El presidente ruso, Vladimir Putin, se encontró con su homólogo de Belarús, Alexander Lukahsenko, en la isla de Vaalam, un centro de peregrinación católico ortodoxo en el noroeste ruso, donde ambos mandatarios visitaron templos y presenciaron servicios religiosos tradicionales, antes de sostener una reunión a puerta cerrada donde se presume que conversaron sobre las últimas tensiones entre Belarús y Ucrania.

Putin se encontró cara a cara con uno de sus más cercanos aliados, que ha visitado el país dos veces en los últimos dos meses, entre un aumento de las tensiones entre Minsk y Kiev. En las últimas semanas, Belarús había denunciado el aumento de tropas ucranianas en su frontera compartida con Ucrania.

Los jefes de Estado dieron un recorrido por Vaalam, donde entraron a un monasterio ortodoxo y participaron en un servicio religioso con los monjes originarios de la región, quienes rezan todos los días en los templos por los soldados rusos que han perdido la vida en la guerra con Ucrania, según reveló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Después de ello, Putin y Lukashenko se encaminaron a tener una reunión a puertas cerradas, en donde discutieron "temas actuales del desarrollo de las relaciones entre Belarús y Rusia, la promoción de proyectos conjuntos, la seguridad regional y la agenda internacional", de acuerdo con la agencia estatal bielorrusa, BELTA.

Lukashenko, que recientemente cumplió tres décadas en el poder, ha visitado más de 100 veces el territorio ruso desde el 2000, año en el que Putin entró a la Presidencia. El año pasado, ambos mandatarios se reunieron en el mismo complejo religioso para rendir tributo a las tropas rusas caídas en la ofensiva rusa dentro de Ucrania.

Las tensiones entre Belarús y Ucrania, en el centro de las conversaciones

La reunión entre ambos mandatarios se dio pocas semanas después de que la tensa cuerda entre Belarús y Ucrania se estirara casi hasta sus límites, tras la denuncia de Minsk sobre el aumento de fuerzas ucranianas cerca de la frontera que comparten ambas naciones, a lo que respondió con un fortalecimiento militar del lado fronterizo bielorruso.

El pasado 13 de julio, las tensiones que llevaron al refuerzo de las tropas finalmente se disiparon. La agencia fronteriza ucraniana desestimó los señalamientos bielorrusos, afirmando que fue el propio Gobierno de Lukashenko el que "creó estas amenazas", según un oficial fronterizo ucraniano para la agencia británica Reuters.

Por su parte, el Gobierno bielorruso también confirmó el retiro de sus tropas, que estuvieron poco más de 10 días estacionadas en los puestos de defensa fronteriza.

"Eso significa que las tropas (ucranianas) que se habían traído como refuerzo ya no están (…) Ahora no hay dificultades con los ucranianos y espero que no las haya", expresó el mandatario bielorruso el 13 de julio, según fue citado por BELTA.

Además, Lukashenko confirmó este 25 de julio que el momento de crisis había pasado, gracias al manejo que los militares tuvieron en las negociaciones, de las cuales se vieron excluidos los diplomáticos de ambos países, según mencionó el mandatario.

Con EFE y Reuters