Tres estadounidenses, dos españoles y un ciudadano checo fueron arrestados después de que las autoridades venezolanas los acusara de venir al país suramericano a asesinar al presidente Nicolás Maduro. Caracas asegura que es un complot orquestado por la CIA y el CNI español, aunque no ha aportado pruebas. La tensión diplomática entre España y Venezuela sigue en su punto más álgido tras varios encontronazos después del exilio del opositor Edmundo González al país ibérico.  

Estados Unidos informó este sábado 14 de septiembre la detención en Venezuela de un militar de ese país e indicó que investiga el arresto de otros dos estadounidenses.

"Podemos confirmar la detención de un miembro del Ejército estadounidense y estamos al tanto de informes no confirmados de otros dos ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela", dijo a EFE un portavoz del Departamento de Estado. 

Los arrestos fueron anunciados previamente en la televisión estatal por Diosdado Cabello, el poderoso ministro del Interior de la nación suramericana. Cabello dijo que los ciudadanos extranjeros, dos españoles, tres estadounidenses y un checo, formaban parte de un complot dirigido por la CIA para derrocar al Gobierno venezolano y asesinar a varios miembros de su cúpula, entre ellos Maduro.

Estados Unidos negó la participación en un complot contra Nicolás Maduro y afirmó que sigue apostando por "una solución democrática para el país".

La detención de españoles en plena crisis diplomática 

El ministro venezolano aseguró que los dos ciudadanos españoles "tienen vínculos" con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.

Este arresto en  Venezuela abre un nuevo capítulo en las tensiones diplomáticas que el país andino protagoniza con España desde que Edmundo González Urrutia decidiera salir hacia el país europeo.

Esta vez la denuncia ha venido por parte del ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, quien en alocución en la televisión pública del país aseguró que dos ciudadanos españoles habían sido detenidos en la ciudad de Puerto Ayacucho por supuesto “espionaje”. 

Al parecer, los detenidos se llaman José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme y fueron aprehendidos en las inmediaciones de la ciudad de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas mientras tomaban varias fotografías.  

Cabello relató varias supuestas tramas en las que los ciudadanos españoles estaban supuestamente involucrados: desde intentar asesinar a una alcaldesa chavista hasta preguntar para comprar armas y tener contactos con personas de la oposición. Sin embargo, no aportó ninguna prueba concluyente y afirmó categóricamente que las dos personas eran “espías del CNI”, el servicio secreto español.  

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España solicita más información sobre los detenidos 

La embajada española en Caracas ha solicitado al Gobierno a través de una nota diplomática que se les brinde más información sobre esos ciudadanos y los delitos que supuestamente han cometido en Venezuela. Ni la embajada ni el Gobierno de España han confirmado todavía de que realmente se trate de ciudadanos españoles, aunque han negado categóricamente que fueran parte de Centro Nacional de Inteligencia.  

Sí que ha habido un pronunciamiento del padre de uno de los dos detenidos, residentes en la ciudad de Bilbao, desde donde pudo asegurar que su hijo “no es agente del CNI”, sino que estaba en Venezuela “de vacaciones”.  

En su alocución, Diosdado Cabello también acusó a la oposición y a Estados Unidos de estar coaligados al entrar varias armas a Venezuela, en lo que el ministro del Interior venezolano catalogó de “actos terroristas”. 

Unas semanas cargadas de desencuentros diplomáticos 

Las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela pasan por un momento de tensión que no se veía desde hace años. La situación comenzó a deteriorarse después de que España intercediera ante Venezuela para gestionar la salida del candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia, quien había sido acusado por la justicia venezolana de supuesta desobediencia y cuya libertad estaba cada vez más en peligro.  

Tras la llegada de González al país ibérico éste obtuvo el reconocimiento del Congreso de los Diputados español, donde se votó una propuesta no vinculante en la que se le reconocía como “ganador legítimo” de las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio. La propuesta fue aprobada gracias al apoyo de la derecha española y algunos grupos nacionalistas vascos.  

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Sin embargo, el Gobierno de España, liderado por el socialista Pedro Sánchez, sigue manteniendo una posición de neutralidad hasta que se publiquen las actas, una exigencia que lleva haciendo semanas al CNE pero que no ha dado frutos.  

La votación en el parlamento español hizo que el líder de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez, exigiera a la cámara plantearse la ruptura de relaciones diplomáticas con España, cancelación de las rutas aéreas y expulsión de las empresas españolas del país.  

Desde España se intentó rebajar el tono de la tensión, aunque unas declaraciones de la ministra española de Defensa, Margarita Robles, calificando el tipo de gobierno chavista como “dictatorial” hicieron que desde Caracas se llamara a consultas a la embajadora destinada en Madrid y que se exigiera al embajador español en la capital venezolana que se reuniera con el canciller Yván Gil.  

La reunión entre el canciller venezolano y el embajador español parece que llegó a buen puerto, pues nunca se elevaron las declaraciones posteriores a la reunión. Sin embargo, esta acusación de espionaje lanzada en las últimas horas abre un nuevo episodio en la accidentada relación diplomática de las últimas semanas. 

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Con EFE y medios locales