El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este martes que no cambiará su "norte" tras el contundente triunfo de la ultraderecha en las elecciones constituyentes del pasado domingo, que imprimieron un giro inesperado al tablero político chileno.
"Nuestro Gobierno ha tenido y seguirá teniendo una agenda de trabajo muy clara y definida por las necesidades del pueblo, por los compromisos que adquirimos con el país".
Entre esas necesidades, el mandatario enumeró "la seguridad y el costo de la vida", así como "reformas que garanticen mayor justicia social y equidad, que están en el corazón del malestar social".
"Ese norte (…) no se modifica por coyunturas", añadió Boric durante la promulgación de una ley que busca mejorar la persecución del narcotráfico.
El ultraderechista Partido Republicano, partidario de mantener la Carta Magna actual y el modelo neoliberal instaurado en la dictadura (1973-1990), logró 23 de los 51 escaños del órgano que redactará la segunda propuesta de Carta Magna.
La extrema derecha se hizo con 12 de las 16 regiones del país, incluidos feudos progresistas como Valparaíso, y consiguió el número suficiente de escaños para tener capacidad de veto.
La lista oficialista, integrada por el Frente Amplio de Boric, el Partido Comunista y el Partido Socialista, quedó en segundo lugar con 16 consejeros, mientras que la derecha tradicional de Chile Vamos (bloque compuesto por Renovación Nacional, UDI y Evópoli) logró 11 consejeros.
El último escaño fue para un activista mapuche en el cupo reservado a los pueblos indígenas y tanto la centro-izquierda como el populista Partido de la Gente se quedaron fuera del órgano.
"NO REOPRESENTO A UN PARTIDO"
La composición es totalmente antagónica a la de la convención constituyente anterior, dominada por la izquierda.
Esa convención elaboró un texto refundacional, que consignaba el derecho al aborto, una justicia indígena y reemplazaba al Senado por un cuerpo legislativo de menor poder, y que fue rechazado por el 62 % de los chilenos en el plebiscito del pasado septiembre.
"Seguiremos trabajando firmemente por cohesionar a nuestra sociedad y recuperar la confianza interpersonal entre la ciudadanía y también de la ciudadanía hacia sus instituciones", concluyó Boric, que esta vez no planea cambios en su gabinete, a diferencia de septiembre, cuando sacó a varios de sus ministros y reforzó al ala moderada.
En aquel momento, entró al Gobierno la actual ministra de Interior, Carolina Tohá, militante del Partido por la Democracia (PPD), que decidió no concurrir a las elecciones con el resto del oficialismo y se unió a la Democracia Cristiana.
"Estoy en el cargo porque el presidente me lo ha pedido. No estoy representando a un partido", indicó este martes la titular de Interior en el mismo acto en el que habló Boric.
Los 51 consejeros elegidos el domingo tienen cinco meses para trabajar sobre un anteproyecto escrito por un grupo de expertos designados por el Congreso y que incluye 12 bases constitucionales acordadas previamente por los partidos para evitar una propuesta refundacional, como el reconocimiento de que Chile es un Estado democrático social de derecho con un sistema bicameral.
Si la extrema derecha y la ultraderecha se alían, podrán modificar sin contrapesos el anteproyecto de los expertos, que luego deberá ser sometido a plebiscito en diciembre.