Una página web perfila y expone en línea a estudiantes, académicos, individuos y organizaciones en Estados Unidos que cuestionan la operación militar de Israel en Gaza, donde el ejército israelí ha matado a más de 35.000 personas y hay más de dos millones de personas desplazadas, gran parte de la cual está al borde de la hambruna. Estar en la lista amenaza el futuro laboral de muchos estudiantes y pone en riesgo su seguridad. Canary Mission opera desde un lugar incógnito en Israel y, aunque sus finanzas no son claras, medios judíos han logrado rastrear a sus donantes.

Los estudiantes en la Universidad de George Washington que participaron en el campamento en la capital estadounidense contra la financiación de la ofensiva israelí en los territorios palestinos fueron preguntados por France 24 sobre qué era lo que más les preocupaba en las campañas en su contra. Entonces, muchos empezaron a hablar de Canary Mission

La primera en mencionarlo fue Iklil Bouhmouch, estudiante de maestría de la Universidad de Georgetown. Cuestionada por cuál era nombre, dudó al principio, pero después comentó que lo incluyera.

“De todas maneras me están vigilando y posiblemente terminaré en Canary Mission”.

Selina Al-Shihabi, coordinadora del campamento de la Universidad de George Washington, también puso en conocimiento de France 24 que sabía de la web en cuestión.

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“Muchos estudiantes acá se tienen que tapar la cara porque Canary Mission los expone en línea solamente porque se oponen a un genocidio y porque se oponen a lo que Estados Unidos está haciendo en los territorios palestinos y Gaza”, dijo Al-Shihabi.

Según Selina, muchos estudiantes tienen miedo de expresarse porque pueden ser incluidos en Canary Mission.

“Eso es algo enorme porque te limita ante futuros empleadores, potencialmente perdiendo trabajos. Además, hemos visto vallas publicitarias que circulan por la ciudad con las caras, direcciones y números de teléfono de estudiantes. ¡Es algo realmente aterrador!”.

¿Cómo funciona la lista negra?

La página web hace perfiles de profesores y estudiantes de Harvard, Columbia, NYU, MIT, Penn y otras prestigiosas universidades del país. También perfila a funcionarios públicos, individuos y agrupaciones, entre ellas Jewish Voice for Peace, una organización judía estadounidense que apoya el movimiento de desinversiones y sanciones contra Israel. En muchos casos, la página expone el lugar de residencia de las personas, comprometiendo su seguridad 

Estudiantes y profesores han salido a manifestarse masivamente contra la financiación de Estados Unidos a los bombarderos y la guerra de Israel en Gaza, que ha matado a más de 35.000 personas, entre ellos unos 14.000 niños, y deja más de dos millones de personas desplazadas y al borde de la hambruna porque las Fuerzas de Defensa Israelíes controlan y contienen la entrada de ayuda humanitaria al enclave palestino.

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Según un estimado de la agencia Reuters, el sitio web, que existe desde 2015, ha acusado a 250 estudiantes y profesores de antisemitismo, apoyo al terrorismo y odio contra Israel a partir del 7 de octubre, cuando comenzó esta nueva fase de la guerra.

Esta lista negra tiene como objetivo, “documentar a estudiantes, profesores, individuos y organizaciones que supuestamente promueven el odio hacia los EE. UU., Israel y los judíos en los campus universitarios de Nortemérica”, según la página web.

¿Quién financia la plataforma?

Canary Mission opera desde el anonimato y hay muy pocos registros sobre el origen y la financiación de sus operaciones.

Sin embargo, el medio digital judío 'Foward' reveló que, en la declaración de impuestos del 2016, la organización filantrópica judío estadounidense Helen Diller Family Foundation donó 100.000 dólares al Fondo Central de Israel. Donación marcada en registro tributario como “Canary Mission para Megamot Shalom”.

Megamot Shalom es una fundación israelí que podría estar detrás de Canary Mission, según documentos oficiales. Fue fundada en 2016 con el objetivo de “preservar y asegurar la fortaleza nacional y la imagen del Estado de Israel a través de iniciativas mediáticas y tecnológicas”.

La ONG está registrada con una dirección en Beit Shemesh, una ciudad creciente, ubicada 23 km al suroeste de Jerusalén y donde hay un edificio de una sola planta que está cerrado y abandonado.

Para 2022, Megamot Shalom empleaba a 11 personas, incluyendo a cuatro escritores, y el único donante identificado en los registros es el Fondo Central de Israel, que donó 3,5 millones de dólares entre el 2019 y el 2022, según Reuters.

Advertencias a estudiantes sobre su futuro laboral

“Cuando la narrativa y la propaganda no alcanza, se recurre a la represión. Es lo que el mundo está observando en Estados Unidos”.

