En las consultas de este 10 de diciembre para acordar un nuevo primer ministro, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que nombrará un sustituto de Michel Barnier en las próximas 48 horas, según reveló su entorno político. Este martes, el Partido Socialista y los ecologistas condicionaron el apoyo al nuevo jefe de Gobierno siempre y cuando sea un progresista. La presión crece en medio de la urgencia por abordar la discusión del presupuesto y lograr una coalición estable al menos hasta mediados de 2025, cuando la Constitución permitirá convocar a nuevas elecciones legislativas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, intenta evitar una nueva disolución del Parlamento, señala su entorno político, en medio de nuevas negociaciones para nombrar un sustituto del destituido primer ministro, Michel Barnier.
En el marco de esos esfuerzos, Macron recibió este martes 10 de diciembre en el jardín de invierno del Elíseo a representantes del llamado “arco republicano”, que no incluye a la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, bancada considerada de extrema izquierda, ni a su polo opuesto en el espectro político, el partido ultraderechista Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen.
En el encuentro, el mandatario sostuvo que esperaba nombrar a un nuevo primer ministro francés en 48 horas, según sostuvieron miembros de su entorno político, citados por la agencia de noticias Reuters.
Condicionaremos un posible acuerdo sobre no censura (…) A un verdadero cambio de orientación política
Durante las recientes conversaciones, el jefe de Estado insistió en que no buscará el apoyo de partidos políticos "extremos", especialmente del partido de Le Pen.
Previo a la reunión, Macron señaló que esperaba una “lógica de compromiso” que arroje luces sobre un método para librar al próximo gobierno de una nueva moción de censura. Las facciones progresistas le dejaron clara su hoja de ruta.
Sin embargo, la izquierda estrecha cada vez más las exigencias al mandatario. Este 10 de diciembre, justo antes de reunirse con Macron, los socialistas y ecologistas condicionaron su respaldo a quien sea nombrado nuevo primer ministro y remarcaron que no buscarán una nueva moción de censura siempre y cuando se trate de un líder de izquierda.
“Condicionaremos un posible acuerdo sobre no censura y la no utilización del 49,3 (la disposición constitucional que permite adoptar decisiones por vía ejecutiva, sin la aprobación de la Asamblea Nacional) a un verdadero cambio de orientación política, que tenga en cuenta los ejes prioritarios definidos por el Nuevo Frente Popular", expresó Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, en una carta fechada el lunes y publicada el martes.
"Hemos venido a escuchar qué concesiones está dispuesto a hacernos el presidente de la República y su campo político", agregó Marine Tondelier, líder de los Verdes, quien pidió un “cambio de rumbo”, al igual que el secretario general del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel.
La postura representa un cambio de política para la izquierda, que hasta este martes había mantenido la exigencia de que un nuevo primer ministro debía contar con el visto bueno de la Francia Insumisa. Ahora las facciones de la coalición Nuevo Frente Popular, profundamente dividida, coinciden en que Francia no puede continuar sin timón.
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Un “contrato de método” por la estabilidad
El presidente Macron espera alcanzar un “contrato de método” con sus interlocutores, cuyo “contenido programático” será materia a tratar con el nuevo primer ministro, que él espera estar en capacidad de nombrar en las próximas 48 horas.
Francia ha estado sumida en la inestabilidad desde junio pasado, cuando Macron optó por disolver la Asamblea Nacional tras la victoria de Agrupación Nacional en las elecciones europeas. Los resultados de la segunda vuelta no le dieron la mayoría esperada a la facción de Marine Le Pen, y eso ha arrojado un equilibrio de fuerzas que ha congelado la política francesa, con tres bloques prácticamente idénticos en número de escaños: la izquierda, los macronistas y la ultraderecha.
La reunión de este martes representa la primera vez que los partidos principales de esa ecuación parlamentaria se sientan juntos desde junio, ahora con la urgencia de diseñar un presupuesto para 2025, un trámite que quedó en suspenso con la caída del fugaz gobierno de Michel Barnier.
Para poder avanzar en acuerdos, Macron necesita como mínimo contar con el apoyo de 66 diputados del Partido Socialista. Una fuente cercana al presidente citada por la agencia Reuters afirma que no hay claridad en torno a su disposición para elegir a un primer ministro de izquierda, pero destacó que Macron aprecia el hecho de que las posiciones inflexibles han quedado en el pasado.
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Con Reuters y EFE