Las fuerzas ucranianas intensificaron su presencia militar en la región rusa de Kursk, lanzando una ofensiva desde múltiples direcciones en un movimiento estratégico para consolidar su posición antes de posibles negociaciones de paz. Moscú, por su parte, asegura haber neutralizado los avances y acusa a Ucrania de desestabilizar aún más una región ya devastada por el conflicto.

En medio de un clima de creciente tensión, los uniformados ucranianos lanzaron ataques en la región occidental de Kursk, fronteriza con Ucrania, lo que se presenta como un movimiento militar estratégico clave, cuando faltan solo dos semanas para la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

El ataque, que fue confirmado por Kiev, parece ser parte de un esfuerzo por afianzar la presencia ucraniana en un territorio cuya ocupación comenzó con la ofensiva sorpresa del pasado 6 de agosto.

“Región de Kursk, buenas noticias: Rusia está recibiendo lo que merece”, escribió en Telegram Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania.

 La declaración fue interpretada como un respaldo tácito a los reportes de blogueros rusos y medios militares ucranianos que indicaban movimientos ofensivos desde varias direcciones.

Detalles del avance ucraniano

De acuerdo con Andriy Kovalenko, jefe del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, las tropas rusas en Kursk "fueron tomadas por sorpresa" debido a la naturaleza multifocal del ataque. 

"Las fuerzas de defensa están trabajando, los rusos están muy preocupados porque fueron atacados desde varias direcciones", afirmó Kovalenko, quien no ofreció detalles específicos sobre las maniobras.

Videos publicados en redes sociales muestran columnas de vehículos blindados ucranianos avanzando rápidamente, apoyados por equipos de desminado que despejan el camino. Algunos informes también sugieren que Kiev está utilizando equipos de interferencia de radio para neutralizar drones rusos, un componente clave en las defensas del Kremlin.

Según expertos, el objetivo principal de esta operación ucraniana es la carretera que conecta la pequeña ciudad de Sudzha, tomada por Ucrania el 15 de agosto, con la ciudad de Kursk, un importante centro logístico y militar ruso. Esta vía es estratégica para asegurar el control de la región y dificultar los intentos rusos de retomar los territorios ocupados por Ucrania.

Rusia responde al ataque

Del otro lado, el ministerio de Defensa de Rusia confirmó que sus fuerzas repelieron dos contraataques ucranianos en la región. Según un comunicado publicado en Telegram, un grupo de ataque ucraniano compuesto por dos tanques, un vehículo de ingeniería y 12 blindados fue interceptado en el sector de Jutor Berdin. 

"La artillería y la aviación de la agrupación militar Sever (Norte) destruyeron diez de los vehículos del enemigo", afirmó Moscú, aunque no presentó pruebas que respalden estas afirmaciones.

Roman Alyohin, un bloguero ruso proguerra y exasesor del gobernador de Kursk, declaró que Kiev lanzó un ataque significativo hacia la aldea de Bolesoldatskoye, al noreste de Sudzha. 

Según Alyohin, los combates incluyeron fuego de artillería y enfrentamientos con armas pequeñas, lo que obligó a las fuerzas rusas a adoptar una postura defensiva.

Y es que en los últimos meses, Rusia ha reforzado su presencia militar en Kursk con miles de soldados, incluidos efectivos norcoreanos, para contrarrestar los avances ucranianos. 

Sin embargo, los combates en la región continúan siendo intensos, con ambas partes buscando consolidar posiciones estratégicas antes de cualquier posible negociación.

Un conflicto de alta complejidad

Ucrania comenzó su ocupación en Kursk durante una ofensiva sorpresa que desplegó desde agosto de 2024, logrando controlar aproximadamente 1.100 kilómetros cuadrados en solo un mes, según los informes entregados por el ministerio de Defensa ucraniano.

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Sin embargo, una contraofensiva rusa posterior, permitió a Moscú recuperar más de la mitad del territorio perdido. Actualmente, Kiev mantiene el control de unos 460 kilómetros cuadrados en la región, según los datos oficiales. 

Los analistas militares señalan que esta nueva ofensiva ucraniana tiene un componente estratégico y simbólico. Ocurre en un momento en que Rusia busca consolidar su posición en Kursk y cuando Estados Unidos, con un cambio de administración inminente, podría modificar su apoyo a Ucrania.

Según el portal ucraniano de información militar ‘Militarnyi’, la nueva ofensiva busca no solo avanzar territorialmente, sino también exponer la vulnerabilidad de Rusia y mejorar la posición de Kiev en eventuales conversaciones para poner fin al conflicto.

Mientras todo esto ocurre, la comunidad internacional observa con preocupación la escalada en Kursk, ya que este conflicto podría tener implicaciones significativas en el equilibrio de poder en Europa del Este. 

Expertos entrevistados por la agencia de noticias Reuters han advertido que la prolongación de la guerra en esta región estratégica no solo afecta a las naciones directamente involucradas, sino que también “amenaza la estabilidad regional y la seguridad global”.

Mientras tanto, tanto Ucrania como Rusia parecen estar preparándose para una nueva etapa del conflicto, con ataques y contraataques, que podrían redefinir las líneas de control en Kursk y sus alrededores.

Con Reuters, EFE y medios locales.