Según la Comisión Electoral de Georgia, el partido gobernante Sueño Georgiano obtuvo este 26 de octubre la mayoría absoluta del Parlamento, con el 53% de los votos y del 70% escrutado. La oposición reclama la victoria y dice que no reconocerá los resultados, denunciando "un golpe constitucional". Los ciudadanos acudieron a las urnas para decidir entre un gobierno cercano a Moscú y una coalición opositora proeuropea. 

La oposición y el oficialismo reclaman la victoria tras los cruciales comicios de este 26 de octubre, anunciados por meses como una elección entre Rusia y Occidente en el país europeo.

La comisión electoral central indicó que el partido gobernante Sueño Georgiano obtuvo la victoria, con el 53% de los votos en las elecciones parlamentarias, tras el escrutinio del 70% de los distritos. Posteriormente, la bancada oficialista aseguró que obtuvo 90 escaños de los 150 que componen el Parlamento del país.

Sin embargo, la oposición proeuropea sostiene que ganó los comicios y pide al oficialismo. Los partidos opositores dijeron en una rueda de prensa en la madrugada del domingo que no aceptarán los resultados.

"Este es un golpe constitucional", aseguró Nika Gvaramia, líder del partido opositor Coalición por el Cambio, según la agencia de noticias Interpress.

Estas elecciones, vistas como las más importantes desde la caída de la Unión Soviética, convocaron a 3 millones de votantes de los 3,7 de habitantes que tiene el país, incluidos 800.000 residentes en el extranjero.

En el contexto de la guerra en Ucrania y la división entre bloques liderados por Rusia y Occidente, estos comicios son considerados cruciales para el futuro de este país al sur de Rusia.

Cuatro coaliciones opositoras enfrentaron al partido gobernante, Sueño Georgiano, criticado por su inclinación prorrusa. En total, 18 partidos se presentaron, pero solo Sueño Georgiano y las cuatro coaliciones opositoras superaron el umbral del 5% de los votos necesario para acceder al Parlamento de 150 escaños.

“Hoy será un triunfo para toda Georgia”, declaró la presidenta proeuropea Salomé Zourabichvili, tras emitir su voto. Añadió que “esta jornada definirá el futuro del país”. Bruselas también advirtió que el resultado electoral influirá en las posibilidades de Georgia de unirse a la Unión Europea, objetivo consagrado en su Constitución.

Desde hace 12 años, Sueño Georgiano, el partido conservador, gobierna esta nación de casi cuatro millones de habitantes, pero enfrenta crecientes críticas por leyes consideradas antidemocráticas.

La reciente ley de “influencia extranjera”, inspirada en una legislación rusa, llevó a la Unión Europea a frenar el proceso de adhesión de Georgia al bloque comunitario, aunque hace unos meses obtuvo el estatus de candidato.

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El "partido mundial de la guerra"

Sueño Georgiano está controlado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili, quien estudió y amasó su fortuna en Rusia. Transparency International denuncia que, bajo su influencia, el partido ha concentrado el poder en todas las instituciones del Estado.

En los últimos meses, Ivanishvili ha intensificado su retórica antioccidental, acusando a Occidente de ser el “partido mundial de la guerra”, y el lugar donde “se organizan orgías en las calles”. Esta postura ha llevado a las embajadas occidentales en la capital Tbilisi a romper contactos con el partido gobernante.

Sueño Georgiano se presenta como el único partido capaz de garantizar la paz en Georgia. El país aún carga las cicatrices de la breve guerra con Rusia en 2008, que dejó bases militares rusas en las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, cuya independencia Moscú reconoció unilateralmente. En este contexto, el partido se posiciona como la única fuerza que puede evitar una "ucrainización" de Georgia.

No obstante, el partido asegura que Georgia se unirá a la Unión Europea en 2030. Analistas políticos creen que sus líderes confían en que para entonces la extrema derecha populista domine en Europa, ya que comparten afinidades con partidos como Agrupación Nacional en Francia y AfD en Alemania.

Esta promesa de adhesión resulta clave, ya que el 85% de los georgianos apoya la entrada a la UE, según encuestas.

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La oposición prometió en campaña reformas en el sistema electoral y judicial, así como derogar leyes controvertidas y formar un gobierno de coalición que llamara a nuevas elecciones en un año para reflejar mejor la voluntad popular.

El primer ministro Irakli Kobakhidze instó a sus seguidores a una “máxima movilización”. En un centro de votación en Tbilisi, el músico Guiorgui Kipchidze expresó su esperanza en el triunfo de la oposición: "la mayoría de los georgianos entienden que el gobierno actual nos acerca al pantano ruso y nos aleja de Europa".

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Con AFP y Reuters