El festival Rock in Rio es oficialmente un cuarentón, pero todavía goza de una excelente salud y alardea de un espíritu joven. Desde 1985 ya van 24 ediciones: la última arrancó el pasado 13 de septiembre y ofrecerá 500 horas de entretenimiento a lo largo de siete noches. Hasta la fecha, han sido 10 festivales en Brasil,10 en Portugal, tres en España y uno en los Estados Unidos. En todo este tiempo, pasaron por sus instalaciones 11,5 millones de personas y cerca de 4.000 artistas. Además, se crearon 265.000 empleos, según datos de los organizadores.
Estas cifras apabullantes no han parado de crecer a lo largo de cuatro décadas. "El Rock in Rio nació en 1985, cuando en Brasil estábamos saliendo de la dictadura militar. Llegó para dar voz a una juventud que llevaba mucho tiempo buscando la libertad de expresión. Consiguió demostrar que, contrariamente a lo que se dijo en su momento, era posible reunir en un mismo lugar a personas de diferentes razas y creencias en paz y armonía. Y la música siempre ha sido esta herramienta, este vínculo entre las personas", cuenta a France 24 Roberta Medina, vicepresidenta ejecutiva de Rock World e hija del fundador del festival.
"Por otro lado, la intención era dar visibilidad internacional a Río de Janeiro y generar un impacto económico, en un momento en que el mercado del espectáculo y del entretenimiento en Brasil era todavía muy pequeño. No olvidemos que mi padre es publicista. Así que ese fue un punto de inflexión importante. Rock in Rio fue, sin duda, el primer gran evento organizado del mundo. A diferencia de Woodstock, el Rock in Rio fue planificado y ya nació con una Ciudad del Rock", añade Medina.
Hoy, la Ciudad del Rock ocupa una superficie gigantesca de 385.000 metros cuadrados en un barrio llamado Barra da Tijuca, donde en 2016 fue ubicada la Ciudad Olímpica. En esta edición conmemorativa de los 40 años, este recinto recibirá cada noche una media de 100.000 personas. Hay siete escenarios y un cartel con cerca de 750 artistas. El Palco Mundo, el más grande, tiene 30 metros de altura y 104 metros de largo.
Y lo que no falta en este lugar es entretenimiento, porque además de la música, hay todo tipo de oferta de ocio: desde una noria hasta una tirolina, pasando por una feria de moda alternativa, un stand de tatuajes gratuitos, un espacio dedicado a la cultura de las favelas y el Global Village, un área de 7.500 metros cuadrados inspirada en iconos arquitectónicos de varios países del mundo. La previsión de los organizadores, basados en los años anteriores, es que este macroevento genere unos 2.600 millones de reales (466 millones de dólares) para la economía local.
"Con el paso de los años, el Rock in Rio se ha convertido en una experiencia completa. La estructura ha mejorado, hay transporte, patio de comidas y muchas otras atracciones", señala Regina Pacheco, que es productora de eventos. A sus 58 años, recuerda su primer Rock in Rio como si fuese ayer. "Fue en la primera edición, en 1985. Me acuerdo bien de los espectáculos, todos geniales. Vi a Moraes Moreira, a Alceu Valença, ambos muy animados, a George Benson, pero la emoción más grande fue ver por primera vez a James Taylor. Había una multitud cantando, todos juntos… ¡Fue muy lindo! Yo quería ir más días, pero tenía un viaje programado y solo pude ir un día. Mi madre terminó yendo sola el resto de días y pudo disfrutar de Queen y Rod Stewart", cuenta emocionada.
La agente literaria Marcia Naidin también estuvo en el arranque del festival, cuando las lluvias de verano convirtieron aquella primera Ciudad del Rock en un mar de fango. "Creo que fue el primer certamen internacional en Brasil, que todavía era muy tercermundista. Aquí no llegaban las grandes estrellas de la música. Entonces fue realmente algo único, la oportunidad de ver a nuestros ídolos en el escenario", destaca esta mujer, que estuvo en todas las ediciones del festival menos una. "Sólo falté a la de 1991, que fue en el estadio Maracaná, porque estaba embarazada de mi hija. Y después volví con ellas en todas las otras ediciones", revela.
