El presidente francés, Emmanuel Macron, inició este viernes 6 de diciembre consultas con las fuerzas del "arco republicano" a las que pide la formación de un nuevo gobierno "de interés general" en "los próximos días". Es su última apuesta tras rechazar las demandas de renuncia de la oposición para terminar la crisis política.

Emmanuel Macron promete nombrar un nuevo gobierno "en los próximos días" tras la moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, en medio de una crisis política que se agudiza.

Con la mirada puesta en la designación de un nuevo premier que sea aceptado, al menos, por la mayor parte del espectro político, el mandatario continúa este viernes 6 de diciembre las consultas con los distintos partidos. En esta ocasión, recibe a líderes de la bancada presidencial, de los socialistas y de la derecha tradicional.

Los representantes del bando político del mandatario (Juntos por la República, MoDem, Horizontes, radicales, Unión de los Demócratas Independientes) se reunieron con Macron a las 12:00 horas, posteriormente con el líder de los diputados socialistas, Boris Vallaud, su homólogo en el Senado, Patrick Kanner, y el presidente de la Cámara de Representantes, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure.

Según fuentes citadas por la cadena local ‘BFMTV’, Macron marcó varias líneas rojas este viernes durante las conversaciones con el bloque central en el Elíseo.  En ese sentido, el jefe de Estado aseguró que no pretende nombrar un primer ministro socialista mientras el movimiento de izquierda esté aliado con La Francia Insumisa, considerado de extrema izquierda, dentro de la coalición Nuevo Frente Popular (NFP). 

De hecho, el presidente cree que si los socialistas gobernaran con la Francia Insumisa, se crearían las condiciones para una censura rápidamente.

Entre otras fuertes condiciones, Macron subrayó su negativa a desmantelar la polémica reforma de las pensiones, que miembros de los socialistas piden que sea derogada o suspendida.

"No hay oposición a un primer ministro fuera de Los Republicanos, siempre que no esté el Partido Socialista en la coalición", indicó por su parte el entorno del ministro del Interior saliente, Bruno Retailleau, a ‘BFMTV’.

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Los socialistas no aceptarán un premier de derecha “bajo ninguna circunstancia”

Las negociaciones son complejas y recuerdan el estancamiento que vivió Francia hace meses para nombrar un primer ministro, después de que las elecciones legislativas anticipadas, que fueron convocadas por Macron, no arrojaran la mayoría absoluta para ningún partido en la Asamblea Nacional.

Desde entonces, los miembros de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular han insistido en que el primer ministro debería provenir de sus filas por haber ocupado el primer lugar en las votaciones, pero Macron mantiene sus reticencias.

En esta pugna vuelve a girar el entorno político. El líder de los socialistas, Olivier Faure, ratificó este viernes al mandatario que en su bancada están abiertos a respaldar un nuevo gobierno, pero que no aceptarán a un primer ministro de derechas “bajo ninguna circunstancia”.

En declaraciones a la prensa tras su reunión con Macron, en el palacio del Elíseo, Faure también sostuvo que mostrar voluntad de cooperar en la formación de un gobierno no es, en su opinión, una traición hacia otros miembros de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular.

"Cuando Jean-Luc Mélenchon dice que no nos ha dado un mandato para negociar, está diciendo exactamente la verdad: no recibo un mandato de él, hablo en nombre de los socialistas, en nombre de los intereses del país y tratar de salir del bloqueo institucional (…) Queremos seguir una política de izquierdas, con un Primer Ministro de izquierdas. No queremos asegurar la continuidad del macronismo", agregó el líder del Partido Socialista en sus redes sociales.

Olivier Faure se declaró dispuesto a "comprometerse en todos los temas", incluida la reforma de las pensiones, cuya financiación, afirmó, debería discutirse antes de su derogación.

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Macron desafía los llamados a dimitir y acusa un frente "antirrepublicano"

El mandatario francés impulsa las negociaciones justo un día después de dirigirse a la nación en un discurso en el que rechazó los llamados a dejar el cargo y aseguró que su primer ministro, Michel Barnier, fue censurado en la Asamblea por una alianza entre la izquierda y la extrema derecha que calificó de "antirrepublicana".

Macron, acusado de desatar la crisis política enconada de Francia el pasado junio al convocar una elección anticipada que dio como resultado un Parlamento sin mayoría absoluta para ningún partido ni coalición, se mostró desafiante en su intervención.

"Soy muy consciente de que algunos quieren culparme por esta situación, es mucho más cómodo", señaló.

Pero afirmó que "nunca asumirá las responsabilidades" de los legisladores que decidieron derrocar al gobierno pocos días antes de Navidad.

El mandatario remarcó que Barnier fue derrocado por la extrema derecha y la izquierda dura en un "frente antirrepublicano" que buscaba crear caos. Su única motivación, agregó, son las elecciones presidenciales de 2027, "prepararse para ellas y precipitarlas".

A pesar de la presión para que dimita antes de 2027, cuando termina su mandato, Macron sostuvo que no se iría a ninguna parte.

"El mandato que me dieron democráticamente es un mandato de cinco años, y lo ejerceré plenamente hasta su fin", remarcó, añadiendo que nombraría a un nuevo primer ministro en los próximos días e impulsaría un proyecto de ley presupuestaria especial que renueva la legislación de 2024 para el año próximo.

El próximo gobierno presentaría esa iniciativa a principios del 2025, afirmó, para que "el pueblo francés no pague la factura de esta moción de censura".

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Con Reuters y medios locales