El presidente Joe Biden está a punto de abandonar la Casa Blanca ante el retorno del polémico líder republicano, Donald Trump. Tras cuatro años en la Oficina Oval, el mandatario cuenta con una amplia lista de logros, pero también de críticas, tras un gobierno en el que tuvo que encarar la inflación, la inmigración irregular y hasta reproches por su avanzada edad. A continuación, un repaso por el legado que el líder demócrata deja dentro y fuera de Estados Unidos.
El próximo 20 de enero termina lo que, después de 50 años de vida política, fue el logro más importante para Joe Biden: ser presidente de Estados Unidos.
El demócrata está a punto de cederle el poder a quien derrotó en las urnas hace cuatro años y quien sigue sin reconocer esa victoria: Donald Trump.
El retorno del líder republicano, aunque no consecutivo, a la Casa Blanca supone un cambio en la hoja de ruta de la política interna y externa de Estados Unidos. Un enfoque que promete distar de la forma en que Biden gestionó el Gobierno de la primera potencia durante los últimos cuatro años.
Cuando el mandatario asumió el cargo, el 20 de enero de 2021, prometió “restaurar el alma del país”. ¿Lo logró? ¿Qué camino forjó Biden previo al regreso de Trump? En France 24 repasamos el legado de Joe Biden para Estados Unidos y el resto del mundo.
La gestión del Covid-19 y el acceso a la salud
El acceso a la atención sanitaria es quizás uno de los mayores logros de Joe Biden. De acuerdo con datos citados por el medio estadounidense ‘Bloomberg’, en marzo de 2024, el número de personas en Estados Unidos sin seguro alcanzó un mínimo histórico del 7,2% en el segundo trimestre de 2023.
Una estimación que se asemeja a la de la Universidad de Portsmouth, que en una evaluación los errores y aciertos del presidente Biden, asegura que el demócrata logró duplicar el número de estadounidenses que tiene una atención médica asequible.
Al mismo tiempo, el portal del centro educativo recuerda que recientemente el Gobierno anunció la inscripción de casi 25 millones de estadounidenses al sistema de salud durante el periodo de inscripción abierta de 2025, en contraste con los 12 millones que se inscribieron durante el último año de la primera Administración de Donald Trump.
Además, el demócrata sorteó el inicio de su mandato en medio de la segunda ola de la pandemia del Covid-19, con una postura muy diferente a la de su antecesor.
En ese entonces, Biden puso el foco en la aplicación de los subsidios a la atención médica y la financiación de la distribución de las vacunas contra el virus.
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Economía, desempleo e inflación
En términos económicos, los primeros pasos de Biden en este ámbito estuvieron enfocados en enderezar al sector financiero de la primera potencia tras los fuertes coletazos de la pandemia del Covid-19.
Durante los primeros tres años de su Gobierno, la economía del país agregó 14,8 millones de empleos, más que cualquier presidente en la historia del país durante el mismo periodo, tal y como afirma ‘Bloomberg’.
Al mismo tiempo, según varios indicadores clave contrastados por ‘CBS News’, la economía en Estados Unidos es más fuerte que hace cuatro años. Un panorama tangible, según cita el medio de comunicación, en momentos en que el desempleo está cerca de su nivel más bajo en 50 años, los salarios están en aumento. Además, la nación esquivó la recesión que muchos sectores preveían.
Entre los logros en el sector económico durante el Gobierno de Biden se destacan “el inicio constante de la reducción de la inflación, un crecimiento económico constante para una economía desarrollada como la de los Estados Unidos y sin duda alguna una serie de beneficios que se mantuvieron especialmente al inicio de la Administración cuando aún la pandemia dejaba efectos adversos sobre la población”, subraya el experto en política estadounidense y profesor universitario, Rafael Piñeros, en entrevista con France 24.
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Inversión récord en transición energética y avances en la lucha contra el cambio climático
El Gobierno Biden dirigió parte de sus esfuerzos a mitigar el cambio climático, de una forma más contundente en comparación con el primer periodo de Trump.
Construyó una visión en la cual se puede trabajar con Estados Unidos para procesos de transición energética
“La Administración de Joe Biden trató de recomponer lo que la Administración Trump había deshecho y era la participación de Estados Unidos en el Acuerdo de París, la participación de EE. UU. y al interior de algunas agencias de las Naciones Unidas”, explica Piñeros.
De igual forma, el Gobierno de quien fuera vicepresidente en el gobierno de Barack Obama construyó “una visión en la cual se puede trabajar con Estados Unidos para procesos de transición energética, para producción energética limpia y, sin duda alguna, para combatir ese flagelo común y transversal a todos los países del mundo”, añade el experto.
A propósito de la transición energética, el gasto del Gobierno de Biden en este aspecto superó los 300.000 millones de dólares para marzo de 2024, tal y como apunta ‘Bloomberg’, una cifra récord y dos tercios más alta del presupuesto destinado a la transición antes de que el mandatario demócrata asumiera el cargo.
De esa manera, las inversiones estuvieron concentradas en los vehículos eléctricos y las energías renovables.
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La salida de Afganistán, ¿un mal paso?
En agosto de 2021, Joe Biden llevó a cabo la retirada estadounidense de Afganistán, uno de los hechos más reprochados de su Administración. A pesar de que la decisión fue negociada durante el primer mandato de Donald Trump, fue Biden quien la materializó a pesar de las advertencias de sus asesores militares.
