Tras calificar la situación en Haití como un "ciclo de violencia interminable", el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló este 9 de mayo que al menos 1.446 personas han perdido la vida en el país más pobre del hemisferio durante hechos violentos en lo que va de 2023. La ONU urge a la comunidad internacional un despliegue de una “fuerza de apoyo especializada” para ayudar a las autoridades de la nación.

Haití, una nación que sufre múltiples crisis. El país, que por décadas ha sido azotado por una constante premura económica, inestabilidad política y sucesivos terremotos, ahora vive una espiral de violencia en significativo aumento.

Con al menos 1.446 muertes violentas registradas en lo corrido de 2023, el país se encuentra sumergido en un profundo problema de seguridad y Puerto Príncipe, su capital, es uno de los lugares más peligrosos del hemisferio occidental, destacó este 9 de mayo el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.

Y es que solo en el mes de abril más de 600 personas perdieron la vida en medio de una nueva ola de violencia extrema en varios distritos de la capital.

"Esto sigue al asesinato de al menos 846 personas en los primeros tres meses de 2023, además de 393 heridos y 395 secuestrados durante ese período", aseguró Türk.

Además, en los tres primeros meses de 2023, Naciones Unidas registró las muertes de 21 policías y de 238 miembros de pandillas, en una ola de fatídicos episodios que causaron el desplazamiento interno de 13.490 personas, ahondando aún más la situación de pobreza.

Los ataques violentos aumentaron en un 28% en los últimos meses

Si bien el empobrecido país ha sido antes centro de múltiples delitos, la situación ha empeorado por las complicaciones políticas y económicas que siguieron al asesinato del presidente Joevenel Moïse, en 2021.

Desde entonces, las pandillas controlan la mayor parte de Puerto Príncipe. Un complejo escenario que no da tregua y por el contrario va en aumento. El número de asesinatos, secuestros y ataques violentos ascendió en un 28 % entre enero y marzo pasados, en comparación con el último trimestre de 2022, destaca la ONU.

Como muestra del dominio que ejercen, las bandas imponen impuestos ilegales a la ciudadanía, cortan el tráfico en las principales carreteras del país y saquean negocios y vehículos.

La organización subraya que la violencia de esos grupos delictivos actualmente se extiende a áreas que antes eran consideradas seguras en la capital, especialmente en los barrios de Kenscoff y Pétion Ville, al igual que en el departamento de Artibonite.

Como si fuera poco, la violencia sexual hacia las mujeres y las niñas se ha generalizado en todo el país y los secuestros de menores, maestros, médicos, funcionarios de Justicia y gubernamentales también se han agudizado en los últimos meses.

Todo frente a autoridades sobrepasadas, salpicadas de corrupción y fuerzas de seguridad que no dan abasto para encarar la extensa problemática. Un panorama frente al que ha surgido la proliferación de brigadas de vigilancia parapoliciales, promovidas en ocasiones por líderes políticos y contra las que también alerta la ONU.

En un intento por mitigar el grave escenario de seguridad, Naciones Unidas urgió a la comunidad internacional a desplegar “una fuerza de apoyo especializada respetuosa con los derechos humanos con un plan de acción integral” para respaldar a las autoridades locales.

Con AFP y EFE