El presidente venezolano, Nicolás Maduro, investido para un tercer mandato tras una cuestionada reelección, recibió este viernes 31 de enero en Caracas a Richard Grenell, enviado especial del mandatario Donald Trump. Maduro, según medios estatales, busca partir de una "agenda cero" con EE. UU., mientras la Casa Blanca aclaró que la visita no significa que esté reconociendo a su Gobierno.
Reunión de alto nivel entre Washington y Caracas, dos gobiernos que no mantienen relaciones diplomáticas.
El funcionario estadounidense Richard Grenell, enviado del mandatario Donald Trump, fue recibido en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, por el gobernante Nicolás Maduro, cuyo tercer mandato no es reconocido por EE.U U., que considera al opositor Edmundo González Urrutia como el "presidente electo" del país suramericano.
De acuerdo con la estatal Venezolana de Televisión (VTV), se trata de un "momento histórico" para "la diplomacia bolivariana". En la cita, el presidente Maduro propondrá una "agenda cero con el propósito de afinar detalles" y "realizar lo que haya que realizar" respecto a las relaciones, pero en "consenso y no impuesto".
Además, según VTV, se plantea "retomar nuevamente el diálogo" y establecer una "hoja de ruta" con miras a una relación "abierta".
En el encuentro, con las banderas de Venezuela y EE. UU., también se encontraba el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, quien representó al Gobierno chavista en reuniones con funcionarios del anterior mandatario estadounidense, Joe Biden.
EE. UU. busca que Maduro reciba a "criminales venezolanos, sin condiciones"
Previamente, ambos países confirmaron que Richard Grenell, enviado especial del mandatario estadounidense, Donald Trump, tenía previsto reunirse este viernes 31 de enero en Venezuela con Nicolás Maduro, quien asumió recientemente para un tercer mandato tras una controvertida reelección.
"Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro reciba de vuelta a todos los criminales y miembros de pandillas venezolanos"
El objetivo de la visita, según anunció el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Mauricio Claver-Carone, es lograr que Caracas acepte los vuelos de deportación de migrantes indocumentados provenientes y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles de la nación latinoamericana.
"Esta misión especial es muy concreta. Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro reciba de vuelta a todos los criminales y miembros de pandillas venezolanos que han sido enviados a Estados Unidos, y que lo haga sin condiciones. Es un asunto innegociable", afirmó Claver-Carone.
"El segundo punto es que los rehenes estadounidenses que están detenidos en Venezuela deben ser liberados de inmediato", agregó.
Leer tambiénEstados Unidos revoca la extensión del Estatus de Protección Temporal a venezolanos
Freno a petróleo venezolano y deportación de Tren de Aragua, en la mira de Trump
Estados Unidos y Venezuela tienen una tensa historia reciente, marcada por relaciones diplomáticas rotas, sanciones y acusaciones de actividad criminal y conspiración golpista.
Pero comparten intereses en varios asuntos bilaterales pendientes, incluida una licencia que permite a la petrolera estadounidense Chevron CVX.N operar en el país latinoamericano, el encarcelamiento de detenidos estadounidenses en Venezuela y una amplia ofensiva de Trump contra la inmigración.
Trump aseguró la semana pasada que su Administración probablemente dejaría de comprar petróleo de Venezuela y estaba considerando "muy seriamente" a esa nación.
Asimismo, el mandatario ha señalado que expulsará a los miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua de Estados Unidos, mientras la prensa estadounidense reporta que Washington está trabajando en un acuerdo con El Salvador para aceptarlos.
El fiscal general venezolano Tarek Saab afirmó la semana pasada que su país destruyó definitivamente las pandillas allí en 2023, pero que su oficina está dispuesta a reiniciar la cooperación legal con Estados Unidos para extraditar a los miembros venezolanos de esa banda delictiva.
La reunión Grenell-Maduro "no es una negociación a cambio de nada", destacó Claver-Carone, en una llamada antes del viaje del secretario de Estado Marco Rubio a América Central y el Caribe, que inia el sábado 1 de febrero.
"Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro recupere a todos los criminales y pandilleros venezolanos que han sido exportados a Estados Unidos, y que lo haga de manera inequívoca y sin condiciones, en primer lugar, como esperaríamos de cualquier otro país del mundo. Y eso no es negociable", remarcó Claver-Carone.
En cuanto a las liberaciones que Estados Unidos exige, no está claro exactamente cuántos estadounidenses o ciudadanos con doble nacionalidad se encuentran arrestados en Venezuela, pero públicamente los funcionarios de la Administración de Maduro han mencionado al menos nueve.
El Gobierno venezolano ha acusado a la mayoría de ellos de “terrorismo” y ha señalado que algunos eran "mercenarios" de alto nivel.
Leer tambiénDirecto a… Caracas y la expectativa por la repatriación de migrantes desde EE. UU.
Elecciones cuestionadas y sanciones
El gobierno del entonces presidente estadounidense Joe Biden restableció amplias sanciones petroleras el pasado abril después de asegurar que Maduro no cumplió sus promesas de elecciones presidenciales libres el año pasado.
La victoria de Maduro, según el órgano electoral controlado por Caracas, es cuestionada por la oposición, los observadores internacionales y numerosos países occidentales, incluido Estados Unidos, donde Rubio se ha referido al líder opositor Edmundo González como el "presidente legítimo" de Venezuela.
El gobierno de Biden también impuso sanciones selectivas a docenas de funcionarios y aumentó las recompensas por la captura o condena de líderes, incluido Maduro, lo que deja a Trump limitadas opciones para nuevas sanciones.
La Administración de Maduro siempre ha rechazado las sanciones de Estados Unidos y otros países, al afirmar que son medidas ilegítimas que equivalen a una "guerra económica" diseñada para paralizar a Venezuela.
Trump durante su primer mandato utilizó una política de sanciones de "máxima presión" contra Maduro y se refirió al líder venezolano como un dictador durante la campaña estadounidense de 2024.
Marco Rubio, un crítico de Maduro desde hace mucho tiempo, habló con González y su compañera líder de la oposición María Corina Machado por teléfono la semana pasada.
Grenell había asegurado después de la investidura de Trump que estaba hablando con funcionarios venezolanos y planeaba reunirse con la oposición, aunque no se ha hecho público si se reunió con González, quien asistió a la investidura de Trump.
Leer también¿Por qué Donald Trump no habla de Venezuela?
Con Reuters y EFE