El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, subrayó que el Ejército está organizando una respuesta “enérgica” ante el avance de los rebeldes del M23 en el este de la nación, que ha causado un centenar de muertos. El mandatario calificó de “afrenta” la falta de respuesta de la comunidad internacional ante el agravamiento de la crisis en el país africano.

El presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, insistió en que sus tropas se encuentran organizando una respuesta militar “enérgica” ante el avance de los combatientes de la agrupación rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en el este del país. 

El avance durante semanas del grupo armado M23, que se ha apoderado de vastas zonas del este de la RDC, incluida la mayor parte de la ciudad clave de Goma, ha generado llamados para entablar conversaciones sobre el conflicto y advertencias sobre una inminente crisis humanitaria.

El este de República Democrática del Congo, rico en minerales, lleva décadas azotado por un conflicto en el que participan decenas de grupos armados y que se remonta en parte al genocidio ruandés de 1994.

En sus primeras declaraciones desde el inicio de la última crisis de violencia, Tshisekedi afirmó que “se está llevando a cabo una respuesta enérgica y coordinada contra estos terroristas y sus patrocinadores”.

También condenó la “inacción” de la comunidad internacional ante un “empeoramiento sin precedentes de la situación de seguridad”.

“Su silencio y su inacción (…) Son una afrenta” para el Congo", afirmó en un discurso televisado a última hora del miércoles, en el que añadió que el avance de los combatientes apoyados por Ruanda podría conducir “directamente a una escalada” en la región de los Grandes Lagos de África.

A primera hora del miércoles, los rebeldes avanzaron en un nuevo frente, según informaron fuentes locales a la agencia de noticias AFP, apoderándose de dos distritos en Kivu del Sur tras haber expulsado en su mayor parte al Ejército de RDC de la capital provincial de Kivu del Norte. 

Las tropas congoleñas aún no se han pronunciado sobre los nuevos avances del M23. 

Tras días de intensos enfrentamientos que dejaron más de 100 muertos y cerca de 1.000 heridos, según un recuento de AFP en hospitales desbordados, la calma volvió a Goma el miércoles, cuando los residentes empezaron a salir de sus casas.

“Hoy no tenemos miedo”, declaró por teléfono a AFP Jean de Dieu, habitante de Goma, desde esta ciudad de un millón de habitantes encajonada entre el lago Kivu y la frontera ruandesa.

“Hay hambre en Goma. Tenemos que ir a buscar agua al lago y no tenemos medicinas”, sostuvo Kahindo Sifa, otro residente de la zona.

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M23 y la RDC, llamados a entablar el diálogo

A pesar de la presión internacional para poner fin a la escalada del conflicto, Tshisekedi declinó asistir el miércoles a las conversaciones sobre la crítica situación con su homólogo ruandés, Paul Kagame.

En una cumbre por videoconferencia de la Comunidad de África Oriental, los jefes de Estado del bloque regional “hicieron un llamado a la resolución pacífica de los conflictos”, declararon en un comunicado.

Los líderes regionales instaron “enérgicamente al gobierno de la RDC a entablar un diálogo directo con todas las partes interesadas, incluido el M23 y otros grupos armados agraviados”.

Angola, que intervino en un intento fallido de conversaciones el mes pasado antes de que el M23 lanzara su ofensiva en curso, pidió a los dirigentes de República Democrática del Congo y de Ruanda que se reunieran urgentemente en Luanda.

Tshisekedi llegó allí el miércoles para mantener conversaciones sobre los próximos pasos, según un comunicado de la Presidencia angoleña.

Entretanto, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, llegó este jueves a Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, según un funcionario de la presidencia congoleña.

“El ministro de Asuntos Exteriores de Francia será recibido en los próximos minutos por el presidente”, declaró Giscard Kusema, subdirector de prensa del presidente Felix Tshisekedi.

Los combatientes del M23 entraron en Goma el pasado domingo 26 de enero, tomando el aeropuerto de la ciudad y otros emplazamientos del centro clave de comercio de minerales.

El miércoles, los combatientes no encontraron resistencia al tomar las zonas de Kiniezire y Mukwidja, en la vecina Kivu del Sur, según declararon un líder de la sociedad civil local y varios residentes.

Los últimos combates han agravado una crisis humanitaria ya de por sí convulsa en la región, provocando escasez de alimentos y agua y obligando a medio millón de personas a abandonar sus hogares este mes, según Naciones Unidas.

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“Aislados del mundo”

Después de que muchos soldados congoleños huyeran o fueran capturados, las únicas fuerzas presentes el miércoles en el centro de Goma eran combatientes del M23 o soldados ruandeses, algunos de los cuales disparaban armas al aire, constataron reporteros de AFP.

Una larga fila de centenares de soldados congoleños y milicianos pro-Kinshasa, desarmados y con cintas blancas en la cabeza, fueron hechos pasar por el centro de la ciudad por combatientes del M23, indicó una fuente de seguridad.

También se produjeron saqueos generalizados en la ciudad.

El estudiante Merdi Kambelenge declaró que la situación “ya se ha estabilizado”, pero que la falta de electricidad significa que están “aislados del mundo”.

Al otro lado del país, manifestantes furiosos atacaron el pasado martes 28 de enero, en la capital, Kinshasa, las embajadas de varias naciones a las que acusaban de no intervenir para detener el caos en el este.

Después de que los manifestantes quemaran neumáticos en las calles y saquearan supermercados, las autoridades prohibieron cualquier otra protesta en la capital, que permanecía en calma el miércoles.

Estados Unidos, uno de los países cuyas embajadas fueron atacadas, ordenó al personal no urgente y a sus familias que abandonaran el país.

Bélgica, antigua potencia colonial de la RDC, también advirtió a sus ciudadanos que no viajaran al país, por lo que Brussels Airlines canceló sus vuelos a Kinshasa. 

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El avance del M23 “continuará”

La ONU, Estados Unidos, China y la Unión Europea han pedido a Ruanda que retire sus fuerzas de la región.

Sin embargo, el embajador itinerante de Ruanda para la región de los Grandes Lagos, Vincent Karega, declaró que el avance del M23 “continuará”.

Karega añadió que era posible que los combatientes avanzaran más allá del este del país, incluso hasta Kinshasa.

La RDC es rica en oro y otros minerales como el cobalto, el coltán, el tantalio y el estaño, utilizados en baterías y aparatos electrónicos de todo el mundo.

Kinshasa ha acusado a Ruanda de llevar a cabo la ofensiva para beneficiarse de la riqueza mineral de la región, una afirmación respaldada por expertos de la ONU que aseguran que Kigali tiene miles de tropas en su país vecino y un “control de facto” sobre el M23. Sin embargo, Ruanda ha negado las acusaciones. 

Kagame nunca ha admitido su implicación militar, afirmando que el objetivo de Ruanda es destruir a un grupo armado con base en la RDC, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), creado por antiguos líderes hutus que masacraron a los tutsis durante el genocidio de 1994.

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Este artículo fue adaptado de su versión original en inglés.