Los rebeldes del M23 capturaron este miércoles 28 de enero grandes partes de Goma, la ciudad más grande del este de República Democrática del Congo, según informó Naciones Unidas. Por su parte, fuentes de la agencia de noticias EFE y fotografías de la agencia AFP mostraron que los soldados del Ejército del país se estarían retirando de esa estratégica ciudad en medio del vertiginoso avance de la insurgencia, en una significativa escalada del conflicto.
El aparente rápido avance del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en la República Democrática del Congo (RDC) alarma cada vez más al mundo.
De acuerdo con fuentes conocidas por la agencia de noticas EFE, los soldados del Ejército del país y sus grupos aliados "se están retirando gradualmente de la ciudad de Goma" frente al avance del M23 en el este de la nación africana.
“Numerosos soldados de la FARDC (Fuerzas Armadas de la RDC) y combatientes Wazalendo (milicias afines al Ejército congoleño) se están retirando gradualmente de la ciudad de Goma y se dirigen hacia el territorio de Nyiragongo", aseguró a EFE un testigo cerca del Aeropuerto Internacional de Goma, capturado el martes por el M23.
De acuerdo con esta fuente -que prefirió hablar bajo anonimato- los rebeldes “ya han tomado el control de varios puntos de la ciudad, incluido el aeropuerto, el puerto, el monte Goma y el museo de Himbi, donde se encuentra la oficina del gobernador provincial”.
Por su parte, funcionarios de Naciones Unidas, citados por AP, señalaron que el grupo rebelde capturó en las últimas horas grandes partes de Goma, la estratégica y mayor ciudad del este.
Hasta el martes 28 de enero, las fuerzas del Gobierno aún reportaban que controlaban sectores de Goma, pero ese mismo día residentes de la urbe, entrevistados por AP, señalaron que el grupo rebelde M23 tenía el control de gran parte de la ciudad.
Durante la mañana de este miércoles se escucharon detonaciones esporádicas de armas de fuego en diferentes barrios al norte de esta ciudad, capital de la provincia congoleña de Kivu del Norte, y escenario de cuatro días de cruentos combates.
Los intensos enfrentamientos han matado a más de 100 personas y herido a casi 1.000, según un recuento de la agencia de noticias AFP de los desbordados hospitales de Goma. Sin embargo, el Gobierno no ha emitido información sobre el número de víctimas mortales.
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Intentos diplomáticos por frenar la escalada de violencia
Este miércoles, y en medio de una creciente presión internacional, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, se sumó a los llamados a un alto el fuego en la escalada de un conflicto que ha azotado a RDC durante décadas.
Para este miércoles estaba previsto que el presidente de República Democrática del Congo, Felix Tshisekedi, se reuniera con su homólogo ruandés, con el fin de abordar la crisis. Sin embargo, medios estatales informaron que Tshisekedi no asistirá a las conversaciones.
Ruanda ha estado señalada durante años de respaldar a los rebeldes del M23. Desde 2012, expertos de la ONU la han acusado a ese país de proporcionar armas, apoyo logístico e incluso, en última instancia, de comandar a los rebeldes. Sin embargo, Kigali ha rechazado esas afirmaciones calificándolas de falsas.
Kagame anunció este 28 de enero que mantuvo una conversación con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en la que dialogaron sobre “la necesidad de garantizar un alto el fuego en el este de la RDC y abordar las causas profundas del conflicto de una vez por todas”.
De igual manera, en una publicación en su cuenta de X, el presidente ruandés indicó que también abordó con Rubio “la importancia de profundizar” las relaciones bilaterales entre ambos países, “basados en el respeto de nuestros respectivos intereses nacionales”.
Por su parte, después de la llamada telefónica, el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que su país “está profundamente preocupado” por la escalada de violencia en la RDC, en particular por la caída de Goma a manos del M23, como aseguró el grupo rebelde el pasado lunes 27 de enero.
Entretanto, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, subrayó que “la situación en Goma y Sake, donde están situadas nuestras tropas (…) Sigue siendo muy tensa, volátil e impredecible”.
El grupo Movimiento 23 de Marzo es el último de una serie de insurgencias lideradas por la etnia tutsi, y presuntamente apoyadas por las fuerzas ruandesas, que han azotado al territorio congoleño desde las secuelas del genocidio en Ruanda hace 30 años. En ese momento, extremistas hutus mataron a tutsis y hutus moderados, que luego fueron derrocados por las fuerzas lideradas por tutsis y Kagame.
Ruanda sostiene que algunos de los autores del genocidio se han refugiado en la República Democrática del Congo desde que ocurrió la matanza, lo que supone una amenaza para los tutsis congoleños y para su propio país.
En contraste, RDC rechaza las acusaciones de Ruanda y afirma que el país vecino ha utilizado a sus milicias aliadas para saquear minerales como el coltán, que se utiliza en la fabricación de dispositivos móviles.
Entretanto, y luego de una reunión ministerial de los miembros de la comisión de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA), la organización supranacional expresó su “profunda preocupación” por la ofensiva del M23 en suelo congoleño.
En ese sentido, la UA condenó “enérgicamente los atroces ataques del M23, que han causado la pérdida de vidas, heridos y desplazamientos, especialmente de mujeres y niños, y advierte de que los responsables rendirán cuentas por sus acciones", tal y como indica un comunicado del organismo tras la reunión del martes.
La Unión exigió al grupo rebelde su retirada “inmediata e incondicional” de las ciudades congoleñas de Minova, Sake y Goma.
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Con AP, EFE, Reuters y medios locales