En el estrado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se defendió este 9 de diciembre durante el juicio en su contra por corrupción, al alegar que todos los cargos son “absurdos” y “mentiras”. El primer líder del Gobierno en funciones en ser acusado penalmente, de fraude, cohecho y abuso de confianza, minimizó los señalamientos al tiempo que defendió su legado para “proteger” a Israel.

“Como una gota en el mar”, minimizó Benjamin Netanyahu las acusaciones en su contra durante una nueva y esperada comparecencia en el prolongado juicio por corrupción.

El primer ministro israelí-que lidera una guerra en distintos frentes y afronta una orden de captura de la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de guerra en las hostilidades en curso en Gaza-intentó asociar los señalamientos sobre fraude con los conflictos que impulsa tras remarcar que está siendo “perseguido” por sus duras políticas de seguridad.

Netanyahu subrayó que todos los delitos que se le imputan son “mentiras” y un “océano de absurdos”, al tiempo que se mostró desafiante cuando aseguró que derribará todos los cargos en su contra.

"He esperado ocho años por este momento, para decir la verdad tal como la recuerdo, lo cual es importante para la justicia. Pero también soy un primer ministro. Estoy liderando el país a través de una guerra de siete frentes. Y creo que las dos cosas se pueden hacer en paralelo", remarcó Netanyahu.

El líder del Likud insistió en que es víctimas de falsas acusaciones al señalar que su familia ha sufrido “ataques, calumnias y mentiras a una escala que pocas figuras públicas probablemente han experimentado (…) Es dudoso que haya otros casos similares en el mundo”, afirmó.

En simultáneo, defendió su legado como un hombre que protege los intereses de Israel en momentos en que dirige a sus tropas en varios conflictos. En medio de este panorama, el tribunal dio a Netanyahu una dispensa para tomar descansos urgentes y recibir notas durante los procedimientos, ya que es el primer ministro en funciones y dirige una guerra.

Esta es la primera vez que un primer ministro israelí sube al estrado como acusado penal, un hito embarazoso para un líder que ha tratado de cultivar una imagen de estadista sofisticado y respetado.

Netanyahu llegó a la sala del tribunal abarrotada antes de su testimonio, pareciendo tranquilo y estrechando la mano de los miembros de su partido Likud que estaban presentes. Antes de subir al estrado, el abogado del primer ministro expuso el caso de la defensa e intentó encontrar vacíos en la acusación.

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¿En qué consisten las acusaciones de corrupción contra Netanyahu?

Netanyahu responderá durante sus comparecencias ante el tribunal a cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de fragmentos en tres casos distintos.

Se le acusa de aceptar decenas de miles de dólares en cigarrillos y champán de un productor multimillonario de Hollywood a cambio de ayudarle en sus intereses personales y comerciales.

También se le acusa de promover una regulación ventajosa para los magnates de los medios a cambio de una cobertura favorable de él y su familia.

Netanyahu, de 75 años, niega haber actuado mal y dice que los cargos son una cacería de brujas orquestada por unos medios hostiles y un sistema legal sesgado que busca derrocar su largo gobierno. Su testimonio corona años de escándalos que se han arremolinado en torno a él y su familia.

"He esperado ocho años por este día. Ocho años he esperado para presentar la verdad. Ocho años estoy esperando para derribar de una vez por todas estos engañosos y absurdos cargos contra mí", dijo Netanyahu desafiante en vísperas de su testimonio. "Estas investigaciones nacieron del pecado. No hubo ningún delito, por lo que encontraron un delito".

Decenas de personas se reunieron frente al tribunal de Tel Aviv, algunas protestando contra Netanyahu, incluidos familiares de rehenes retenidos en Gaza, y también un grupo de sus partidarios. Una pancarta colocada frente al tribunal decía: "Ministro del Crimen".

Según la ley israelí, los primeros ministros acusados ​​no están obligados a dimitir. Sin embargo, los cargos contra Netanyahu escindieron profundas divisiones en Israel: los manifestantes exigieron su renuncia y los antiguos aliados políticos se negaron a formar parte del gobierno del líder israelí, lo que desencadenó una crisis política que condujo a cinco elecciones en menos de cuatro años a partir de 2019.

Los partidarios de Netanyahu ven los cargos como resultado de la parcialidad y extralimitación del sistema judicial.

A pesar de la presión, el polarizador Netanyahu ha rechazado los llamados a dimitir y ha utilizado su posición como primer ministro para arremeter contra las fuerzas del orden, los medios y los tribunales.

El testimonio, que tendrá lugar seis horas al día, tres días a la semana durante varias semanas, ocupará una parte importante de las horas de trabajo de Netanyahu, lo que llevó a los críticos a preguntarse si puede gestionar con capacidad un país envuelto en una guerra en un frente, contener las consecuencias de un segundo y vigilar otras posibles amenazas regionales, incluidas las de Irán o la reciente caída de Bashar Assad en Siria.

Un tribunal israelí rechazó una solicitud de los abogados de Netanyahu para reducir las horas previstas de testimonio, así como varias otras solicitudes para retrasar el inicio del testimonio, que dijeron que eran necesarias debido a la apretada agenda del primer ministro y los importantes desafíos del país.

Este artículo es una adaptación de suoriginal en inglés