Así lo explica Samir Dasuky, psicoanalista y doctor en filosofía de origen libanés, quien agrega que ya es imposible tapar con palabras lo que está haciendo Israel. 

Aquellos que se atreven a criticar y cuestionar lo que está haciendo Israel en los territorios palestinos están expuestos a intimidaciones y amenazas en EE. UU., como la de usar inteligencia artificial para nunca contratarlos. Les han advertido con demandarlos o son detenidos, les han echado de sus dormitorios universitarios y desde el Congreso avanzan proyectos de ley para quitarles el visado, redefiniendo lo que es antisemitismo y acusándolos de tener vínculos con el grupo palestino islamista Hamás.

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En una entrevista en 'Fox News', Kevin O’Leary, inversionista y presentador del programa 'Shark Tank' dijo que los manifestantes propalestinos estaban ‘jodidos’ en sus carreras profesionales porque ahora los empleadores pueden usar inteligencia artificial para reconocer las caras de los aplicantes y filtrar a aquellos que hayan participado en protestas. Agregó que los estudiantes pueden ser identificados con una lectura de sus retinas, así se tapen la cara con máscaras. 

Mientras, Bill Ackman, multimillonario de Wall Street y dueño de la firma de inversión Pershing Square Capital Management, le pidió públicamente a la Universidad de Harvard, de donde se graduó, que le entregara una lista con los nombres de los estudiantes que responsabilizaban a Israel por lo que estaba ocurriendo para así nunca volverlos a contratar. 

Por su parte, el director ejecutivo de ExxonMobil, Darren Woods, le dijo a 'CNBC' que su petrolera no estaba interesada en contratar a estudiantes de universidades que se hayan visto envueltas en protestas propalestinas.

Ya no saben qué hacer con los estudiantes

Paralelamente, activistas pro-Israel han hecho un llamado a los manifestantes para que se quiten sus máscaras.

Así lo hizo Jonathan Greenblatt, director de la Liga Antidifamación (ADF), alegando que "las máscaras que cubren todo el rostro no tienen ninguna relación con el Covid o la libertad de expresión y deberían ser prohibidas en todos los campus universitarios de manera inmediata". Una presión que resultó en que varias universidades prohibieran incluso el uso de mascarillas. 

Por su parte Alan Dershowitz, exabogado de Trump y uno de los incluidos en la lista de personas que frecuentaban las fiestas del millonario Jeffrey Epstein -quien apareció muerto en prisión en 2019, cuando esperaba ser procesado por tráfico sexual de menores-, ha asegurado en medios de comunicación que presentará demandas contra ‘Students for Justice in Palestine’ y otras organizaciones que participan en las protestas estudiantiles en los campus universitarios de Estados Unidos. 

Para muchos jóvenes esto limita a muchos a salir a manifestarse y expresarse libremente contra lo que está ocurriendo en Gaza.

Cuando se hace una búsqueda en Google del nombre de los estudiantes, lo primero que aparece es su perfil en páginas como Canary Mission, lo que ha llevado a ataques en las redes y ciberacoso, que en ocasiones terminan en la autoeliminación de la identidad digital de muchos estudiantes.

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Proliferación de plataformas

Canary Mission no es la única plataforma que intimida a los estudiantes que piden que haya un cese al fuego y se deje de financiar lo que expertos humanitarios estadounidenses califican de genocidio. 

Samar Saeed, doctora en Historia y Estudios Árabes de la Universidad de Georgetown, dice que “desde 1980, la extrema derecha y los grupos pro-Israel han tratado activamente de influir en el discurso y en el debate sobre israelíes y palestinos".

Hay otras plataformas como CAMERA; Honest Reporting; Middle East Forum; Campus Watch; David Horowitz Freedom Center; y StandWithUs, que han perfilado e intimidado a estudiantes y académicos de todo el país. 

Uno que se ha hecho conocido recientemente por el efecto nocivo que ha tenido en los estudiantes y educadores es Stopantisemitism. Más de 35 personas que han sido despedidas recientemente de sus trabajos habían sido expuestas en la página Stopantisemitism (Parar el antisemitismo), como resalta el Washington Post. 

Según el medio de la capital estadounidense, tras más de siete meses de guerra, la estrategia se ha extendido mucho más allá del ámbito académico y se ha vuelto especialmente poderosa entre los grupos pro-Israel decididos a denunciar cualquier declaración que consideren antisemita

A pesar de la intimidación en línea, la vigilancia, la represión y las amenazas de destruir el futuro profesional de los estudiantes, académicos e individuos, muchos siguen manifestándose en las calles y en los campus universitarios.

“No queremos financiar el genocidio” dicen muchos jóvenes y, como lo indican las encuestas, muy posiblemente llevarán su inconformidad a las urnas el próximo 5 de noviembre.