Donald Trump volvió a cargar contra la idea dentro del grupo BRICS de crear una moneda común que desafíe la hegemonía del dólar en el comercio internacional. El presidente estadounidense amenazó con aranceles de hasta el 100% al bloque formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. ¿Cómo responderá el bloque de las poderosas economías emergentes? Analistas consideran que "Estados Unidos sería el mayor perdedor".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, deja entrever la posibilidad de una guerra arancelaria con los BRICS. Desde la Oficina Oval, Trump amenazó expresamente con imponer aranceles "del 100%" al conjunto de países que integran el grupo, de concretarse la idea sondeada por algunos líderes del bloque de crear una nueva moneda común para favorecer el comercio lejos del dólar estadounidense.
"Si juegan con el dólar, el mismo día les aplicaremos un arancel del 100% (…) Si los BRICS quieren jugar, esos países no comerciarán más con nosotros. No comerciaremos con ellos", dijo Trump en una rueda de prensa desde la Casa Blanca el pasado 13 de febrero.
No es la primera vez que el magnate neoyorquino amenaza al bloque de países emergentes. Desde su campaña presidencial, Trump ha advertido a las naciones que componen los BRICS sobre no materializar una moneda alternativa al dólar para el intercambio de bienes a nivel internacional, repitiendo en varias ocasiones las consecuencias que eso traería para los países que la adopten: 100% de aranceles a sus productos.
Ante las advertencias de la Casa Blanca, los BRICS no han conseguido formar una respuesta unificada. Desde el Kremlin, el Gobierno ruso desestima las amenazas, mencionando que el grupo "nunca ha hablado" sobre la creación de una nueva moneda común y detallando que las conversaciones se han limitado en desarrollar "nuevas plataformas de inversión conjunta que permitirían inversiones conjuntas en terceros países".
Empero, desde el Gobierno brasileño no han escatimado en advertir sobre posibles represalias a las amenazas arancelarias del trumpismo.
Sobre los impuestos anunciados al acero anunciados por el mandatario estadounidense, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, no dejo lugar a la duda en torno a una posible respuesta brasileña, argumentando que "habrá reciprocidad de Brasil a cualquier actitud que Estados Unidos tome contra Brasil".
"Escuché que van a imponer aranceles al acero brasileño. Si lo hacen, reaccionaremos comercialmente o denunciaremos ante la Organización Mundial de Comercio o gravaremos los productos que importamos de ellos", exclamó el líder brasileño. Aunque no hizo referencia a las palabras de Trump sobre la intimidación contra los BRICS, Lula da Silva es el líder dentro del grupo que más ha respaldado la idea de una nueva moneda conjunta.
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EE. UU. vs. BRICS: "Estados Unidos sería el mayor perdedor"
Los avisos del republicano sobre intensos gravámenes arancelarios en contra del grupo de países que comandan el movimiento en favor de la multipolaridad económica y política en el mundo podrían detonar una intensa guerra comercial. Una que no tendría ganadores a la vista.
"Las tarifas al grupo BRICS y a otros países tienen el potencial de desatar una guerra tarifaria primero y, de presentarse una escalada tarifaria, entonces se podrían desatar tanto una guerra comercial como una guerra cambiaria", detalló Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, en entrevista con France24.
Coutiño detalló que, aunque las importaciones estadounidenses provenientes de los países miembros de los BRICS representan "menos del 20%" de su balanza comercial – solo China representa el 14% –, los posibles efectos de una guerra tarifaria y comercial con el bloque podría traer consecuencias inflacionarias para el país norteamericano, afectando finalmente a los consumidores promedio con la subida de precios.
Sin embargo, los aranceles también detonarían dificultades dentro de los BRICS.
Brasil se ha posicionado como uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos en América Latina, siendo el segundo mayor proveedor de acero para Estados Unidos, con unos 4,08 millones de toneladas exportadas en 2024.
Una hipotética guerra comercial entre ambos polos de poder tendría efectos negativos para las economías de los BRICS, sin embargo, el precio más alto correría a nombre de Washington.
