Un alto el fuego largamente esperado entró en vigor en Gaza este 19 de enero, aunque no sin contratiempos. La tregua, que debía comenzar a las 8:30 a.m., hora local, se retrasó casi tres horas, mientras Israel esperaba que Hamás entregara la lista de tres rehenes que deben ser liberadas en el primer día del pacto. Sin embargo, factores políticos internos y externos, así como las amenazas de reinstaurar los combates de parte de Israel, mantienen el acuerdo en vilo. 

Pese a las promesas de tregua, durante ese intervalo de retraso, los ataques israelíes en Gaza continuaron. Según la Defensa Civil de Gaza, al menos 13 palestinos murieron y otros 30 resultaron heridos en las horas previas a la entrada en vigor del alto el fuego. Este contexto enmarca las primeras horas de un acuerdo que promete la liberación de 33 rehenes israelíes y cientos de prisioneros palestinos en la primera etapa, así como el aumento de la ayuda humanitaria. 

No obstante, los avances más amplios del acuerdo —como un cese al fuego duradero y la reconstrucción de Gaza— dependen de negociaciones futuras, que enfrentan múltiples desafíos y riesgos de fractura. A continuación, los principales puntos de tensión:

1. La fragilidad de las negociaciones futuras

Para avanzar a las siguientes etapas de la tregua, que incluyen un cese al fuego duradero, la liberación de todos los rehenes y la reconstrucción de Gaza, las partes involucradas deberán sentarse nuevamente a negociar en el día 16 de esta primera fase, que tiene una duración estimada de seis semanas.

Avanzar de la primera a la segunda fase de la tregua no es un proceso automático

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, declaró que este acuerdo implica "un alto precio para Israel", refiriéndose a los 1.904 palestinos presos que serían liberados, entre ellos mujeres, adolescentes y hombres condenados a cadena perpetua. 

"Avanzar de la primera a la segunda fase de la tregua no es un proceso automático", señaló el canciller, quién enfatizó que las negociaciones dependen de si Israel considera cumplidos sus objetivos.

Aunque Sa’ar subrayó el compromiso de su país de negociar "de buena fe", dejó claro que "no hemos logrado aún todos nuestros objetivos" y que Hamás sigue siendo una amenaza, no solo para Israel, sino para la estabilidad regional.

En palabras del ministro, "esta guerra pudo haber terminado hace mucho tiempo si Hamás hubiera entregado las armas y liberado a nuestros rehenes". Sa’ar agregó que Israel sigue comprometido con "eliminar" a Hamás.

"Hemos tratado de desmantelar las capacidades militares de Hamás (…) Hamás pasó de un grupo terrorista a una guerrilla, pero no hemos logrado aún nuestros objetivos, pero estamos comprometidos a lograrlo", agregó. 

Sa’ar reiteró que el movimiento islamista, que controla el enclave desde 2007, representa "no solo un peligro para Israel, sino para el mundo". Según él, la inestabilidad regional continuará mientras Hamás mantenga el poder en Gaza.

Kristian Herbolzheimer, director del Instituto Catalán Internacional para la Paz, prevé que este acuerdo estará marcado por giros de guion, presiones y dificultades. 

“Más allá de que pueda entrar ayuda humanitaria, de que pueda iniciarse cierta reconstrucción de la Franja de Gaza, el problema estructural que es el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, la posibilidad de que palestinos e israelíes pueda convivir en igualdad de derechos y en paz es sumamente complicada porque básicamente creo yo que la triste consecuencia en Israel de la guerra es que ya no ven a los palestinos como seres iguales y, por lo tanto, no hay una propuesta ni una posibilidad de un escenario de paz y mientras no haya una propuesta concreta desde Israel será muy difícil”, aseguró Herbolzheimer en entrevista con France 24. 

Aunque optimista, agregó que “el contexto en la región es favorable” para que las fases avancen. “Hay una nueva Administración norteamericana que quiere presentarse ante el mundo como un actor que puede defender la paz en cualquier parte del mundo”, comentó. 

Leer tambiénInicia entrada de ayuda humanitaria a Gaza; Israel y Hamás preparan intercambio de rehenes por palestinos presos

2. Netanyahu navega entre la presión interna y los intereses internacionales

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insinuó en repetidas ocasiones que Israel podría reanudar los ataques si las próximas fases del acuerdo no cumplen con sus expectativas. Sus declaraciones llegan al mismo tiempo que enfrenta divisiones internas dentro de su Gobierno e intenta proyectar una imagen fuerte a sus bases. 