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La nostalgia de un pasado indeleble se mezcla al deseo de compartir la emoción de lo vivido y de lo que está por venir con toda la familia. Muchas personas acuden al festival con sus retoños, como Alexandre Oliveira, un representante comercial de 55 años que también estuvo en 1985 y este año regresa por primera vez después de cuatro décadas para llevar a su hija menor de 16 años. "Fue sensacional, inolvidable, a pesar de la lluvia. Hoy es muy diferente: hay mucha tecnología, muchas cosas al mismo tiempo. Ha ido creciendo y se ha convertido en este evento mundial tan maravilloso", afirma.
No es de extrañar que muchas familias tengan su memoria afectiva ligada a este festival. "La historia de Rock in Rio acompaña toda mi vida. En 1985 yo tenía 19 años y fui con mi novio. Fuimos juntos la segunda vez al Maracaná, ya casados, para ver a Guns N' Roses. Dejé de ir a dos ediciones porque mis hijos eran pequeños. En 2013 volví con mi hija adolescente. Era su primera vez y quería ver a Justin Timberlake y Alicia Keys. En el 2015 fuimos de nuevo juntas, pero ella estaba con sus amigas y yo con las mías. No podía perderme a Queen con la nueva formación, a Elton John y a Rod Stewart", rememora Regina Pacheco.
"En 2017 fue toda la familia. Mi marido y yo fuimos a ver The Who, tan esperado durante tantos años. Y mi hija se llevó a su hermano por primera vez. En 2022 tuve la oportunidad de ir al espacio vip con un amigo y ahora en 2024, a mis 58 años, mi marido y yo estaremos allí nuevamente. Hemos escogido el Día del Rock, el 15 de septiembre, para ver a Deep Purple y Journey. Celebraré los 40 años del Rock in Rio con mucha animación y orgullo", agrega.
Marcia Naidin, activa participante de Rock en Rio, destaca:
Los shows en vivo, en general, me generan una gran emoción, especialmente si voy a ver a alguien que admiro. Es una sensación física, ¿sabes? Cuando sientes esa emoción, es algo que arde dentro del pecho y que realmente me conmueve. Ver la grandeza, el tamaño del escenario, los colores, las luces, la tecnología aplicada, la calidad de las pantallas, todas las ofertas que hay… realmente evolucionó mucho
Lo cierto es que esta innovación constante va a seguir. A principios de septiembre, el presidente de Rock World y fundador del Rock in Rio, Roberto Medina, anunció la creación del mayor complejo de entretenimiento de América Latina. El proyecto Imagine nace con la vocación de transformar el Parque Olímpico en un espacio de ocio permanente para espectáculos y varios tipos de eventos.
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Su idealizador asegura que este nuevo proyecto generará en el primer año de operación un impacto económico de más 9.000 millones de reales (1.617 millones de dólares).
El alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, el día del lanzamiento dijo:
Roberto es un soñador y lo mejor es que pone sus sueños en práctica. A principios de 2021 me dijo: ‘Hagamos el mayor parque de entretenimiento. Pero la zona ya no pertenecía al Ayuntamiento, es privada. Él encontró la forma de hacerlo, nosotros autorizamos la concesión. Con esto garantizamos al menos otros 40 años de Rock in Rio
Entre los espacios más destacados está el Hub Creativo, cuyo objetivo será conectar a jugadores de videojuegos, responsables del sector audiovisual, de la gastronomía, del arte contemporáneo y de la música en un ambiente inspirado en el Wynwood Art District de Miami, en los Estados Unidos. Además, Imagine debe contar con un parque temático de unos 56.000 metros cuadrados, que reunirá varias atracciones del mundo de fantasía e incluso una montaña rusa con efectos especiales de luces, fuego y agua.
"Creo que será el mayor legado del Rock en Río. Lo que siempre motivó este festival es lo que también motiva la creación de Imagine. En este proyecto hay muchas empresas involucradas, pero uno de sus ejes consiste precisamente en mantener el espacio de la Ciudad del Rock como un parque permanente para eventos en Río de Janeiro", explica Roberta Medina.
"El terreno del Parque Olímpico corría el riesgo de convertirse en un barrio para 80.000 personas, lo que tendría un impacto muy complejo en esta región. Si la idea de este nuevo barrio hubiese prosperado, Rock in Rio habría tenido que irse de aquí. Entonces, lo que motivó la creación de Imagine fue una idea simple: ¿No podemos tener este lugar como un espacio definitivo para el festival?", concluye.
En 1971 John Lennon inmortalizó algunos sueños utópicos en su canción homónima: "Imagina a toda la gente compartiendo todo el mundo. Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único". Todo apunta a que el nuevo sueño de Roberto Medina se hará realidad en breve.