El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su par Xi Jinping urgieron el miércoles a una resolución política del conflicto en Ucrania, durante una visita del chino a Brasilia que puso en evidencia la buena sintonía entre ambos líderes del sur global.

"En un mundo asolado por conflictos armados y tensiones geopolíticas, China y Brasil colocan la paz, la diplomacia y el diálogo en primer lugar", dijo el mandatario junto a Xi, tras recibirlo en su palacio residencial de la Alvorada.

Xi convocó por su parte a "más voces comprometidas con la paz" para buscar una "solución política" en Ucrania, según la agencia de noticias Xinhua.

Ambos gobiernos presentaron este año una propuesta de paz entre Rusia y Ucrania, que prácticamente solo tuvo un eco positivo por parte del presidente Vladimir Putin, estrecho aliado de Xi. El ruso la consideró "equilibrada".

Este miércoles, Brasil se unió a Chile, Colombia y México y juntos urgieron a "evitar una escalada armamentista" y un agravamiento del conflicto, tras nuevas amenazas nucleares de Moscú.

Xi también pidió un alto el fuego en Gaza, en una jornada en la que Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU un llamado de cese al fuego en esa zona de Medio Oriente, según Xinhua.

El dignatario fue recibido con pompa por Lula y la primera dama brasileña "Janja" da Silva sobre la alfombra roja en la Alvorada, escoltados por soldados en uniformes de gala.

Ambos líderes, cuyos países integran los BRICS, como Rusia, ya se habían encontrado esta semana en la cumbre del G20 en Rio de Janeiro.

"Estamos en el mejor momento"

Las relaciones entre "China y Brasil están en el mejor momento de la historia", dijo Xi, según la agencia estatal de noticias Xinhua.

Con 160.000 millones de dólares en intercambio bilateral en 2023, China es el mayor socio comercial de Brasil, pero la potencia agrícola suramericana busca diversificar sus exportaciones con productos brasileños de mayor valor agregado.

Ambos gobiernos firmaron más de 35 acuerdos bilaterales en áreas como comercio, telecomunicaciones, agricultura, industria e infraestructura.

Uno de ellos contempla la posible entrada en el mercado brasileño de la empresa china de satélites SpaceSail, competidora de Starlink del multimillonario estadounidense Elon Musk, que provee internet en zonas remotas del país.

Musk ha tenido muchos problemas con la justicia en Brasil: su red social X fue prohibida este año durante 40 días por no acatar órdenes referentes a la desinformación.

Llenar el vacío

El regreso del republicano Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, que promete una vuelta al proteccionismo económico, podría estrechar más los vínculos de Pekín con países de la región.

"Xi Jinping busca claramente llenar el vacío tras la elección de Trump, que no valora el multilateralismo", dijo Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas.

Antes del viaje de Xi se barajó la posibilidad de que Brasil firmara su ingreso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un programa chino de infraestructura y cooperación internacional lanzado en 2013, como parte de su estrategia de acrecentar su influencia global.

Lejos de eso, los países apenas convinieron en establecer "sinergias" en ese campo.

Proverbio chino

Natalia Molano, portavoz en español del Departamento de Estado, dijo a la AFP que Washington alienta a Brasil a "evaluar con ojos abiertos los riesgos y beneficios de un acercamiento con China".

"Como dice un proverbio chino: quien usa unos zapatos es el único que sabe si realmente le van bien esos zapatos", dijo en respuesta una fuente diplomática china.

"China y América Latina y el Caribe son los que tienen la última palabra sobre el desarrollo de su vínculo", agregó.