Organizaciones humanitarias locales señalan a los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de haber atacado un poblado dentro del estado de El Gezira, dejando un saldo de 124 personas fallecidas. La masacre tuvo lugar tras la deserción de uno de los comandantes de las FAR en la zona.

Una de las peores masacres en 18 meses del conflicto en Sudán. El pasado 25 de octubre, los paramilitares asaltaron el pueblo de Sariha, en el corazón de El Gezira al este de Sudán, "a bordo de 20 vehículos de combate y decenas de motocicletas", según confirmó el secretario general de la organización civil Conferencia de El Gezira, Al Mubar Mahmud, para la agencia EFE.

Mahmud añadió que los milicianos "abrieron fuego con armas pesadas contra los ciudadanos del pueblo" en un ataque que duró hasta la mañana del 26 de octubre. Su organización, junto con otros grupos de la sociedad civil, contó al menos 124 muertos y más de 100 heridos como resultado del brutal asalto de los paramilitares liderados por Mohamed Hamdan Dagalo.

Otra organización de activistas locales, el Comité de Resistencia de Wad Madani, difundió por redes sociales imágenes donde se podía ver a los asaltantes de las FAR allanar residencias del poblado, amedrentar a la población con insultos raciales y docenas de cuerpos inertes preparados para ser enterrados en enormes fosas comunes.

"La población de Gezira se enfrenta al genocidio de las Fuerzas de Apoyo Rápido y es imposible atender a los heridos o incluso evacuarlos para que reciban tratamiento. Los que han salido a pie han muerto o se enfrentan a la muerte", expresó el Sindicato de Médicos Sudaneses a través de un comunicado.

El conflicto entre las FAR y el Ejército sudanés, liderado por el general Abdel Fattah al-Burhan, ha dejado al menos 150.000 muertos desde que las hostilidades explotaron, por el control del país africano, en abril de 2023.

La ira de las FAR por la deserción de uno de sus comandantes

El ataque en Sariha llega días después de la rendición del general de las FAR en El Gezira, Abuagla Keikal, que desertó de su puesto para entregarse al Ejército del país el pasado 20 de octubre. Organismos locales acusan a las FAR de atacar Sariha por ser el pueblo natal de Keikal.

Por su parte, el grupo paramilitar señaló al Ejército de armar a los civiles en Sariha y utilizar a las tropas que Keikal se llevó cuando desertó para atacar a los miembros de las FAR estacionados en las inmediaciones de la localidad. Al-Burhan dijo que, mientras más "sangre derraman" las FAR, "más decidido está el pueblo sudanés a resistirles", en un conflicto en el que ambos bandos están acusados de serias violaciones a los derechos humanos.

Leer tambiénLa ONU acusa de crímenes de guerra a ambos bandos de la guerra en Sudán

"Cuanto más derrama sangre de ciudadanos inocentes la milicia terrorista de la familia de Dagalo, más decidido está el pueblo sudanés a resistirles. La violación del Derecho Internacional Humanitario y los crímenes contra la humanidad no quedarán impunes y hacen imposible tolerar a la milicia", escribió el líder sudanés a través de su cuenta de X.

Las FAR han sido acusadas por una parte de la comunidad internacional de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad desde el comienzo de las hostilidades, particularmente en la región de Darfur Occidental. El Ejército también ha sido señalado por crímenes similares debido al bombardeo indiscriminado en zonas controladas por los paramilitares.

La situación en Sudán fue descrita en junio por Linda Thomas-Greenfield, embajadora estadounidense en la ONU, como la "crisis humanitaria más grande del planeta", con alertas internacionales sobre la inseguridad alimentaria en el país, llegando Naciones Unidas a declarar la existencia de hambruna en zonas de Darfur, y contar más de siete millones de desplazados.

Con AFP, EFE y Reuters