Un devastador incendio forestal arrasó las colinas de Hollywood, amenazando íconos culturales y dejando una estela de destrucción en Los Ángeles. Con cinco muertos y más de 10.900 hectáreas quemadas, las llamas han obligado a alrededor de 130.000 personas a evacuar. La respuesta al desastre involucra a autoridades locales y federales, mientras los vientos erráticos prolongan la crisis. El desastre también forzó a suspender las nominaciones de los Premios Óscar.

En la madrugada de este jueves 9 de enero, un incendio forestal de rápido avance se desató en las colinas de Hollywood, en una zona conocida por su vínculo con la industria cinematográfica. 

Las llamas avanzan a una velocidad alarmante, poniendo en riesgo instituciones culturales como el Teatro Dolby, sede de los Premios de la Academia. 

El Paseo de la Fama y las calles cercanas, habitualmente llenas de turistas, se vieron envueltas en un caos de sirenas y helicópteros que sobrevolaban el área arrojando agua.

El incendio, conocido como “Sunset”, comenzó alrededor de las 5:45 p.m. del miércoles 8 de enero y rápidamente creció a altas magnitudes hasta que las autoridades, que en ese momento informaban sobre otros incendios masivos en Pacific Palisades y Altadena, se vieron obligadas a redirigir recursos para contener las nuevas llamas. 

A pesar de las condiciones extremas, los bomberos lograron avances significativos gracias a una respuesta rápida y un alivio momentáneo en los vientos.

Sin embargo, las llamas de los múltiples incendios masivos que se desataron con furia en el área metropolitana de Los Ángeles, dejaron al menos cinco personas muertas y más de 1.100 negocios quemados, según informes de las autoridades locales.

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La ciudad del entretenimiento bajo el fuego

La tragedia también ha impactado a la industria del entretenimiento y el mundo de la fama, uno de los pilares económicos de la región.

Los incendios forestales han arrasado con comunidades enteras en 10.926 hectáreas equivalentes a casi 20.000 campos de fútbol.

Las conflagraciones más grandes, bautizadas como Palisades y Eaton, han destruido al menos 2.000 estructuras, incluidas casas, negocios y monumentos culturales, una cifra que duplica los datos entregados el miércoles.

El incendio de Palisades ya se ha convertido en el más destructivo en la historia de la ciudad, con 1.000 edificios completamente reducidos a cenizas.

Entre las pérdidas más destacadas se encuentra la escuela secundaria Palisades Charter, conocida por aparecer en producciones como 'Carrie y Teen Wolf'. Más de media docena de centros educativos quedaron dañados o destruidos, forzando a UCLA, una institución pública de renombre mundial ubicada en Westwood, aproximadamente a 16 km al oeste de Hollywood, a cancelar clases durante toda la semana.

Estudios de Hollywood suspendieron producciones, mientras que Universal Studios cerró temporalmente su parque temático. Además, el desastre obligó a aplazar las nominaciones de los Premios Óscar, informaron las autoridades este jueves.

Entre los daños materiales, el icónico Reel Inn, un restaurante de mariscos en Malibú, quedó completamente destruido. “Mientras todos estén a salvo, sigues ganando, ¿verdad?”, señaló Teddy Leonard, dueña del restaurante.

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Evacuaciones masivas y escenas de caos

Decenas de miles de residentes se vieron obligados a evacuar de manera abrupta. En Pacific Palisades, las carreteras colapsaron cuando los habitantes abandonaban sus autos y huían a pie para escapar de las llamas. 

En Altadena, un vecindario cercano a Pasadena, las llamas consumieron cuadras enteras mientras los residentes intentaban salvar lo que podían. 

José Velásquez, quien posee un negocio familiar de churros, logró salvar su hogar gracias a un esfuerzo desesperado con mangueras de jardín: “Muchos de nuestros vecinos estaban trabajando cuando perdieron sus casas”, describió a la agencia de noticias AP.

La situación también afectó a comunidades de alto perfil como Santa Mónica y Calabasas.  Famosos como Mandy Moore, Paris Hilton y Billy Crystal perdieron sus residencias. Este último emitió un emotivo comunicado tras la destrucción de su hogar de 45 años: “Criamos a nuestros hijos y nietos aquí. Cada rincón de nuestra casa estaba lleno de amor”, expresó.

Las llamas avanzaron tan rápido que muchos apenas tuvieron tiempo de escapar. La Policía buscó refugio dentro de sus patrullas, y los residentes de un centro para personas mayores fueron empujados en sillas de ruedas y camas de hospital, calle abajo hacia un lugar seguro.

Mientras esta carrera contra el reloj se gestaba en Pacific Palisades, las carreteras se volvieron intransitables cuando decenas de personas abandonaron sus vehículos y huyeron a pie.

Las labores de extinción enfrentan numerosos obstáculos. Los vientos erráticos, que alcanzaron ráfagas de hasta 129 kilómetros por hora, avivaron las brasas, extendiendo las llamas por kilómetros.

Además, la prolongada sequía en el sur de California ha dejado los embalses locales con niveles críticos de agua, dificultando las operaciones de los equipos de emergencia.

Kristin Crowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, destacó que el esfuerzo conjunto de recursos terrestres y aéreos fue crucial para evitar una catástrofe aún mayor; sin embargo, advirtió que las condiciones seguirán siendo peligrosas hasta el viernes 10 de enero, con previsiones de vientos sostenidos de 88 kilómetros por hora.

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Cambio climático: el trasfondo de la tragedia

California enfrenta temporadas de incendios más largas y destructivas, en gran parte debido al cambio climático.

Las temperaturas más altas y la falta de precipitaciones crean condiciones ideales para la propagación de incendios, pues desde mayo, el sur de California ha recibido menos de 2,5 mm de lluvia, una cifra alarmantemente baja.

Los expertos meteorológicos han advertido que los vientos secos como el Santa Ana seguirán exacerbando el riesgo de incendios.

Una situación que ha llevado a más de 16 millones de personas a vivir bajo advertencias de bandera roja, un recordatorio constante de que el peligro aún no ha pasado.

Además de las pérdidas materiales y humanas, el impacto cultural de los incendios es inmenso. Monumentos icónicos y comunidades históricas enfrentan una amenaza existencial. 

Con la destrucción extendiéndose desde las colinas de Hollywood hasta las costas de Malibú, Los Ángeles lucha por recuperarse de una de las tragedias más devastadoras de su historia reciente y aunque la comunidad local permanece unida, desde ya se habla de un camino hacia la reconstrucción “complejo y largo” que dejará marcas imposibles de borrar en la ciudad y quienes la habitan.

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Con AP, EFE y medios locales