El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra la obispa de la Iglesia episcopal Mariann Budde, quien en un servicio religioso frente al republicano, el martes, le pidió tener piedad frente a las comunidades que temen por su regreso a la Casa Blanca, como los inmigrantes o las minorías LGBTIQ+.
“Radical de izquierda”, “desagradable” y “no inteligente” son algunas de las palabras que utilizó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para arremeter contra la obispa, Mariann Budde.
¿El motivo? Haberle pedido durante un servicio religioso tener “clemencia hacia las personas que están asustadas ahora” por su regreso a la Casa Blanca.
“Como usted le dijo a la nación ayer, usted ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Señor, le pido que tenga clemencia de las personas en nuestro país que están asustadas ahora. Hay menores gais, lesbianas y transgénero en familias demócratas, republicanas e independientes, algunos de los cuales temen por sus vidas”, exhortó Budde, la primera obispa diocesana de Washington.
La líder religiosa también pidió por los millones de inmigrantes sin documentos que trabajan en Estados Unidos y que Trump promete deportar con su repetitivo discurso en el que los califica como “criminales”.
En este sentido, Budde también pidió a Trump clemencia por “las personas que recogen nuestros productos, limpian nuestras oficinas, trabajan en granjas agrícolas, lavan los platos en los restaurantes y trabajan en turnos nocturnos en hospitales. Puede que no sean ciudadanos o no tengan la documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son criminales. Pagan impuestos y son buenos vecinos”, subrayó la líder religiosa.
Su petición tuvo lugar al final de un servicio religioso, el martes 21 de enero, un momento que concluía la serie de eventos de la nueva investidura del líder republicano. Trump observó desde las primeras filas de la iglesia, antes de esquivar la mirada y susurrar un comentario a su vicepresidente JD Vance.
Al final del servicio y al ser cuestionado sobre el sermón, Trump respondió: “¿Les pareció emocionante? No muy emocionante, ¿verdad? No me pareció un buen servicio”.
Pero sus reproches solo empezaban. Mediante su plataforma Truth Social continuó arremetiendo contra Budde, al tiempo que insistió en tildar a todos los inmigrantes como delincuentes.
“La llamada Obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odia a Trump. Llevó a su iglesia al mundo de la política de una manera muy descortés. Su tono era desagradable, y no convincente ni inteligente. No mencionó la gran cantidad de inmigrantes ilegales que llegaron a nuestro país y mataron a personas. Muchos fueron sacados de cárceles e instituciones mentales. Es una ola de delincuencia gigante que está teniendo lugar en EE. UU. Aparte de sus declaraciones inapropiadas, el servicio fue muy aburrido y poco inspirador. ¡No es muy buena en su trabajo! ¡Ella y su iglesia le deben una disculpa al público!”, señaló Trump.
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Los decretos que despiertan temor entre las minorías en EE. UU.
En su primer discurso de su segunda Presidencia, pocos minutos después de juramentar el cargo, Trump enfatizó en que “ahora en Estados Unidos solo habrá dos géneros: masculino y femenino”. Horas después, firmó una serie de decretos en esta y otras materias, incluida la inmigración y seguridad fronteriza, lo que incrementa los temores entre las comunidades migrantes y otras minorías del país.
Trump firmó el lunes 20 de enero órdenes ejecutivas que revocan las protecciones para las personas transgénero y terminan con los programas de diversidad, equidad e inclusión dentro del Gobierno federal, en lo que describió en su discurso inaugural como una medida para poner fin a los esfuerzos de “ingeniería social de la raza y el género en cada aspecto de la vida pública y privada”.
Ambos son cambios importantes para la política federal y están en línea con las promesas de campaña de Trump.
Una orden declara que el Gobierno federal reconocería solo dos sexos inmutables: masculino y femenino. La definición se basará en si las personas nacen con óvulos o espermatozoides, en lugar de sus cromosomas. El cambio lo presentó como una forma de proteger a las mujeres del “extremismo de género”.
Grupos conservadores como la Asociación Estadounidense de la Familia están elogiando el cambio como uno que reconoce la verdad. Pero expertos como la Asociación Médica Estadounidense y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría sostienen que el género es un espectro, no una estructura binaria que consiste solo en hombres y mujeres.
Asimismo, sus órdenes ejecutivas indican que el dinero de los contribuyentes federales no podría usarse para financiar “servicios de transición”. Un pequeño número de reclusos de prisiones federales se han sometido a cirugías de reafirmación de género y más han recibido tratamientos como terapia hormonal pagados con fondos federales, resalta la agencia de noticias estadounidense AP.
Con respecto a la migración, el mandatario firmó órdenes para poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento y declarar una emergencia nacional en la frontera entre Estados Unidos y México.
En respuesta, los fiscales generales de 22 estados demandaron el martes para bloquear la medida del presidente Donald Trump de poner fin a una práctica migratoria centenaria conocida como ciudadanía por derecho de nacimiento que garantiza que los niños nacidos en Estados Unidos sean ciudadanos independientemente del estatus de sus padres.
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Los fiscales generales demócratas y los defensores de los derechos de los inmigrantes dicen que la cuestión de la ciudadanía por derecho de nacimiento es una ley establecida y que, si bien los presidentes tienen una amplia autoridad, “no son reyes”.
"El presidente no puede, de un plumazo, borrar de la existencia la 14ª Enmienda, punto", subrayó el fiscal general de Nueva Jersey, Matt Platkin.
La Casa Blanca señaló que está lista para enfrentar a los estados en los tribunales y calificó las demandas como “nada más que una extensión de la resistencia de la izquierda”.
Además, el martes 21 de enero, la Administración Trump anunció que había revocado la guía de la era Biden que limitaba los arrestos federales a inmigrantes cerca de lugares sensibles, incluidas escuelas, hospitales e iglesias.
El líder republicano ha prometido anteriormente deportar a millones de inmigrantes indocumentados, haciendo de la idea del “mayor programa de deportación en la historia estadounidense” una bandera de su campaña.
La secretaria interina de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, rescindió la orden el lunes, dijo el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Huffman también emitió una directiva que limita el uso de la "libertad condicional" que empleó el expresidente Joe Biden para permitir que cientos de miles de inmigrantes ingresaran a Estados Unidos legalmente de manera temporal.
"Los delincuentes ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados", señaló el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado.
Escuelas, hospitales e iglesias de todo el país han expresado su preocupación por la iniciativa de deportación masiva de Trump, y algunos están redactando sus propios planes sobre cómo responder.
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Con Reuters, AP y medios locales