La reciente invitación de Donald Trump a Javier Milei para su exclusivo foro conservador en Mar-a-Lago colocó al presidente argentino en el centro de la escena, como el único líder extranjero en participar. Sin embargo, expertos señalan que esta elección no refleja un interés genuino de Estados Unidos por incluir a Argentina en su agenda, y advierten que difícilmente tendrá un impacto significativo en las relaciones bilaterales a pesar del claro respaldo ideológico. Análisis.

Durante la década de 1990, el Gobierno de Argentina, encabezado por el expresidente Carlos Menem, implementó una política de alineamiento incondicional con los Estados Unidos. Esta estrategia fue popularmente conocida como ‘relaciones carnales’, un término acuñado por el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Guido Di Tella.

Tras el fin de la Guerra Fría, Menem buscó reposicionar a Argentina en el escenario global. Su alineamiento con Estados Unidos fue interpretado como una estrategia para ganar confianza internacional, atraer inversiones y obtener respaldo político y económico de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. 

Es de público conocimiento que Javier Milei, actual presidente de Argentina, es un ferviente admirador de Menem. Así lo ha manifestado en varias oportunidades y, en mayo pasado, incluso inauguró un busto en la Casa Rosada en homenaje al exmandatario neoliberal, fallecido en 2021.

“Fue el mejor presidente de los últimos 40 años”, aseguró Milei durante la ceremonia.

Algunas de las políticas implementadas por Milei en estos 11 meses de gobierno guardan una notable similitud con las que Menem llevó adelante durante sus diez años de presidencia (1989-1999). Entre ellas se destacan las privatizaciones, el recorte del gasto público, el achicamiento del Estado y la desregulación de la economía.

Por ello, no es casualidad que ahora Milei busque reflotar ese alineamiento incondicional con Estados Unidos. Y qué mejor momento para hacerlo que con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, probablemente el líder extranjero que más idolatra, y de quien ha adoptado varios elementos de su estilo, especialmente en su discurso y forma de comunicación.

El suramericano, quien dice ser el “presidente favorito” de Trump, puede jactarse de haber sido el primer mandatario extranjero en reunirse con el norteamericano tras su reelección como presidente de Estados Unidos. El republicano lo hizo partícipe de su exclusiva gala del America First Institute, en Mar-a-Lago (Florida), un foro de conservadores en el que Milei no pasó desapercibido. 

“Javier, quiero felicitarte por el trabajo que has hecho por Argentina (…) Es increíble. ‘Make Argentina Great Again’ (Haz grande a Argentina otra vez). Es un presidente MAGA (Make America Great Again)”, dijo Trump en su discurso frente a los principales líderes conservadores de Estados Unidos y algunos de los futuros miembros del nuevo gabinete republicano.

Según algunos expertos, la victoria de Trump y sus elogios representan para Milei una "validación de su método".

“Milei piensa: ‘En la mayor democracia del mundo, el líder que la gente elige es este. Un líder como yo’”, señala Gonzalo Sarasqueta, director del Máster en Comunicación Política y Empresarial de la Universidad Camilo José Cela, en declaraciones a France 24.

La invitación de Milei al evento, las palabras de Trump y su participación en ese círculo tan exclusivo podrían dar la impresión de que, a partir de 2025, Argentina estaría en el radar de Estados Unidos. Sin embargo, los analistas son más escépticos al respecto.

Un acercamiento sin garantías para Argentina

Para el abogado y consultor político Federico Miravet, Argentina históricamente nunca ha sido importante para Estados Unidos.

Pese a reconocer que, debido a la buena relación entre Milei y Trump, el país suramericano podría ocupar un lugar más destacado en la agenda internacional, sostiene que la estrategia de política exterior del republicano no es provechosa para Buenos Aires. 

“La política de Trump es aislacionista y no sé si Milei le termina siendo redituable”, afirma a France 24. 

En este contexto, considera que la presencia del argentino en el evento como único representante latinoamericano no debería interpretarse con demasiada trascendencia, ya que no se trató de un encuentro de carácter público y, según él, no hay muchas otras opciones en la región.

No obstante, advierte que líderes más cercanos ideológicamente al magnate republicano, como el ultraderechista presidente de El Salvador, Nayib Bukele, podrían haberse sentido molestos por no haber sido considerados para el encuentro.

Para Miravet, Trump envía un mensaje a esos mandatarios: si quieren ser incluidos en la agenda, tendrán que parecerse más a Milei.

“La agenda política argentina es un grave error”

En línea con Miravet, Sarasqueta opina que, aunque Milei y Trump comparten un método de gobernar y comunicar —que incluyen críticas al establishment y una retórica explosiva que busca romper la agenda tradicional y concentrar poder—, sus horizontes son fundamentalmente distintos.

"Si analizamos la agenda económica, encontramos dos utopías completamente diferentes. Trump apuesta por un nacionalismo económico proteccionista, con la posibilidad de imponer un arancel del 70% a las importaciones chinas y alrededor del 10% al resto, incluidas las argentinas. Milei, por el contrario, promueve un enfoque opuesto", reflexiona.

El analista señala que, mientras Trump percibe la globalización como una etapa superada, Milei la ve como un modelo a profundizar.

