El nuevo líder de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, afirmó el domingo en una rueda de prensa con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, que todas las armas serían controladas por el Estado. La declaración hace referencia a las que están en manos de las Fuerzas Democráticas Sirias, dirigidas por kurdos, que operan en el norte del país. Turquía considera que el grupo —que ha contado con el respaldo de Estados Unidos— está vinculado a su enemigo nacional proscrito, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El nuevo líder de Siria, Ahmed al-Sharaa, declaró el domingo que todas las armas quedarían bajo estricto control estatal.  La declaración, hecha durante una conferencia de prensa con el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, es un signo de que el nuevo mando en Siria buscará acomodar las demandas o peticiones de potenciales aliados, a cambio de estabilidad, respaldo diplomático y económico, además apoyos para lograr el levantamiento de sanciones que pesan sobre el país. 

"No permitiremos en absoluto que haya armas en el país fuera del control del Estado, ya sean de las facciones revolucionarias o de las facciones presentes en la zona de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)", añadió en referencia a las milicias que son actualmente lideradas por los kurdos.

Sharaa dijo que, tras las próximas consultas con funcionarios de defensa y militares sobre una nueva estructura para el ejército, las "facciones armadas comenzarán a anunciar su disolución y entrarán" a formar parte de un Ejército nacional.

Siria alberga en el norte del país a militantes de las Fuerzas Democráticas, controladas en su mayoría por kurdos, una etnia y un pueblo que durante siglos ha reclamado autonomía y que se ha levantado en una serie de rebeliones contra el Imperio Otomano y el Estado moderno turco. En Turquía, los kurdos son vistos como secesionistas y el país ha proscrito a la principal organización política e identitaria del grupo, el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), que también figura en la lista de organizaciones terroristas de varios países miembros de la Unión Europea, así como de Estados Unidos, Canadá y Australia.

El tablero sirio

Tras la caída de Bashar al-Assad, varios actores geopolíticos y dinámicas de poder buscan ahora el reacomodo de fuerzas y garantizarse un reparto de beneficioso de los apoyos sobre la base de alianzas: Los kurdos se unieron a Estados Unidos para luchar contra el Estado Islámico (ISIS), por tanto han contado con el apoyo económico, militar y logístico estadounidense. Se constituyeron en una fuerza en el norte del país, sin comprometerse nunca demasiado, ni con el régimen de Al-Assad, ni con los rebeldes. De allí que lograran acumular fuerzas y gozar de mucha autonomía, que les permitió también combatir a las fuerzas de Al-Assad cuando se requería.

Turquía, por su parte, ha trabajado de manera sigilosa y estratégica en forjar alianzas y colocar los apoyos necesarios, en el momento preciso, para ganar influencia. Durante años, especialmente en la última década, Ankara y el presidente Recep Tayip Erdogan, brindaron apoyo material y logístico para entrenar a combatientes agrupados en un Ejército Nacional Sirio (ENS), que han acabado arrebatándole el control del territorio a los kurdos en el norte de Siria, a lo largo de la frontera con Turquía.

Una inversión que para Turquía ha rendido frutos, dado que considera que el principal componente de la fuerza respaldada por Estados Unidos, que controla franjas del norte y noreste de Siria, está vinculado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), su proscrito enemigo interno, al que considera —además— organización terrorista. El anuncio del nuevo gobierno sirio de este domingo de disolver a las milicias y hacerlas entrar bajo su control es desde ya una victoria de la campaña y los esfuerzos turcos.

Y en retribución, Turquía ha insistido nuevamente en la escena internacional en la necesidad de levantar las sanciones contra el país y sus ahora nuevos líderes. El titular de Exteriores turco ha expresado este domingo: "Las sanciones impuestas al anterior régimen (sirio) deben levantarse lo antes posible". Y también esto otro: "La comunidad internacional debe movilizarse para ayudar a Siria a recuperarse y a los desplazados a regresar", añadió.

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Mientras tanto, ya comienza a verse quién lleva las mejores cartas: Los rebeldes en el poder ahora en Siria se comprometen a una transición política y una reconstrucción pacífica del país, con respeto por las minorías. Como un signo de esto queda la declaración de este domingo de Sharaa, en la que aseguró que el nuevo gobierno está desde ya trabajando en disminuir los riesgos de tensiones raciales o étnicas.

"Estamos trabajando para proteger a las sectas y minorías de cualquier ataque que se produzca entre ellas", dijo Sharaa. Para agregar luego que también están monitoreando a posibles actores “externos” que intentarían aprovecharse de la situación para causar discordia sectaria. "Siria es un país para todos y podemos coexistir juntos", añadió.

¿Cuál será la política estadounidense bajo la administración Trump?

Turquía es un actor esencial en la reconstrucción de Siria, uno de sus vecinos más poderosos, que además alberga a una gran cantidad de emigrados y exilados por la guerra. Por tanto, es también uno de los principales aliados para países como Estados Unidos, que tras la caída de Al-Assad y la eventual salida de Rusia del país, buscan también la normalización de relaciones y lograr que el nuevo Estado esté bajo su esfera de influencia.

Ankara ha decidido ejercer su influencia y no temer hacerlo. Su canciller, Hakan Fidan, ha ido tan lejos y de manera pública que este domingo ha dicho que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sabía que no debía continuar el respaldo de Washington a los combatientes liderados por los kurdos por encima de apoyar las necesidades de seguridad de su principal socio de la OTAN en Medio Oriente.

"Cuando lo miramos desde los intereses de Estados Unidos, como un cálculo matemático —si es más importante Turquía o una organización terrorista como el PKK— el señor Trump ve las matemáticas inmediatamente", dijo Fidan.

También dijo que la victoria sobre Al-Assad "pertenece a ustedes y a nadie más. Gracias a vuestros sacrificios, Siria ha aprovechado una oportunidad histórica" y ha rechazado las afirmaciones de que Turquía tuvo algo que ver en la ofensiva rebelde relámpago que acabó con el derrocamiento de Al-Assad.

 

Con EFE, AP y Reuters.