Donald Trump subió al escenario del Madison Square Garden de Nueva York la noche de este 27 de octubre, a nueve días de las elecciones, después de que varios de sus aliados utilizaran insultos denigrantes y racistas contra sectores poblacionales del país y la vicepresidenta Kamala Harris.

El candidato republicano comenzó haciendo las mismas preguntas que ha formulado al inicio de cada mitin reciente: "¿Están mejor ahora que hace cuatro años?" La multitud respondió con un rotundo "¡No!".

"Esta elección es una elección entre si tendremos cuatro años más de gran incompetencia y fracaso, o si comenzaremos los mejores años en la historia de nuestro país", dijo después de ser presentado por su esposa, Melania Trump, cuya rara aparición sorpresa se produce después de que haya estado prácticamente ausente en la campaña electoral.

El domingo, varios oradores insultaron groseramente a Harris, que aspira a convertirse en la primera mujer y la primera mujer negra en ganar la Presidencia. Y un cómico hizo comentarios lascivos y racistas sobre los latinos, los judíos y los negros, todos ellos electorados clave en las elecciones a solo nueve días de la cita.

"No sé si lo saben, pero ahora mismo hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico", dijo el cómico Tony Hinchcliffe, cuya broma fue inmediatamente criticada por la campaña de Harris, que compite con Trump para ganarse a las comunidades puertorriqueñas en Pensilvania y otros estados indecisos. Poco después de la aparición de Hinchcliffe, la superestrella de la música Bad Bunny, que es de Puerto Rico, apoyó a Harris.

David Rem, amigo de la infancia de Trump, por su parte, se refirió a Harris como "el anticristo". El empresario Grant Cardone dijo a la multitud que Harris "y sus chulos destruirán nuestro país". Y el expresentador de Fox News Tucker Carlson llamó a Harris, hija de inmigrantes jamaicanos e indios, "una exfiscal de California samoana, malaya y de bajo coeficiente intelectual".

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El cierre de campaña de Trump se convierte en espectáculo

El evento fue un espectáculo. Hicieron presencia el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, el psicólogo Phil McGraw, el exluchador Hulk Hogan y alguien que pintó un cuadro de Trump abrazando el Empire State Building.

Esos fueron los discursos antes de que el candidato presidencial republicano subiera al escenario con más de dos horas de retraso.

Trump añadió el domingo una nueva propuesta a su lista de recortes fiscales destinados a ganarse a los adultos mayores y a los trabajadores, que incluye promesas de acabar con los impuestos sobre las prestaciones de la Seguridad Social, las propinas y el pago de horas extras y un crédito fiscal para los cuidadores familiares.

Harris, por su parte, habla de la "generación sándwich", formada por adultos que cuidan de sus padres mayores y crían a sus hijos al mismo tiempo. Harris ha propuesto financiación federal para cubrir los gastos de atención domiciliaria de los estadounidenses mayores.

Trump en su mitin repitió frases conocidas sobre política exterior e inmigración, pidiendo la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense y diciendo que el día que asuma el cargo, "la invasión inmigrante de nuestro país termina".

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Una segunda versión de la Convención Nacional Republicana

Muchos de los oradores del domingo aparecieron en el escenario de la Convención Nacional Republicana (RNC). Esta vez, los mismos oradores gritaron y arremetieron más contra los demócratas.

Hogan, que regresaba al lugar donde actuó hace años como luchador profesional, pareció retomar su personaje, apareciendo con una boa gigante roja, naranja y amarilla y agitando violentamente una gran bandera estadounidense mientras posaba y bailaba. Escupió en el escenario durante su discurso, flexionó los músculos repetidamente y dijo al público: "Trump es el único hombre que puede arreglar este país".

Aunque algunos demócratas y expertos han cuestionado la decisión de Trump de celebrar lo que tachan de acto vanidoso en su ciudad natal. El mitin garantiza a Trump lo que más ansía: los focos, una cobertura amplificada y una audiencia nacional.

El mensaje final que pronunciará el domingo, según su campaña, es que Harris "rompió" el país y que Trump "lo arreglará". Los asistentes al mitin ondeaban horas antes carteles con la frase "Trump lo arreglará".

Algunos demócratas, argumentando que Trump es un "fascista", han comparado su acto del domingo con un mitin pronazi en el Garden en febrero de 1939. Varios oradores criticaron el domingo a Hillary Clinton, la demócrata derrotada por Trump hace ocho años, por decir recientemente que Trump estaría "recreando" el acto de 1939.

"Chicos, ahora están intentando llamarnos nazis y fascistas", dijo Alina Habba, una de las abogadas de Trump, que se puso una brillante chaqueta “MAGA” mientras hablaba. "¿Y saben lo que afirman, chicos? Da mucho miedo. Afirman que vamos a ir a por ellos e intentaremos meterlos en la cárcel. Bueno, ¿no es genial?"

Hogan, con su característico gruñido ronco, dijo "No veo a ningún nazi apestoso aquí".

Trump ha denunciado las cuatro acusaciones penales presentadas contra él como motivadas políticamente. En las últimas semanas ha intensificado sus denuncias de "enemigos internos", nombrando a rivales políticos nacionales, y ha sugerido que utilizaría al Ejército para perseguirlos. Harris, a su vez, ha llamado "fascista" a Trump.

El estadio estaba lleno horas antes de la intervención de Trump. Fuera del estadio, las aceras estaban abarrotadas de partidarios de Trump con gorras rojas de 'Make America Great Again'. Había una fuerte presencia de seguridad.