Los colegios electorales de Brasil abrieron este domingo para las elecciones presidenciales, legislativas y regionales, en las que el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva aparece como favorito en todas las encuestas frente al actual gobernante, Jair Bolsonaro.

Las últimas encuestas de intención de voto, divulgadas el sábado, sitúan a Bolsonaro a catorce puntos de distancia del candidato favorito, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien podría ganar en primera vuelta.

"El país necesita recuperar el derecho de ser feliz. Queremos un país que viva en paz, con esperanza y que crea en el futuro", declaró Lula a periodistas después de votar en una escuela pública.

"En 2018 no pude votar porque estaba preso, víctima de una mentira, y cuatro años después estoy votando con reconocimiento de mi total libertad y la posibilidad de volver a ser presidente de este país y que vuelva a la normalidad", agregó Lula, quien permaneció en la cárcel durante 580 días por dos condenas de corrupción, posteriormente anuladas por el Tribunal Supremo.

En esta jornada, que se inició a las 08.00 hora local (11.00 GMT) y cerrará a las 17.00 (20.00 GMT), están convocados unos 156,4 millones de votantes para elegir al presidente, a los 27 gobernadores, a los 513 diputados, a un tercio del Senado y renovar a los representantes en las asambleas legislativas regionales.

Una vez que cierren los colegios electorales en todo el país, lo que por primera vez se realizará en un horario unificado, el Tribunal Superior Electoral comenzará a difundir los primeros boletines con resultados oficiales.

Previsiblemente el recuento se completará en pocas horas, gracias al sistema de votación electrónico que se usa en Brasil desde 1996 y cuya fiabilidad ha sido puesta en tela de juicio por Bolsonaro, a pesar de que nunca ha habido sospechas de fraude.

Según las últimas encuestas, dadas a conocer el sábado, Lula tiene una clara ventaja de catorce puntos porcentuales sobre Bolsonaro, y recibiría entre el 50 % y 51 % de los votos válidos proyectados por las dos empresas demoscópicas más reputadas del país.

En caso de que ninguno de los candidatos alcance más de la mitad de los votos válidos, los dos más votados tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta prevista para el 30 de octubre.

Los electores podrán ejercer su derecho al voto en los 5.570 municipios de todo el territorio, el Distrito Federal de Brasilia y el archipiélago de Fernando de Noronha, además de 181 localidades en el exterior.

Las cerca de medio millón de urnas electrónicas instaladas en el país contarán nuevamente con un amplio dispositivo de seguridad, reforzado con efectivos del Ejército, que estará presente en 568 municipios, principalmente de la región amazónica y en algunas ciudades con índices altos de violencia, como Río de Janeiro.

Las elecciones de este año, las más polarizadas desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de crispación entre Lula y Bolsonaro, una disputa que se extendió a sus seguidores, con algunos casos de ataques y muertes motivadas por discusiones políticas.

Bolsonaro y Lula madrugan para depositar su voto

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, EFE/ Ricardo Rimoli

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva ya han depositando sus votos en las elecciones presidenciales que celebran este domingo el país sudamericano con el antiguo presidente como claro favorito.

Tras depositar su papeleta en un colegio de Río de Janeiro, Bolsonaro se ha mostrado convencido de que se llevará la victoria en primera vuelta y que las elecciones se desarrollarán sin problemas.

"Estoy seguro de que serán unas elecciones limpias y que ganaremos con el 60 por ciento de los votos", ha asegurado en comentarios recogidos por 'Estadao'.

Por su parte, Lula ha hecho acto de presencia en el colegio electoral de la Escuela Firmino Correia de Araújo, en Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo. Tras la votación, todavía en curso, Lula dará una breve rueda de prensa y acompañará el recuento de votos en un hotel de la región central de la capital paulista.

Desde que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) recuperó sus derechos políticos tras ser anuladas sus condenas, no ha habido sondeo que no le haya puesto de nuevo en el Palacio del Planalto doce años después.

Consciente de ello, el aspirante a la reelección por el Partido Liberal (PL), Jair Bolsonaro, ha centrado su campaña en poner en duda el sistema electoral brasileño y en recordar el pasado con la Justicia de su rival, al tiempo que hacía frente a una pronunciada caída de su popularidad, siempre en entredicho, aunque todavía más tras su gestión de la pandemia.

Brasil decidirá su futuro en un momento en el que tiene que lidiar con índices récord de inflación, una desigualdad de tiempos anteriores, el desempleo, y los estragos de la pandemia, mientras existe el temor de que Bolsonaro no reconozca los resultados de las elecciones, después de que haya estado apelando en numerosas ocasiones al Ejército y poniendo en duda al Tribunal Supremo.

(Con informaciones de Europa Press y Agencia EFE)