Una encuesta conocida por la Universidad británica de Portsmouth muestra que, aunque la mayoría de los estadounidenses estaban de acuerdo con que las tropas de su país salieran del suelo afgano, el 69% de los encuestados aseguró que Biden no hizo un buen trabajo al gestionar la salida de esas fuerzas militares.
Pia Taracena, profesora de la Universidad iberoamericana de México y analista internacional, considera como “algo muy negativo la retirada de Afganistán”, ya que se critica mucho el hecho de que “dejaron las armas” y, en consecuencia, la gobernanza del territorio quedó en manos de los talibanes.
Un punto de vista con el que coincide Esteban Santos, internacionalista y docente universitario, quien cataloga la salida de Afganistán como “desastrosa” y asegura que “será una gran mancha” del presidente Biden.
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La huella frente a la guerra en Gaza
Otro relevante hecho que marcó el Gobierno del mandatario demócrata en política exterior fue su respuesta frente a las más recientes hostilidades del Ejército israelí en Gaza, que detonaron tras el sangriento ataque de Hamás, el 7 de octubre de 2023.
Durante más de 15 meses de asedio al enclave por parte del mayor aliado de Estados Unidos en Medio Oriente, Washington se mantuvo del lado del premier israelí, Benjamin Netanyahu.
Para Estados Unidos apoyar a un aliado para combatir el terrorismo puede ser incluso más importante que los efectos colaterales
Y, aunque el presidente, su vicepresidenta Kamala Harris, y otros miembros de su Gobierno alertaron de la crisis humanitaria y las víctimas mortales en Gaza por la intensidad de los ataques, la Administración Biden nunca dejó de ser ambivalente en su apoyo al Estado de mayoría judía.
Esa postura le costó al presidente Biden el desencanto de muchas personas en todo Estados Unidos que no apoyaron su posición frente a la guerra, aunque también hubo estadounidenses que aprobaron la gestión.
Sobre este, el más reciente capítulo en el conflicto de larga data, Piñeros considera que quedó demostrado que para Estados Unidos “apoyar a un aliado para combatir el terrorismo puede ser incluso más importante que los efectos colaterales, especialmente en términos humanitarios, en términos de muertes civiles”.
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El millonario apoyo a Ucrania
Durante el mandato de Biden, Estados Unidos donó cientos de millones de dólares a Ucrania y armó a las fuerzas de Ucrania, país que afronta ataques diarios de Rusia, desde que el líder del Kremlin, Vladimir Putin, ordenó la invasión el 24 de febrero de 2022.
Este es justamente uno de los asuntos más sensibles en la transición del poder con la nueva Administración, ya que Trump ha amenazado con cortar la ayuda económica y en armas al país atacado, si el mandatario Volodímir Zelenski no se sienta a negociar con Putin, algo a lo que Kiev ya se había rehusado, dadas las continuas embestidas y las ambiciones expansionistas de Moscú. El Kremlin exige la soberanía de todos los territorios que ha capturado durante la guerra en curso, además de la provincia de Crimea que se anexionó en 2014.
Para algunos, la visión de Trump es "menos intervencionista" en política exterior al intentar aislar a Washington de los conflictos internacionales, pero para otros, el republicano prioriza sus afinidades. El republicano mostró en su primer mandato su cercanía con Putin, lo que ya marca un antecedente para su regreso a la Casa Blanca.
Por lo pronto, Kiev y sus aliados occidentales están a la espera de lo que hará o dejará de hacer el nuevo mandatario de la primera potencia, ya que también es ampliamente conocido como un líder impredecible.
Biden “trató de asegurar desde el primer momento una ayuda militar a Ucrania, esa ayuda militar hoy puede ser vista como una crítica o como una ayuda”, subraya Piñeros, entre quienes critican el millonario respaldo económico y quienes “señalan que gracias a las ayudas, principalmente de Estados Unidos y otros aliados, Ucrania ha logrado mantenerse a flote”.
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Más allá de una Presidencia, cinco décadas de carrera política
Joe Biden deja el poder con los fantasmas de los temores por su edad, las críticas a su decisión de presentarse nuevamente como candidato a la Presidencia y el declive de su imagen.
El demócrata pasó de ser conocido por sus capacidades como orador, a alguien que parece incapaz de conectar con los estadounidenses.
Sin embargo, es el resultado de más de cinco décadas en la vida política: Biden se convirtió en el senador más joven en la historia de Estados Unidos cuando asumió el cargo en 1973 a sus 30 años.
Ahora, tras cinco décadas de carrera política, sale de la Casa Blanca y la historia será la encargada de juzgar el éxito o desacierto de su gestión.
Según la analista Taracena, el liderazgo de Biden “se debilitó muy rápido” y, por tanto, el del “Partido Demócrata porque el presidente de Estados Unidos siempre es el líder del partido al que representa”.
Al mismo tiempo, la experta considera que esa situación le pasó factura a la campaña de Kamala Harris, que “tuvo un muy buen impulso al principio cuando la nominaron, pero no fue suficiente para que ganaran las elecciones”.
Por otro lado, Rafael Piñeros, remarca que el hecho de que Biden se haya presentado en un comienzo a la carrera presidencial “refleja que él sentía que tenía la posibilidad de ganar y era contrario a lo que inicialmente había señalado, en el sentido de que ya era época de buen retiro”.
“La historia va a poner en su justo medio a Joe Biden”, concluye Taracena. Un legado o era de cambios que quedarán marcados por las decisiones que tome el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
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