La convención que redacta la nueva Constitución chilena arrancó este sábado la última jornada de votaciones de los artículos que formarán parte del borrador, que será entregado el lunes a las comisión de armonización, encargada de las últimas correcciones.
El pleno votará a contra reloj más de un centenar de disposiciones en la que se vislumbra como una jornada maratoniana, para poder cumplir con los plazos estipulados en el cronograma oficial.
El lunes, la convención sesionará en la norteña región de Antofagasta, donde presentará el borrador completo de carta magna a la Comisión de Armonización para iniciar el último capítulo de la redacción del texto.
En esta última sesión se decidirá sobre una serie de artículos relativos a medio ambiente que quedaron pendientes del pasado sábado, cuando se dio luz verde a 16 de las 35 propuestas en esta materia.
También votará temas pendientes de otras comisiones temáticas relativos al derecho de autor, los bienes comunes digitales y los límites a los sueldos de los integrantes de órganos colegiados.
Siguientes pasos
A partir de lunes comenzará a trabajar la Comisión de Armonización, formada por 40 constituyentes encargados de proponer mejoras a la redacción en cuanto a gramática y coherencia jurídica, detectar posibles contradicciones y eliminar contenido repetido.
Esta instancia tendrá menos de un mes para presentar sus observaciones al pleno, que deberá llevar a cabo las votaciones finales para presentar el texto definitivo a la ciudadanía el próximo 4 de julio.
También trabajarán en paralelo la comisión de Preámbulo, encargada de elaborar el texto que abre la carta magna, y la Comisión de Normas Transitorias, a cargo de los artículos transitorios necesarios para la transición entre una Constitución y la otra.
En caso de aprobarse en un plebiscito, el próximo 4 de septiembre, la nueva ley fundamental sustituiría a la actual, heredada del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada por muchos como el origen de las grandes desigualdades del país por su corte neoliberal.
El proceso constituyente nació como vía política para desarticular la ola de masivas protestas que comenzó en 2019, una crisis que dejó una treintena de fallecidos, miles de heridos y removió los cimientos de Chile, uno de los países más estables de América Latina.