Este sábado se convocaron manifestaciones en España para protestar contra la gestión de las recientes inundaciones en el sureste del país. Se acusa a las autoridades de haber subestimado los riesgos y coordinado mal los rescates. Las inundaciones han dejado más de 200 muertos y decenas de desaparecidos, sin un balance definitivo.

Casi una semana después del estallido de indignación en Paiporta, que tuvo como objetivo al primer ministro Pedro Sánchez, al presidente del ejecutivo regional Carlos Mazón y a los monarcas Felipe VI y Letizia, están previstas manifestaciones el sábado 9 de noviembre a partir de las 18:00 (hora local) en Valencia y otras ciudades españolas para protestar contra la gestión de las inundaciones del 29 de octubre, que dejaron al menos 219 muertos y decenas de desaparecidos, según los equipos de emergencia en la zona. 

Los organizadores de la concentración en Valencia marchan en silencio en respeto a las víctimas y exigen la dimisión de Carlos Mazón, quien ha canalizado gran parte de la indignación de los afectados.

Mazón, miembro destacado del Partido Popular (PP, principal partido de la oposición de derecha), es señalado de haber reaccionado tarde, pese a que la Agencia Meteorológica Española (Aemet) había emitido una alerta roja desde la mañana del 29 de octubre.

Además de la falta de reacción previa a la tragedia, la gestión posterior también ha provocado la ira de los residentes afectados y de las familias de las víctimas, quienes afirman que, al menos, pudieron apoyarse entre ellos.

"Creo que todo lo sucedido es lamentable, desde la alerta, que nunca se emitió, hasta la gestión que vino después. Absolutamente nadie apareció", lamenta Manuel Gayá, un ingeniero de 40 años que vive en Llocnou de la Corona, cerca de Valencia, en declaraciones a la agencia de prensa AFP. "Estuvimos completamente aislados durante cuatro días, limpiando calles y casas, ayudándonos entre nosotros".

En Valencia, el lema "Solo el pueblo salva al pueblo" se ha vuelto popular tras las iniciativas de solidaridad que surgieron para suplir las fallas de las autoridades.

"La coordinación entre administraciones fue caótica"

La principal queja de los residentes de la región es que fueron alertados al anochecer cuando era tarde pues muchas zonas ya estaban inundadas. 

Aunque España es un país muy descentralizado, donde la gestión de catastrofes recae en las administraciones regionales, el gobierno central no queda a salvo de la indignación, ya que es responsable de emitir alertas a través de la Aemet y puede proporcionar recursos o intervenir en casos extremos.

La oposición de derecha aprovechó este punto para criticar al presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, acusándolo de haber permitido que la región se hundiera y de no asumir su responsabilidad como líder al tomar control de la situación.

Desde el gobierno, sostienen que no es el momento de buscar culpables y que evaluarán las responsabilidades de cada actor en la gestión de la catástrofe en el momento adecuado. Además, defienden su actuación, asegurando que las autoridades centrales hicieron lo posible dentro del marco institucional actual.

Para el alcalde socialista de Alaquàs, Toni Saura, lo que fue caótico fue "la coordinación entre administraciones", según declaró al diario valenciano Levante.

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Con AFP y medios locales