Israel no descansará hasta que se completen todos sus objetivos de guerra

Incluso, el premier israelí aseguró que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, tanto de Joe Biden como del expresidente Donald Trump, para retomar las hostilidades si el acuerdo fracasa. 

"Israel no descansará hasta que se completen todos sus objetivos de guerra", afirmó Netanyahu. Entre estos objetivos, mencionó la liberación de todos los rehenes y el debilitamiento total de Hamás. Además, subrayó que Washington ha prometido apoyo militar si fuese necesario reanudar el conflicto.

El saliente presidente de Estados Unidos, Joe Biden, indicó que el plan contempla una extensión del alto el fuego si las negociaciones se prolongan más de seis semanas, siempre y cuando estas continúen. Sin embargo, si Israel reanuda los bombardeos tras el día 43, el acuerdo podría colapsar.

Por otra parte, la influencia de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, también podría jugar un rol en la decisión de Netanyahu. Trump, quien se adjudicó el sello del acuerdo, presentado desde mayo de 2024 por Biden, podría ejercer presión para avanzar en él. 

La presión sobre Netanyahu no solo proviene del ámbito internacional, sino también de su propio gobierno, donde los sectores ultraderechistas criticaron los términos del acuerdo.

Justo antes de la entrada en vigor, Netanyahu, intentando evitar la deserción de ministros de extrema derecha dentro de su Gobierno de coalición, buscó apaciguar las tensiones internas al leer extractos de sus comunicaciones con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y con el expresidente Donald Trump. En sus palabras, "en las conversaciones con Biden y Trump una cosa está clara y es que si las negociaciones sobre la segunda fase fracasan, Israel volverá a combatir".

El canal israelí Canal 12 informó que el gabinete político y de seguridad aprobó la tregua con base en "el entendimiento de que el acuerdo propuesto apoya lograr los objetivos de la guerra". Esta postura fue ratificada en un comunicado emitido por la oficina del primer ministro, destacando que, a pesar de la tregua, Israel se reserva "el derecho" de retomar las operaciones militares si las metas estratégicas no se cumplen.

Tras el anuncio del acuerdo, la oficina de Netanyahu emitió declaraciones, acusando a Hamás de incumplir ciertos compromisos, como la exclusión de ciertos prisioneros palestinos del intercambio. Aunque Hamás lo negó, estas declaraciones parecen destinadas a reforzar la imagen de firmeza de Netanyahu ante su base de extrema derecha. Finalmente, el gabinete adelantó la aprobación del acuerdo, mostrando una aparente unidad tras resolver estas discrepancias. 

Leer tambiénPlan de tregua en Gaza es el mismo de hace ocho meses: ¿por qué Israel lo acepta ahora?

 

3. La crisis política interna en Israel

El acuerdo también generó fuertes divisiones dentro del Gobierno israelí, especialmente entre los partidos de derecha. La renuncia de los seis diputados del partido ultranacionalista Otzmá Yehudit, liderado por Itamar Itamar Ben Gvir, deja a Netanyahu con una frágil mayoría de 62 de los 120 escaños en el Parlamento.

Ben Gvir justificó su salida al señalar que el acuerdo de alto el fuego con Hamás es "arriesgado". Aunque dejó abierta la posibilidad de regresar a la coalición si se reanudan los ataques, esta ruptura pone en riesgo la estabilidad del Gobierno de Netanyahu.

Por otro lado, el partido Sionismo Religioso, liderado por el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, condicionó su apoyo al pacto de tregua a que se garantizara la reanudación de los ataques tras la primera fase. Esta exigencia refuerza la idea de que Israel podría estar preparándose para nuevas ofensivas.

Israel está decidido a seguir dictando el destino de la población gazatí (…) por desgracia no se va a pensar que una segunda fase logremos extenderla

La posible salida de Smotrich pondría en jaque a la coalición de Benjamín Netanyahu. Sin embargo, la estabilidad del Gobierno podría depender de Yair Lapid, el líder opositor de Yesh Atid, quien ha ofrecido su apoyo en el parlamento como un salvavidas político. Este respaldo, no obstante, pondría a Netanyahu bajo una constante amenaza, ya que Lapid tendría el poder de derribar al Gobierno y convocar elecciones en el momento que lo considere oportuno, un riesgo que el primer ministro buscará evitar a toda costa.

En medio de esta incertidumbre, las prioridades parecen enfocarse en resolver la crisis actual más que en anticipar futuros conflictos políticos. En este contexto, Netanyahu sostuvo dos reuniones con Smotrich en las horas previas al anuncio del alto el fuego mediado en Qatar, pero se desconocen los detalles. 

