La Unión Eléctrica, principal empresa estatal encargada de la generación y distribución de energía en Cuba, anunció este miércoles en la madrugada que el sistema de la isla se encontraba desconectado tras una falla en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, situada 102 kilómetros al este de La Habana.
Por tercera vez este año, el sistema eléctrico de Cuba colapsó. Esta vez, un apagón generalizado sumió a la isla en la oscuridad total desde la noche del martes. La estatal Unión Eléctrica atribuyó el fallo al disparo o caída en el sistema automático de la principal termoeléctrica del país, la Antonio Guiteras, situada en la provincia de Matanzas, a 102 kilómetros de la capital.
Cuba, que ha estado sometida a racionamientos de energía y apagones durante la mayor parte de este año, sufrió el peor y más prolongado colapso de su sistema eléctrico en años el pasado 18 octubre. Ese fallo mantuvo a la población sin energía durante cuatro y hasta cinco días, según las zonas.
El Gobierno responsabiliza de la inestabilidad eléctrica al embargo y las sanciones estadounidenses.
El miércoles, las autoridades indicaron que se comenzó a restablecer el suministro de energía, el más reciente de una serie de apagones a nivel nacional que han puesto de relieve la fragilidad —y precariedad— del sistema de generación de energía del país, sustentado principalmente por plantas termoeléctricas, instaladas entre los años 60 y 70, con tecnología extranjera, principalmente proveniente de la antigua Unión Soviética, China y España.
El ministro de Energía de Cuba, Vicente de la O’Levy, afirmó que el Gobierno había establecido como prioridad a los hospitales y las instalaciones de bombeo de agua en el restablecimiento de la energía eléctrica en circuitos dispersos en todo el país.
El Ministerio del Trabajo de la isla anunció la suspensión de las actividades laborales y académicas en todo el país en medio de la contingencia, pero “los servicios básicos de la población se mantienen", según un comunicado.
Las fallas en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) tienen su origen en el severo deterioro de la infraestructura eléctrica e instalaciones, explotadas durante décadas sin el correcto mantenimiento y con graves déficits en la restitución de piezas y reparaciones necesarias, muchas veces aplazadas o resueltas a medias.
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Pero también ante la ausencia de combustible, la mayor parte de la generación debe hacerse a través de la quema de diésel y fuel, y la reducción de los envíos de crudo y otros combustibles desde Venezuela, Rusia y México ha obligado a apagar algunas plantas generadoras, poniendo más presión sobre otras.
La isla padeció durante esta temporada el paso de dos huracanes: Óscar y Rafael, que provocaron graves daños en viviendas, además de inundaciones y la caída de tendido eléctrico en todo el país.
El Gobierno ha hecho llamados a la calma, pidiendo a la población paciencia, ante el creciente descontento —también— por la escasez de alimentos y bienes básicos, que ha sido no pocas veces la chispa de enormes protestas y malestar social:
“No sabía que había un apagón total otra vez”, dijo Danielis Mora, una trabajadora en La Habana a la agencia Reuters. “Donde yo vivo tampoco hay gas, si no hay electricidad no hay cómo hacer comida, tiene que ser con leña, o con carbón”, agregó resignada.
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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció hace semanas el envío de un carguero con diésel para paliar la crisis de combustible, mientras que el vicepresidente de Rusia, Dmitri Chernyshenko, de visita en la isla el pasado 8 de noviembre, anunció la aprobación de ayudas por 600 millones de dólares.
Pero, nada de esto ha servido para mejorar la crisis en el país, asediado por deudas con China, sin mucho flujo de caja para honrar compromisos y una economía cada vez más hundida en números rojos.
Con Reuters y EFE