la vez, los firmantes recordaron que conforman una red "neutral, imparcial e independiente" cuya misión es exclusivamente humanitaria "de proteger sin discriminación la vida y la dignidad de quienes viven en medio de desastres y crisis, quienes atraviesan problemas de salud y sociales, así como conflictos u otras situaciones de violencia, y prestarles asistencia cuando sea necesario".
Haití vive en medio de una aguda crisis en todos los órdenes y una espiral de violencia, a lo que se suma la reaparición del cólera, que en 4 meses ya ha causado cerca de 600 muertes en el país.
En octubre pasado, el Gobierno solicitó oficialmente el envío de una fuerza extranjera, tras lo cual el secretario general de la ONU, António Guterres, propuso establecer una “fuerza de acción rápida” con militares de uno o varios países y no bajo bandera de Naciones Unidas, una iniciativa que aún no se ha concretado.