El Gobierno colombiano del izquierdista Gustavo Petro volvió a insistir este martes en que es necesario que se cuenten todas las actas electorales de Venezuela y se auditen, en un segundo pronunciamiento público de su canciller, Luis Gilberto Murillo, quien esta vez precisó las actas del escrutinio deben pasar por el filtro internacional.

"Por la paz de Venezuela se requiere conocer todas las actas de los resultados finales y que estas sean auditadas por el mundo. La comunidad internacional y el pueblo venezolano esperan que prevalezcan la transparencia, las garantías electorales para todos los sectores y además es supremamente importante despejar cualquier duda sobre los escrutinios", dijo Murillo en un vídeo difundido por la Cancillería.

Las únicas comunicaciones oficiales que ha habido en Colombia desde que el domingo el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como presidente reelecto de Venezuela han sido dos pronunciamientos del canciller y un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.

"Hacemos un llamado para que, a la mayor brevedad, se proceda con el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente. Los resultados electorales de tan importante jornada deben contar con toda la credibilidad y legitimidad posibles para bien de la región y, sobre todo, del pueblo venezolano", expresó Murillo la madrugada del lunes.

Luego, la Cancillería colombiana hizo un llamado a "rechazar la violencia" y "preservar la paz" después de que miles de ciudadanos salieran a protestar en Venezuela contra los resultados anunciados por el CNE, que otorgan al presidente Maduro el 51,2 % de los votos.

La oposición, que ha convocado protestas contra un posible fraude, aseguró haber recibido más del 70 % de las actas del proceso, con las que, afirma, el resultado parcial le adjudicaba al candidato opositor Edmundo González Urrutia, respaldado por María Corina Machado, un 70 % de los votos, frente al 30 % de Maduro.

Sin embargo, en este contexto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien se ha caracterizado en sus dos años de mandato en gestionar la política internacional a base de tuits, se ha mantenido en silencio frente a la situación del país vecino y ha delegado en su canciller.

"El Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), en nombre del Gobierno colombiano y por instrucciones precisas del señor presidente Gustavo Petro, ha realizado un seguimiento al proceso electoral de Venezuela respetando siempre su autonomía", puntualizó Murillo en su pronunciamiento de hoy, en el que volvió a insistir en que están en diálogo con "todos los interesados en el proceso electoral del domingo pasado".

Además, el canciller insta "a las autoridades venezolanas" a que "respalden este proceso democrático con evidencias y herramientas que la Constitución de su país permita, mantener el diálogo entre las partes y evitar la violencia en las calles".

"Colombia, como parte de la comunidad internacional, estará presta a apoyar los esfuerzos necesarios para garantizar la paz, la estabilidad y la profundización de la democracia en la región", apostilló el canciller.

Crisis de Venezuela es "preocupante" para negociación de paz de Colombia

El consejero comisionado de paz de Colombia, Otty Patiño, manifestó este martes que la situación de Venezuela tras las elecciones presidenciales es "absolutamente preocupante" para las negociaciones de paz del Gobierno con tres grupos armados porque ese país "es garante de los procesos".

Patiño afirmó que lo que ocurre en el país vecino es "absolutamente preocupante porque Venezuela es garante de los procesos" de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia, las dos principales disidencias de las antiguas FARC.

La "situación de inestabilidad" en Venezuela tras las elecciones presidenciales del domingo, agregó Patiño, incrementa la dificultad de las negociaciones, que con el ELN y la Segunda Marquetalia han tenido rondas de diálogo en Caracas.

Estado de las negociaciones

En este momento, el Gobierno y el ELN atraviesan su peor crisis de los diálogos actuales, pues desde enero no celebran un ciclo de negociaciones y el cese al fuego bilateral, el más largo y exitoso pactado con la guerrilla, está a punto de expirar este fin de semana.

Entre tanto, las delegaciones del Ejecutivo y una facción del EMC convocaron para el 6 y el 7 de agosto en Bogotá una "plenaria extraordinaria" de la mesa de diálogos de paz.