Este lunes 26 de septiembre y a petición de China, el Consejo de Seguridad de la ONU realizará una sesión informativa abierta sobre Haití, seguida de inmediato de consultas privadas a puertas cerradas.

China solicitó la reunión para discutir los disturbios que estallaron en el país después de que el gobierno anunció un aumento en el precio de los combustibles el 11 de septiembre.

En julio pasado, China pidió infructuosamente la creación de una fuerza policial internacional que se desplace a la isla y sanciones inmediatas contra individuos implicados en la violencia que azota a ese país caribeño, pero entonces el Consejo de Seguridad no fue tan lejos.

Esa reunión de julio resolvió volver a adoptar decisiones sobre Haití recién en octubre.

Antes de convocar a la reunión de hoy, China solicitó un informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas y otro del Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre los últimos acontecimientos, en tanto que México y EEUU aparentemente solicitaron otro sobre la exportación de armas a Haití.

Se espera que expongan este lunes los cancilleres de RD, Canadá y Haití, la Representante Especial del Secretario General para Haití y jefa de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH). Helen La Lime, la Directora Ejecutiva Adjunta del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Valerie Guarnieri, y la Directora Ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Delito (UNODC), Ghada Fathi Waly.

Helen La Lime describirá seguramente los acontecimientos recientes en Haití, donde estallaron violentas manifestaciones generalizadas después de que el gobierno anunciara que dejaría de otorgar US $400 millones en subsidios para gasolina, diésel y queroseno, duplicando así su precio para los consumidores.

A partir del 12 de septiembre, los ciudadanos salieron a las calles de Puerto Príncipe y de otras ciudades del país para protestar por ello y muchos manifestantes expresaron además sus quejas por el estancamiento político en curso y el manejo de las crisis económica y de seguridad por parte del gobierno, y algunos pidieron la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.

Algunas manifestaciones se volvieron violentas y ha habido informes de víctimas mortales, pero las cifras exactas no se han confirmado.

También ha habido informes de saqueos a negocios y almacenes humanitarios, así como ataques a bancos y a las casas de políticos progubernamentales y a las de la élite adinerada.

El 15 de septiembre, saquearon e incendiaron un almacén del PMA en Gonaïves, de donde la muchedumbre se llevó 1.400 toneladas de alimentos que estaban destinados a 100.000 niños en edad escolar y asistencia de emergencia para las familias más vulnerables de Haití, según el PMA.

Otras organizaciones humanitarias, incluida Caritas, han denunciado que sus instalaciones fueron asimismo atacadas y saqueadas.

Aunque las manifestaciones estallaron debido al descontento popular por las condiciones de vida, las bandas criminales han exacerbado la situación, incluso a través de declaraciones que alientan el saqueo e incitan a la violencia contra políticos y organizaciones internacionales, dijo la ONU al informar de la reunión de hoy.

En una declaración del 16 de septiembre, el secretario general, António Guterres, expresó su profunda preocupación por los disturbios, que admitió han “paralizado el país”, pidió calma, evitar la violencia y emprender un diálogo pacífico e inclusivo sobre un camino constructivo que ponga fin a la actual situación de caos.

Guterres advirtió que “si continúan las circunstancias actuales, la ya grave situación humanitaria que enfrentan las personas más vulnerables de Haití se deteriorará aún más”. El viernes 23 de septiembre la ONU ordenó la evacuación de su personal internacional no esencial de Haití.

En la reunión de hoy es más que probable que la inseguridad alimentaria en Haití sea un tema central, considerando que más de la mitad de la población padece hambre. El 22 por ciento de los niños padecen de desnutrición crónica. Según el PMA, 1,3 millones de personas en Haití necesitan asistencia alimentaria urgente.

El informe de la ONU sobre la reunión de hoy también admite que, "aunque los miembros del Consejo comparten la opinión de que Haití enfrenta graves desafíos, tienen opiniones diferentes sobre cómo deben abordarse. Esto fue evidente durante las negociaciones sobre la resolución 2645 del 15 de julio, que recientemente renovó el mandato de la BINUH".

Durante las negociaciones de julio, China abogó por varias "medidas de gran alcance, incluido el establecimiento de un embargo de armas a Haití, la imposición de sanciones específicas a los violentos y el establecimiento de una fuerza multinacional para apoyar los esfuerzos de Haití para combatir la violencia de las pandillas", pero otros miembros del Consejo de Seguridad "sintieron que se necesitaba más tiempo para discutir tales sugerencias".