Un total de 39 casos de pasajeros de avión "rebeldes" han acabado siendo investigados por el FBI para una posible acusación penal desde comienzos de 2023, informó este martes la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) de Estados Unidos.
En un comunicado, la FAA indicó que ha enviado más de 270 casos al FBI desde finales de 2021, en el marco de un convenio de colaboración, y que el porcentaje de alborotadores en los aviones ha bajado el 80 % desde el pico alcanzado hace dos años, durante la pandemia, cuando recibió un total de 5.973 denuncias.
La FAA destacó en su nota que desde comienzos de 2023 ha remitido a la agencia de seguridad casos de pasajeros que han lanzado objetos y han insultado a otros a bordo del avión; de personas que intentaron acceder a la cabina del aparato y profirieron amenazas; y de gente que fumó en los lavabos.
También ha habido agresiones sexuales a pasajeras y a un menor que viajaba solo a bordo del avión, así como conductas sexuales indebidas hacia los asistentes de vuelo; y una persona que lanzó amenazas terroristas, agredió a un miembro de la tripulación y fumó en el avión.
El secretario de Transportes de EE.UU., Pete Buttigieg, indicó en el texto que ese tipo de comportamientos acarrean "inquietudes graves de seguridad para los pasajeros y la tripulación" y que es por eso que están abordando este asunto "de forma agresiva".
"Si usted se comporta mal en un avión, puede afrontar una acusación penal y multas de hasta 37.000 dólares por violación", avisó.