Según Luciano Zaccara, profesor en el Centro de Estudios del Golfo, Qatar University, “Israel está decidido a seguir dictando el destino de la población gazatí”. El experto agregó que “por desgracia no se va a pensar que una segunda fase logremos extenderla”

Para el analista, “reconectar y tener presencia permanente en la Franja de Gaza es objetivo de parte de la comunidad política israelí que considera que establecer asentamientos, colonizar lo que queda de la Franja de Gaza es una forma de evitar que haya más amenazas para Israel”. 

Zaccara subraya que “esto implicaría seguir empujando a la gente de Gaza a lugares cada vez más pequeños o incluso fuera de la Franja. Esto sería parte de lo que en un futuro se pueda hacer en Cisjordania”.

Leer tambiénEfraim Davidi: "Netanyahu tiene serios problemas con su Gobierno"

Las claves del acuerdo de alto el fuego en Gaza

Tras más de 15 meses de continuos ataques por aire y tierra, que mataron más de 46.000 palestinos-incluidos miles de niños-y agravó las tensiones en Medio Oriente, un alto el fuego finalmente entró en vigor este domingo 19 de enero. Aunque los mediadores e Israel y Hamás no han revelado oficialmente los detalles del acuerdo, funcionarios cercanos a las negociaciones revelaron los principales puntos:

  • Fase inicial de seis semanas: Incluye la retirada gradual de las fuerzas israelíes del centro de Gaza y el retorno de los desplazados palestinos al norte de la región.

     

  • Ayuda humanitaria: Se permitirá la entrada diaria de 600 camiones de ayuda humanitaria en Gaza, de los cuales 50 transportarán combustible. Unos 300 de esos camiones estarán destinados al norte, donde las condiciones para los civiles son particularmente críticas.

     

  • Liberación de rehenes: Hamás liberará a 33 rehenes israelíes, incluyendo mujeres (soldados y civiles), niños y hombres mayores de 50 años. Las primeras liberaciones serán de mujeres y menores de 19 años, seguidas por hombres mayores de 50. Se espera que tres rehenes sean liberados a través de la Cruz Roja este domingo.

     

  • Liberación de detenidos palestinos: Por cada civil israelí liberado, Israel liberará a 30 detenidos palestinos. Por cada soldado israelí mujer liberada, se liberarán 50 prisioneros palestinos. La primera fase incluye la liberación de todas las mujeres y menores palestinos detenidos desde el 7 de octubre de 2023.

     

  • Hamás informará a la Cruz Roja sobre los puntos de encuentro en Gaza, y esta organización se encargará de recoger a los rehenes.

  • Dependiendo del número de rehenes liberados, entre 990 y 1,650 palestinos serán liberados en esta primera fase, incluyendo hombres, mujeres y niños.

     

  • Hamás liberará a los rehenes en un periodo de seis semanas, con un mínimo de tres liberaciones semanales y la entrega de todos los rehenes vivos antes del final del plazo. Posteriormente, se entregarán los restos de los rehenes fallecidos.  La implementación del acuerdo será garantizada por Catar, Egipto y Estados Unidos.

 

  • Fase dos: las negociaciones para esta etapa comenzarán el día 16 de la primera fase. Incluyen la liberación de todos los rehenes restantes, un alto el fuego permanente y la retirada completa de las fuerzas israelíes.

 

  • Fase tres: abordará la recuperación de los cuerpos restantes y el inicio de la reconstrucción de Gaza, supervisada por Catar, Egipto y Naciones Unidas.

El impacto de los recientes ataques en Gaza-en medio de un conflicto de más de siete décadas- es enorme y apenas empieza a contabilizarse. 

Según la última actualización en cifras del Ministerio de Salud gazatí, emitida este 19 de enero, al menos 46.913 palestinos han sido asesinados por las embestidas israelíes. El más reciente y sangriento capítulo del conflicto de larga data fue desencadenado por el ataque de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1,200 muertos, en su mayoría civiles. Además, cientos de soldados israelíes han perdido la vida en los enfrentamientos.

Alrededor del 90% de la población de Gaza ha sido desplazada, según Naciones Unidas. A esto se suma la destrucción masiva de infraestructuras esenciales. El sistema de salud, la red vial y otros servicios vitales están gravemente dañados, lo que deja a Gaza en un estado crítico. Si el alto el fuego logra avanzar hacia su fase final, la reconstrucción tomará varios años, requiriendo un esfuerzo coordinado y recursos significativos. 

Leer tambiénConteo regresivo para el alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes

 

Con Reuters y AP