“Una batalla abierta en todos los frentes”. Con estas palabras, Hassan Nasrallah, el líder del Hezbolá, describe el giro de los acontecimientos en la región y sugiere una posible expansión del conflicto en Oriente Medio. Su discurso se produjo un día después de que un bombardeo israelí en Beirut acabara con la vida de uno de los altos funcionarios de su organización, Fouad Chokr. En opinión de Nasrallah, Tel Aviv ha cruzado una línea roja y deberá enfrentar las consecuencias.

El asesinato de Fouad Chokr en Beirut, un destacado dirigente militar del Hezbolá, y de Ismail Haniyeh en Teherán, había generado expectativas en torno al discurso de Hassan Nasrallah. En su intervención del 1 de agosto, el líder del Hezbolá, aliado de Irán, se dirigió abiertamente a Israel. 

“¡No saben qué línea roja han cruzado!”, exclamó, prometiendo vengar “sin lugar a dudas” la muerte de su comandante militar. “El enemigo debe estar preparado para una respuesta inevitable de nuestra parte”, afirmó Nasrallah durante un discurso televisado que fue transmitido en vivo durante los funerales de Fouad Chokr. 

“Hemos superado el simple apoyo a la causa. Esto es una batalla abierta en todos los frentes; hemos entrado en una nueva etapa”, advirtió el dirigente libanés. 

Israel justificó su ataque a Beirut afirmando que había bombardeado en represalia por el lanzamiento de un cohete que mató a doce niños en la ciudad drusa de Majdal Shams, ubicada en los Altos del Golán ocupados, el 27 de julio. 

Sin embargo, Nasrallah negó cualquier responsabilidad de su organización en ese ataque. “Negamos toda responsabilidad por lo que ocurrió en Majdal Shams, y nuestra investigación interna confirma que no tenemos nada que ver con ello”, insistió el líder del movimiento islamista. “Este ataque [israelí que resultó en la muerte de Chokr] no es una respuesta al ataque en Majdal Shams. Forma parte de la guerra y constituye una respuesta al frente de apoyo libanés [a Hamas en la Franja de Gaza]”, acusó Nasrallah.

El llamado a la venganza del líder del movimiento político libanés deja pocas dudas sobre la posibilidad de una represalia contra Israel. Para Hezbolá y su aliado iraní, que creen que Israel no les deja prácticamente opción —habiendo sobrepasado todas las líneas—, es necesario restablecer el principio de la disuasión.

Reestablecer la capacidad de disuasión

La línea que el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu habría cruzado y que Hassan Nasrallah menciona en su discurso se refiere a las normas no escritas sobre el compromiso militar en el frente libanés. Desde que el partido inició un frente de apoyo a Hamas en la Franja de Gaza en octubre de 2023, Hezbolá ha mantenido el principio de reciprocidad en los ataques. Sin embargo, tras la eliminación de Fouad Chokr y el bombardeo en Dahiyeh, un barrio densamente poblado que constituye un bastión del Hezbolá en el sur de Beirut, la organización sostiene que se ha cruzado un umbral significativo.

Hassan Nasrallah había advertido previamente que atacaría ciudades israelíes estratégicas como Haifa o Tel Aviv en respuesta a cualquier agresión contra Beirut. Con siete muertos y más de 80 heridos a causa de esos bombardeos, el Partido de Dios se ve obligado a demostrar a su base popular que posee la capacidad de responder y proteger a su comunidad.

La pregunta que surge ahora es cuándo se llevará a cabo la represalia, cuál será su magnitud y si Irán participará directamente en ella. Según analistas de la región, las intenciones de Teherán y sus aliados, incluido Hezbolá, permanecen inalteradas. No buscan un conflicto abierto con Israel, pero sí desean restablecer el principio de la disuasión.

¿Está la región al borde de un conflicto a gran escala, o se restablecerá el principio de disuasión para regresar a la situación anterior? El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se mostró optimista el miércoles, asegurando que no observaba signos de una escalada inminente.

Por su parte, Benjamin Netanyahu afirmó que Israel se encuentra en un "nivel muy alto" de preparación para cualquier eventualidad, tanto en términos defensivos como ofensivos, según un comunicado de su oficina difundido por el diario Haaretz. “Haremos que se pague un alto precio por cualquier acto de agresión en nuestra contra, sin importar el contexto de las operaciones”, agregó el primer ministro, quien está programado para reunirse el jueves por la noche con el presidente estadounidense Joe Biden.

Con AFP y Medios locales