Los legisladores estadounidenses avanzaron el jueves hacia la prohibición de ondear la bandera del orgullo en las representaciones diplomáticas del país, una victoria para los conservadores en el marco de una larga batalla cultural que se libra en el extranjero.
Se espera que el presidente Joe Biden firme el proyecto de ley de financiación de 1.012 páginas a pesar de que su administración ha abrazado los derechos LGBTQ y probablemente tendría reservas sobre este asunto.
En un cambio radical con respecto a su predecesor, el secretario de Estado Antony Blinken no solo permitió sino que alentó a las misiones estadounidenses a enarbolar en junio, Mes del Orgullo, la bandera del arco iris, que celebra el movimiento por la igualdad LGBTQ.
Bajo la gestión del expresidente Donald Trump, el predecesor de Blinken, Mike Pompeo, un cristiano evangélico, ordenó que solo la bandera de Estados Unidos ondeara en los mástiles de las embajadas.
En 2016, la embajada en Seúl intentó eludir la directiva colocando una pancarta con el arco iris en su fachada, no en el poste, una opción que parece seguir estando permitida en el nuevo paquete de financiación.
Pero la embajada retiró esa pancarta, al igual que otra de Black Lives Matter colocada después del asesinato del afroamericano George Floyd por un oficial de policía en la ciudad de Minneapolis.
Bajo la administración del expresidente Barack Obama, en 2015, la Casa Blanca fue iluminada con los colores del arco iris para celebrar la histórica decisión de la Corte Suprema que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.