“Para Trump, la respuesta a la competencia con China y el creciente flujo de bienes es replegarse en el Estado-nación. Para Milei es todo lo contrario: imagina un mundo en el que se intensifican los intercambios entre países”, sostiene.

Por esta razón, Sarasqueta considera que la actual política exterior argentina de alineamiento incondicional a Estados Unidos supone un “grave error”.

“Hoy el mundo se está cerrando y Milei juega con la idea de un mundo en expansión. Creo que ahí, precisamente, surgirán ciertas fricciones”.

“Para Milei fue un espaldarazo”

En diálogo con France 24, Leticia Rodríguez Ruiz, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, subraya que la invitación a Milei para participar en el evento en Florida, al que denomina el “Camelot de Trump”, fue de índole personal y no de carácter público. Sin embargo, resalta que, al mismo tiempo, evidencia que el presidente argentino es un “aliado ideológico” del estadounidense.

Aunque considera que la reunión pudo no haber tenido gran relevancia para Trump, destaca que, para Milei, representó un "espaldarazo".

“Lo ayuda a enfrentar las posibles resistencias que pueda tener en el ámbito doméstico, con su paquete de medidas que generan tanto desgaste social. Además, lo convierte en un referente ideológico en América Latina”, comenta.

En cuanto a la elección de Milei sobre Bukele, quien fue uno de los primeros líderes extranjeros en felicitar a Trump tras su reelección, Rodríguez Ruiz cree que esta decisión responde a una mayor importancia de Argentina como país en comparación con El Salvador. 

“Además, ¿qué le aporta Bukele a la narrativa de Trump? Con él, el republicano debe tener un poco de cuidado porque, aunque muchas deportaciones serán de mexicanos, también habrá de salvadoreños. Por eso a Trump le convenía más que fuera Milei”, explica.

Milei y su obsesión por el exterior

Desde su llegada a la Presidencia en diciembre de 2023, el mandatario argentino ha realizado 15 viajes al exterior, muchos de los cuales fueron de carácter personal y no como visitas oficiales de Estado.

En este sentido, Sebastián Halperín, politólogo y consultor en opinión pública, asegura que “Milei se mueve como pez en el agua en el extranjero”, pero es cauto respecto a si ese reconocimiento internacional se traducirá en inversiones para Argentina. 

“Una cosa es el show y todo el reconocimiento, como de hecho el mismo Trump se lo hizo saber en la convención en Florida. Ahora, otra cosa es si esas inversiones van a llegar en los tiempos que Argentina necesita para que efectivamente esto se traduzca en crecimiento”, señala a France 24.

Según el analista, la principal preocupación de los inversores extranjeros es “el péndulo”. Aunque reconocen la baja del riesgo país y la inflación en Argentina, se preguntan si esas mejoras serán sostenibles a largo plazo. 

¿Milei inspiró a Trump?

La designación de Elon Musk como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental generó gran satisfacción en Milei y su Administración. Según funcionarios de la Casa Rosada, el magnate tecnológico se inspiró en el economista libertario para proponer dicha comisión a Trump.

En un comunicado, el presidente electo expresó que tanto Musk como Vivek Ramaswamy, excandidato en las primarias del Partido Republicano y también a cargo del departamento, “allanarán el camino para que mi Administración desmantele la burocracia gubernamental, reduzca drásticamente el exceso de regulaciones, recorte los gastos superfluos y reestructure las agencias federales”. 

En relación con esto, Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, que en Argentina cumple funciones similares a las que tendrá el Departamento de Eficiencia Gubernamental, considera que Musk se “inspiró” en la agenda de desregulación de Milei. 

“Me parece que Milei es un líder al cual se le presta extraordinaria atención en el mundo. No solo por parte de otros líderes, sino que ha capturado la imaginación de mucha gente”, comentó en diálogo con ‘Radio Rivadavia’.

Según Miravet, puede que exista una idea compartida de ambos lados, aunque con mayor énfasis en Argentina, de llevar adelante “agendas espejo” y, para Buenos Aires, ser un “faro” en Washington.

Ante este nuevo alineamiento, el abogado y especialista en comunicación política observa pequeños vestigios de lo que fueron los años noventa, cuando existían las famosas ‘relaciones carnales’ con Estados Unidos.

Los expertos consultados por France 24 coinciden en que las políticas adoptadas por Milei en relación con Estados Unidos guardan similitudes con el alineamiento incondicional implementado por Menem en la década de los 90.

Un ejemplo claro de ello es el reciente retiro de la delegación argentina de la cumbre climática COP29 en Bakú. Tanto Miravet como Sarasqueta concuerdan en que esta decisión refleja el intento de Milei de "complacer" a Trump, quien apartó a Estados Unidos del Acuerdo de París durante su primer mandato y ha prometido hacerlo nuevamente en su segundo.

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Si bien la mayoría de los especialistas considera que la importancia de Estados Unidos en el FMI podría facilitar la obtención de nuevos préstamos para Argentina, también advierten sobre los riesgos de nuevas relaciones carnales en cuanto a la soberanía e independencia del país suramericano. 

En enero de 2025 el nuevo presidente de Estados Unidos destapará las cartas para la política doméstica y exterior, el mundo y América Latina siguen los pasos del magnate expectantes.