Este 6 de diciembre, las milicias opositoras al Ejército sirio, lideradas por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham, señalaron que están a pocos kilómetros de Homs, urbe clave en el objetivo por llegar a Damasco y derrocar al régimen de Bashar al-Assad en la guerra de más de 13 años. El líder de los rebeldes advirtió a lo militares que se aparten de Homs y la capital del país y pidió a los funcionarios de alto nivel que deserten. Miles de personas huyen ante el avance de los insurgentes.
Como un castillo de naipes, las principales ciudades en la ruta hacia la capital siria, Damasco, han caído en manos de la coalición de fuerzas rebeldes, lideradas por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham.
Este viernes 6 de diciembre, el movimiento insurgente anunció que tomó el control de las ciudades de Rastán y Talbiseh, en la zona rural del norte de Homs, por lo que afirman que están cerca de tomar esa ciudad, clave en el acceso a la capital del país.
Con la caída de Rastán y Talbiseh, el grupo armado yihadista asegura que está a solo 13 kilómetros de entrar a Homs, la tercera ciudad más importante de Siria.
El líder de los rebeldes confirmó en las últimas horas que el objetivo es derrocar al régimen del presidente, Bashar al-Assad, por lo que advirtió a los miembros del Ejército sirio que abandonen Homs y Damasco. Además, pidió a los altos funcionarios del Gobierno que deserten.
Este avance llega justo un día después de que los rebeldes tomaran la cercana Hama, cuarta ciudad del país.
Este viernes, varias camionetas con ametralladoras pesadas instaladas sobre ellas llegaron a las dos ciudades desde Hama, en medio de la ausencia total de fuerzas de Bashar al-Assad, en el poder desde el año 2000 y cuya familia ha gobernado el país desde la década de 1970.
Algunos lugareños dieron la bienvenida a los rebeldes armados de HTS, considerados terroristas por gran parte de la comunidad internacional, y expresaron su alegría por la llegada de las facciones a las zonas del norte de Homs.
Sin embargo, miles de residentes de Homs, en su mayoría de la comunidad alauita afín al Gobierno, fueron vistos huyendo hacia la costa oeste después de que los rebeldes tomaran Hama, ciudad que conduce a Homs, a unos 40 kilómetros al sur.
En las primeras horas de este viernes, la ciudad de Talbiseh fue atacada con artillería por las fuerzas del presidente al-Assad, aunque el régimen aseguró que no se reportaron víctimas.
El Ejército regular ha ido acumulando importantes derrotas consecutivas durante los diez días de la ofensiva de HTS, se ha replegado de varias ciudades mientras sostiene que busca “evitar enfrentamientos mortales entre la población civil”, pero demostrando su debilidad armamentística en el terreno.
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El Ejército retrocede en el norte y centro oeste de Siria
Cuatro años de tensa calma y aparente estabilidad para el Gobierno sirio tras un acuerdo de alto el fuego en Idlib, bastión opositor, acabaron el pasado 27 de noviembre cuando una ofensiva relámpago de facciones opositoras a Damasco atacaron la segunda ciudad más importante del país y baluarte de Assad, Alepo.
En cuestión de 48 horas, los rebeldes de HTS, antigua filial de la organización terrorista Al Qaeda en Siria, controlaron la mayor parte de Alepo, incluido el aeropuerto internacional. El objetivo de los rebeldes era apoderarse de la ruta M5 en dirección hacia el centro y sur de Siria.
Bastó poco más de una semana para que HTS y sus facciones consiguieran la victoria en Hama ayer jueves, la cuarta ciudad en importancia del país, y clave en dirección a Homs y Damasco, las últimas grandes ciudades que faltan por capturar para lograr una capitulación de Bachar al-Assad.
Según la situación en terreno y la sofisticación tecnológica de los grupos rebeldes, un punto de inflexión en el conflicto de 13 años, en cuestión de horas podría caer Homs.
Luego de una eventual caída de Homs, Damasco será el siguiente y último objetivo de los rebeldes yihaidstas. Aunque no está claro si el avance hacia la capital siria, a 163 kilómetros de Homs, sea igual de fácil.
Desde el inicio de la cruenta guerra civil en 2011, que ha causado al menos 250.000 muertes según la ONU, el Gobierno de Bachar al-Assad ya ha estado sitiado en Damasco por múltiples actores armados como la guerrilla del Ejército Libre Sirio y el autoproclamado Estado Islámico o ISIS por sus siglas en inglés. Sin embargo, gracias al apoyo de sus aliados internacionales Rusia e Irán logró una victoria de facto.
Un apoyo que no está igual de presente ahora debido a los múltiples frentes abiertos de Rusia como el conflicto en Ucrania y al debilitamiento de Irán y sus milicias chiitas como Hezbolá durante la guerra contra Israel.
A pesar de ello, Rusia, país que tiene base militar en Siria, ha tratado de repeler a los rebeldes de HTS con bombardeos sobre Alepo y otros puntos. También junto a Irán han hecho esfuerzos diplomáticos para discutir una solución que evite la capitulación de Assad.
Mientras que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país lucha contra los kurdos en Siria y es uno de los principales apoyos de los rebeldes a Damasco, pidió a Assad que encuentre «urgentemente» una solución política.
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La crisis humanitaria se recrudece ante la renovada guerra
Los combates entre los rebeldes y las fuerzas sirias han provocado el desplazamiento de 280.000 personas desde el 27 de noviembre, según ha informado este viernes la ONU, que teme que esta cifra pueda ascender a 1,5 millones.
“Las cifras que tenemos son 280.000 personas desde el 27 de noviembre. Esta es la cifra actualizada hasta anoche. Y no incluye el número de personas que huyeron de Líbano durante la reciente escalada de los combates entre Hezbolá e Israel”, declaró Samer Abdel-Jaber, Director de Coordinación de Emergencias del Programa Mundial de Alimentos, en una rueda de prensa en Ginebra.
Desde el 27 de noviembre, los combates y bombardeos se han cobrado 826 vidas, 111 de ellas civiles, según el Observatorio Sirios de Derechos Humanos (OSDH). De este total, 222 combatientes han muerto desde el martes en los alrededores de Hama.
El secretario general la ONU, António Guterres, pidió el fin de lo que llamó “carnicería” en Siria, fruto de un “fracaso colectivo crónico”.
Con AFP y medios locales