Los BRICS representan alrededor del 55% de la población mundial, así como el 45% del PIB mundial, por lo que la desvinculación de la economía estadounidense con el bloque generaría, además de una irrupción total del comercio mundial, un aislamiento comercial en el gigante norteamericano.
"Estados Unidos sería el mayor perdedor, puesto que esa guerra significaría una lógica de 'Estados Unidos contra el mundo', que ocasionaría todo un resquebrajamiento del comercio mundial, y daría lugar a un aislamiento comercial reagrupamiento de bloques comerciales antagónicos", apuntó Coutiño.
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India y Rusia por un lado; Brasil, China y Sudáfrica por el otro
Nacido en 2009 producto de una unión entre Brasil, China, India y Rusia, a la que rápidamente se añadió Sudáfrica, el BRICS es un poderoso grupo geopolítico que pretende impulsar un proyecto de multipolaridad dentro del sistema internacional actual, en donde Estados Unidos tiene la rienda de la hegemonía.
En años recientes, el BRICS ha sido una alternativa, más política que económica, para otros países en vías de desarrollo o economías emergentes. En 2023, Egipto, Indonesia, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se unieron a la iniciativa BRICS+, como un bloque alterativo al G7 que pueda generar un contrapeso con los poderes occidentales tradicionales.
Sin embargo, la relación entre los miembros de los BRICS y Estados Unidos difiere entre sí, haciendo que la cohesión diplomática sea uno de los mayores retos para el bloque, especialmente con el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Con el republicano al mando, el comportamiento de política exterior estadounidense se rige menos por la tradición, y más por el pragmatismo y la afinidad política del magnate neoyorquino. Por un lado, el primer ministro de la India, Narendra Modi, se ha posicionado como uno de los aliados internacionales más cercanos a Trump, calificándolo en reiteradas ocasiones como un "amigo".
El afecto es mutuo. El pasado 13 de febrero, Modi visitó Estados Unidos para reunirse con el republicano, con el objetivo de limar las diferencias entre ambos con relación al déficit comercial que tiene Washington esa nación, achacada por Trump a los altos aranceles que el Gobierno derechista de Modi impone a las importaciones estadounidenses.
Ambos líderes, de corte conservador, comparten visiones nacionalistas del desarrollo de sus países. El primer ministro indio no escondió su admiración por el lema "Make America Great Again" del trumpismo.
"Tomando prestada una expresión de los EE. UU., nuestra visión de una India desarrollada es 'Hacer que India vuelva a Ser Grande', o MIGA. Cuando Estados Unidos e India trabajan juntos, cuando es MAGA más MIGA, se convierte en mega, una mega asociación para la prosperidad.”, dijo Modi durante su visita a la Casa Blanca.
De manera similar, aunque más distante, está el presidente ruso, Vladímir Putin, con quien Trump siempre ha demostrado una relación más cercana que otros presidentes estadounidenses. En días pasados, el republicano entabló conversaciones telefónicas con su homólogo ruso por primera vez en tres años, con el objetivo de iniciar las negociaciones para terminar con la brutal guerra en Ucrania.
Sin embargo, el lazo entre Trump y los otros países del bloque no es similar. China ha sido uno de los objetos de ataque tradicionales del republicano desde su primer mandato, mientras que la relación con Brasil y Sudáfrica se ha deteriorado en las primeras semanas de su segunda Administración.
En esa división, es Brasil, comandada por Lula da Silva, quien representa una de las mayores voces internas de los BRICS por poner cara a Washington con medidas atrevidas, como la creación de una moneda conjunta o la expansión del grupo. Sin embargo, para los expertos, las diferencias internas en el bloque ponen muy lejos la posibilidad de una nueva moneda en el mundo.
"La retórica antidólar de los BRICS, mayormente liderada por Brasil, tiene una connotación más política que económica, bajo el argumento de pretender combatir la supremacía del dólar. En realidad ese argumento es más un buen deseo que una realidad.", sostuvo Coutiño.
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Con AP, EFE y Reuters