Restablecer el orden público y democrático, recuperar la estabilidad y aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano son algunos de los grandes objetivos que persigue el Consejo Presidencial de Transición, para un país inmerso en una grave crisis económica, política y social y víctima de la violencia de las bandas armadas.
Esta es la declaración de intenciones que el Consejo, que debe designar un nuevo primer ministro y allanar el camino para la celebración de elecciones presidenciales, planteó este miércoles en su primera comunicación oficial, algo más de 15 días después de que se acordara su creación en una reunión convocada por la Comunidad del Caribe (Caricom) con representantes haitianos, de la ONU y de la comunidad internacional.
Para conseguir esos objetivos y devolver a Haití al camino de la legitimidad democrática y la dignidad, el Consejo Presidencial de Transición apela a la unidad: "Nos encontramos en un momento crucial que exige unidad. Es imperativo que la nación en su conjunto se una para superar esta crisis por el bienestar de todos y por un futuro mejor para nuestro país".
En estos momentos, el Consejo está ultimando los preparativos para su toma de posesión oficial, a la que seguirá el nombramiento de un primer ministro con el que formará un Gobierno de Unidad Nacional, y también da los retoques a su organización y modo de funcionamiento, que incluye un acuerdo político transparente entre los sectores implicados.
Ya ha elaborado, confirma, los criterios y mecanismos para la elección del presidente del Consejo, el nombramiento de un nuevo jefe de Gobierno y el gabinete de ministros, todo ello a fin de "aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano, atrapado desde hace demasiado tiempo entre el mal gobierno, la violencia multiforme y el desprecio ante sus perspectivas y necesidades".
"Juntos, pondremos en marcha un plan de acción claro destinado a restablecer el orden público y democrático, mediante la recuperación de la seguridad para la vida y para los bienes de la población, el alivio de la miseria y la celebración de elecciones libres, así como las reformas necesarias para el progreso de la nación", asegura el texto firmado por Leslie Voltaire, Frinel Joseph, Louis Gérald Gilles, Emmanuel Vertilaire, Fritz Alphonse Jean, Smith Augustin, Edgard Leblanc Fils y Laurent Saint-Cyr.
El difícil camino recorrido hasta constituir el Consejo
Esta primera comunicación del Consejo supone un importante avance para su implementación, después de los retrasos registrados a causa de desacuerdos tanto en la institución como en el interior de algunos de los movimientos, partidos y grupos que participan en ella.
Poco después de acordarse su creación, uno de los principales partidos involucrados, el Pitit Dessaline, anunció que no enviaría un representante a esa entidad, aunque finalmente sí ha designado un delegado.
Además, entre otros problemas registrados a la hora de conformar esta institución, está más recientemente que la única mujer que iba a integrar el Consejo, Dominique Dupuy, dimitió del cargo ante los comentarios machistas y sexistas, las fuertes críticas y las amenazas de muerte recibidas y fue sustituida por el diplomático Smith Augustin, como representante de la coalición EDE/RED/Compromiso Histórico.
Una vez que esta institución esté implementada, el actual primer ministro haitiano, Ariel Henry, dejará el poder, como él mismo anunció en un mensaje a la nación porque, como dijo entonces, "ningún sacrificio es demasiado grande" por Haití.
Su dimisión era una de las exigencias de las bandas armadas que controlan el 90 % de la capital, Puerto Príncipe, y otras zonas del país, aterrorizando a la población.
"Si Ariel Henry no dimite, el país se encamina directamente hacia el genocidio. Si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos dirigimos directamente a una guerra civil que acabará en genocidio", advirtió a principios de mes el poderoso jefe de bandas Jimmy Chérizier, alias Barbecue.
Y, mientras el Consejo da pasos adelante, la violencia sigue marcando la vida en Haití, aunque esta jornada reinó una aparente calma, después de los ataques, saqueos e incendios de días anteriores.